DANIEL BOSQUE*
El músculo duerme, la ambición trabaja aún en el fin de semana largo de la Bandera. Santiago Cafiero, con su smoking de articulador de la campaña electoral mantuvo un zoom con unos 40 referentes y asesores del Frente de Todos, en el cual se habló bastante de la pandemia en tiempos de urnas, obviamente. Y también de otras obsesiones del gobierno, como la inflación y la energía.
+ Primero los porotos: En el complicado 2021, el FdT se da por satisfecho si el escrutinio nacional lo deja finalmente en un 40 por ciento. No es lo que se cacarea en público, pero se sabe que el humor social está áspero, por la destrucción de empleos y los aumentos de precios. A pesar de que Martín Guzmán ahora se alineó y se están volcando más dineros a los bolsillos y que también logró que los acreedores aflojen la cincha.
+ Con ese plafón de votos, que será aportado en muy buena medida por los bonaerenses del conurbano, la coalición perokirchnerista confía en que estará en Diputados muy cerca de lo ideal para imponer la docena de leyes fundamentales que le falta, sin tanto trajín como la de superpoderes para el manejo del Covid.
+ Optimismo en el ítem vacunas, aunque alguien habló de la acechanza de las nuevas cepas Delta que son noticias globales en los últimos días y horas. Argentina está en el medio vaso lleno, recordó Cafiero, porque hay 50 países en el mundo que no tienen nada para inocular, y en América Latina el está en mitad de tabla. No habrá vacunas de Estados Unidos, probablemente bastante más de AstraZeneca y no hubo precisiones acerca de la demorada segunda Sputnik que esperan más de 6.000.000 de argentinos.
imagen PwC: Vaca Muerta, la joya argentina
+ La energía ocupó un lugar importante del meeting, con un nombre rutilante: el de la cada vez más protagónica Integración Energética Argentina (IEASA), la ex Enarsa, que ya no es un secreto, será antes y después de las elecciones, la alcancía y la niña mimada de las políticas para el sector. Hace pocos días se conoció su incursión en el offshore del Mar argentino y en la compra de gas a Bolivia. Ahí se saludó que Sebastián Bonetto, el segundo de la empresa gerenciará la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico Sociedad Anónima (Cammesa) y lo que trasunta en la cabeza de unos cuantos peronistas es que IEASA terminará siendo una supra estatal que hasta podría integrarse antes de 2023 con YPF, para lo cual harían falta ciertos artilugios por tratarse esta última de una empresa mixta listada en las bolsas.
+ La Ley de Promoción de Hidrocarburos, cuyo primer borrador llamado a abrir frentes con el sector privado y las provincias,trascendió en estos días, no tiene fecha, sin objetivos, pero la coyuntura es propicia porque Vaca Muerta tuvo en mayo el mejor mes de su historia. Para el peronismo, lo que manda en energía es la dialéctica Estado vs. Mercado (el primero es bueno, el segundo no tanto, sería la síntesis nada nueva). En la visión de los energéticos peronistas los años que vienen deberían seguir la estrategia de mucho gas y menos petróleo.Esto es imprescindible para sanear los números externos. Con los 50 barcos de GNL que compró Argentina para pasar el invierno, a un precio promedio de US$ 7,35/MMBTU es una cuenta que debería bajarse, o compensarse con exportaciones estivales si el impulso neuquino se sostiene y no hay otros conflictos que paralicen la cuenca.
Para eso será fundamental consolidar alianzas con las grandes petroleras de la Argentina, un listín del cual en el zoom se excluyó a Techint. Hoy Paolo Rocca y su holding según el tanque de ideas electoral del FdT es poco más o poco menos que Héctor Magnetto, el pope de Clarín y descartan, después de las sucesivas desavenencias - que vienen de lejos y recientemente se expresaron con claridad en la Unión Industrial Argentina (UIA) - cualquier tipo de acercamientos para construir otra Argentina. A propósito, hubo voces de atención sobre el malestar de los Grandes Usuarios que está sufriendo la duplicación de facturas, antes de que el Gas Zonas Frías tire a la mitad el costo del gas para hogares en buena parte del país y sobre todo en el no tan gélido y cautivo Gran Buenos Aires.
+ Tranquilidad con respecto al escenario de la deuda externa. Martín Guzmán asegura que, tal como se vio post zoom, 10 años de calma chicha estarían asegurados para tener cash flow sin necesidad de toquetear el gasto público y la hipótesis de máxima (o de Máximo) es arrancarle al Fondo Monetario Internacional (FMI) un acuerdo a 15 años, en la madre de todas las batallas. Fondos que se engordarán con las novedades en Infraestructrura, que ya comenzaron a verse en los contratos ferroviarios con los chinos. Y que deberían continuar en la saga de las nucleares comprometidas con Rusia y China, casualmente los suppliers de vacunas de la Argentina.
+ Desde luego que la máxima preocupación es la inflación a la cual el justicialismo ve en relativa desaceleración a pesar de la emisión recalentada de moneda del último tramo. Parte de esta confianza está en la sujeción de las tarifas energéticas. Alguien habló de un horizonte de ajuste del 20% para los próximos dos años. O dicho en otros pronósticos, al 50% de las metas de inflación. Metas, porque la de este año era del 29% y con suerte no llegará al 60%.
+ Todo esto sucede mientras se da por asumido que Martín Guzmán arreó sus banderas y se cuadró ante el poder real de Cristina y los Federicos. La jefa y la construcción de listas marcha sin los ruidos de JxC. Como se vio después del zoom y antes del mensaje de Guzmán. “Continuaremos dando pasos para tranquilizar la economía bajo el liderazgo de quienes conducen nuestro Frente. Para empezar, el presidente Alberto Fernández; la vicepresidente Cristina Fernández de Kirchner”. A confesión de parte, relevo de pruebas.
*Director de EnerNews y Mining Press