DANIEL BOSQUE *
La modificación del cómputo de regalías en San Juan, con la introducción de un concepto del género de “obras por impuestos”, cuyo primer impacto notable se verá en el proyecto cuprífero Josemaría, ha ocasionado diversas manifestaciones a favor y en contra. Lógicamente, porque se trata de una transferencia de las rentas en favor de las mineras, lo cual debería ser motivo de reflexiones al interior de esta industria.
Todo esto sucede en los días en que la minería se mira a sí misma y también en el concierto extramuros de lo que ocurre con las políticas económicas de la Argentina. El “cepo light”, que no es otra cosa que estímulos a la producción incremental de los hidrocarburos, también es tema obligado en los staffs mineros. En la Argentina nada es para siempre, pero las modificaciones en los marcos regulatorios, tributarios y monetarios son noticia obligada y permiten liberar o bloquear energías, según el caso.
Con algo sordina en los medios, pero con diversas manifestaciones en las redes sociales en San Juan, la modificación sobre regalías es comentario obligado.
Según el gobierno de Sergio Uñac, impulsor de la iniciativa aprobada en la Legislatura, la idea es retomar el criterio compensatorio con respecto a las obras y facilitar a las empresas que inviertan en infraestructura, "siempre que las mismas sean de utilidad pública y por consiguiente traigan bienestar para los sanjuaninos".
Entre los más mensajes más estentóreos, se han manifestado a favor el referente sectorial Ricardo Martínez, vicepresidente de la cámara minera provincial (ver lea también). Y en contra, el legislador provincial Leonardo Gioja y el proveedor minero Sergio Vallejos.
Vallejos, conocido por su alto perfil y afinidad con el giojismo, ha prometido una acción de amparo de inconstitucionalidad de la modificación de distribución de regalías.
Como suele suceder en estos casos, nada ha dicho hasta ahora Lundin Mining, propietaria de Josemaría, ni la Cámara Minera de San Juan (CMSJ) acerca de estos cambios legislativos que estarían dando fin al modelo de “fideicomisos mineros para infraestructuras”, un esquema que San Juan exportó al resto del país con más o menos éxito.
Más allá de la buena noticia que significa para los balances de las empresas mineras (en camino al proyecto y línea de 500kv, Josemaría computará las regalías unos US$ 300 millones), este reconocimiento de inversiones a cuenta de gravámenes, existe otro costado no menor para el análisis y es el referido a qué (y cómo) hace el Estado provincial y departamental con los recursos aportados por la minería al fisco.
Foto Diario de Cuyo: La línea eléctrica a Josemaría costará US$ 200 MM
En estas casi dos décadas de gran minería metalífera en San Juan hay unas cuantas cosas para mostrar y algunas otras para lamentar, a propósito de las recetas inventadas sobre el computo y reparto de regalías, lo mismo que de los fideicomisos para el desarrollo. Entre las aristas positivas están, por ejemplo, el notable despliegue de obras con fondos de Pascua Lama, Veladero y Gualcamayo, sobre todo en Jáchal (donde paradójicamente existe con más fuerza un activismo anti minería célebre en el país) en agua potable, hospital, residuos, energía, polideportivo, carreteras, etc. Pero también ocurrieron malversaciones y asignaciones antojadizas de recursos mineros, con secuelas judiciales y políticas en el departamento de Iglesia, lo cual aconteció durante años a ojos vistas de la política y la minería.
Suelen decir los funcionarios, legisladores y actores de la política nacional que habrá minería allí donde haya licencia social, una misión de conquista de simpatías que le endosan exclusivamente a las mineras interesadas. En el caso de San Juan la actividad está legitimada mayoritariamente, pero eso no significa un cheque en blanco.
La provincia que espera el "maná" de la megainversión de cobre en el Norte de San Juan y que ha disfrutado de otros impactos como el de Veladero, Gualcamayo, Casposo y las caleras de Albardón y Sarmiento, todos protagonistas de un buen porcentaje del Producto Bruto Geográfico (PBG) y del boom exploratorio (todo lo cual se ramifica en un rosario de empresas y empleos proveedores), también mira con el aprendizaje de los tiempos que le deja la minería. Es sabido que la inflación mundial complica las cifras operativas, pero lo más difundido son los precios que se catapultaron por la pandemia, la transición energética y la invasión a Ucrania.
Una asignatura pendiente para el Estado y la comunidad de empresas mineras es diseñar con claridad y comunicar debidamente cuáles serán los aportes sustentables y cotidianos, extra regalías, devenidos de la plusvalía minera.
Caminos posibles: Hace pocos días, Barrick Gold invitó a Josemaría y al gobierno a pensar en un único plan de desarrollo para el Norte de San Juan.
Foto Diario de Cuyo: El camino a Josemaría costará US$ 140 MM
Suele seducir a las empresas, de diversa índole y actividad, la difusión de diversos mecenazgos, (que por lo general están expresados en moneda nacional mientras que las inversiones se nominan en divisas). Y en el Estado sanjuanino, al igual que en otras provincias argentinas, tanto desde el Ministerio de Minería como desde otros órganos se comunican a diario informaciones sobre aportes, donaciones y subsidios con fondos mineros a educación, salud, pymes y otras expresiones en una comunidad infinitamente necesitada.
En diversas consultas a protagonistas y observadores de la cuestión minera en San Juan, este diario obtuvo el leitmotiv de que una vez más ha fallado la comunicación sobre los alcances de la reciente derogación del artículo 11. Lo que convendría aclarar es qué ofrecerán las mineras a cambio de este reintegro de inversiones, habida cuenta de que en sus planning ofrecidos al público vienen sosteniendo de que el budget global que incluye obras, entre ellas las de caminos y transporte eléctrico. Y que se trata de inversiones genuinas y necesarias para acometer con la extracción de recursos.
No todo es blanco ni negro, pero como en la grave y delicada cuestión hídrica, hacen falta señales claras a una sociedad que mira a la potente minería con cuatro ojos. En un país donde sus habitantes por el decurso de su historia han aprendido a desconfiar.
* Director Mining Press / EnerNews