MARCELO BONELLI
Martín Guzmán fue categórico: “Tranquilos, al dólar lo tenemos bajo control”. Lo dijo en Olivos, en un cónclave con los máximos referentes: Cristina, Máximo y Kicillof. Lo repitió el miércoles en reunión de ministros: “Tenemos capacidad de tiro”. El encuentro en Olivos fue hace dos semanas; entre uno y otro, el billete paralelo no paró de subir y los mercados financieros alternativos se burlan de los controles.
El BCRA y la Comisión de Valores –en el medio- aplicaron un mayor cepo y esa estrategia de parches activó una incipiente dolarización que se esperaba, recién, para agosto. La mala praxis de los funcionarios inquietó al mercado y muchos salieron a comprar dólares.
Alberto pidió precisiones a Miguel Pesce. El jefe del BCRA elabora un informe diario para el Presidente. En esos papers informa sobre el “estrés cambiario” y detalla las compras y salidas de billetes. Pesce, en la intimidad de su equipo, admite que hay “inquietud” política por el dólar. Una corrida podría hacer naufragar la elección. Pero bravuconea: dice que tiene reservas para enfrenar cualquier corrida.
En la Casa Rosada –el miércoles– los máximos funcionarios ratificaron el rumbo. El plan “parche” incluye cuatro medidas:
+ Defender un tope de 170 pesos en el Contado con liquidación.
+ Restringir al mínimo la aprobación de importaciones. Hay una fuerte demanda –otro dejá vu cristinista– por energía.
+ Sentarse sobre las reservas. Tenerlas disponibles para utilizarlas en el peor momento: se espera un aluvión desde septiembre. Entre los lobos de Wall Street existen “papers” que precisan lo siguiente: entre septiembre y noviembre la demanda de dólares podría superar los U$S 3.000 millones.
+ Desdramatizar la corrida sobre el dólar paralelo. Ya inició ese insólito relato Mercedes Marcó del Pont: “Es un mercado ilegal con poca incidencia”.
La jefa de la AFIP llevó adelante esa estrategia cuando fue titular del BCRA. Fracasó y Cristina, al final, la echó del Central. Este jueves el blue volvió a tener otro récord y cerró a 185 pesos. Hace 10 jornadas que no para de subir.
El nuevo dólar financiero “Sinedi” cotiza también a 185. Un mercado que crece, para burlar los controles de Adrián Cosentino. Así, este jueves el paralelo se ubicó a sólo 10 pesos de la fatídica cotización tope de $ 195. Tembló, el año pasado, la Argentina. Y a solo 15 pesos de un número que inquieta políticamente: a este ritmo el dólar podría llegar -en un par de semanas- a un fatídico valor de 200 pesos.
Alberto exigió un freno. Habló con Guzmán y por último, con Pesce. El Presidente expresó el malestar que existe en el Frente de Todos. Máximo, Wado de Pedro, Gabriel Katopodis y Santiago Cafiero -el comité de campaña– critican la pasividad de Economía.
La relación entre ambos –Guzmán y Pesce- volvió a tensarse. Evitan las confrontaciones frente a testigos, pero los cruces -con la escalada del dólar– volvieron a recalentarse entre Economía y el BCRA. Pesce no perdona que Guzmán haya pedido a fin de año su cabeza. Ocurrió en una reunión a solas entre Alberto y el ministro. Guzmán no soporta que Pesce se quiera cortar sólo: el ministro interviene en las decisiones del BCRA y eso reaviva la pelea.
El ministro, antes de iniciar su “misión a Venecia”, participó de un encuentro clave en Olivos. Guzmán estuvo frente a Cristina, Máximo y Axel Kicillof. Estaban Alberto y Santiago Cafiero. El encuentro fue para marcarle la cancha y enfocar toda la gestión económica a ganar las elecciones. Guzmán contragolpeó: dice que el acuerdo con el FMI es clave, para tranquilizar el dólar.
La Casa Rosada está dispuesta a hacer “todo” lo que haga falta para evitar una derrota. La troika Cristina-Máximo-Kicillof expuso que pretenden un agresivo “Plan Urna”. Guzmán se comprometió a llevarlo adelante.
La estrategia es remanida: aumentar el gasto, la emisión, otorgar bonos sociales y aumentos para tratar de calentar un poco el salario y el consumo. Cepo al dólar y control de precios. Darle “bomba y bomba” y no frenar. Se trata de las viejas ideas de Axel Kicillof.
Axel instrumentó como ministro un plan similar con Cristina: fue la bomba que dejaron y Mauricio Macri desactivó mal. Hasta ahora la economía no termina de arrancar. El “Plan Urna” tiene un peligro: la inflación y el día después del recuento de votos.
Primero en Olivos hubo pases de facturas. La “troika” le manifestó a Guzmán su disconformidad por la marcha de la economía. Cristina le dijo que las cosas no andaban bien.
Axel y Máximo critican la dureza del ajuste fiscal de Guzmán. Encima, Domingo Cavallo felicitó: el “abrazo del Oso”. Los máximos hombres de negocios están inquietos por estos planes: afirman que meten más incertidumbre a la economía. En su conjunto, coinciden que la Casa Rosada podrá sostener el dólar. Pero los inquieta lo siguiente: ¿qué va a pasar después de los comicios?
Muchos temen ese día y eso aumenta la incertidumbre. Las dudas hacen que dolaricen sus carteras y presionen ahora al billete. En la UIA de Daniel Funes de Rioja están preocupados y también se volvió a hablar de la inseguridad jurídica.
Hay en marcha un nuevo caso Vicentin, que generó memos, y alertas entre los hombres de negocios. También existe gran inquietud en la Cámara de Comercio y la Cámara de Exportadores.
La Aduana y la Administración de Puertos tomaron medidas que implican una usurpación del derecho de propiedad contra una multinacional que opera el puerto hace 24 años. La “multi” Hutchinson Ports tenía la explotación de la Terminal 5 y por decisión de Silvia Traverso y Jose Beni se le bloqueó la actividad. Hay 1.000 trabajadores afectados.
El malestar en la UIA obedece a una cuestión: la “multi” recurrió a la Justicia y el tribunal falló a favor de la compañía. Hutchinson sigue abonando el canon.
Pero la gravedad radica ahora en otra cuestión: la dupla de funcionarios no quiere cumplir con el fallo judicial y se resisten a restablecer la normalidad. El tribunal amenaza con acciones contra la Aduana y la AGP. Beni responde a Cristina. Traverso a Marcó del Pont. La arbitraria actitud de ambos fortalece el reclamo de los EE.UU.
Desafíos en varios frentes
El Departamento de Estado advirtió que en Argentina el “intervencionismo” frena la economía. El documento es amplio y contundente. Confirma lo que anticipó Clarín: algo similar le dijo Janet Yellen en privado a Guzmán. Clarín reconstruyó que la poderosa jefa del Tesoro le pidió a Guzmán que le explique lo que pasaba en Argentina. En Washington no lo entienden.
Ahora, la misiva secreta de Cecilia Nicolini a los funcionarios rusos dejó al descubierto los motivos geopolíticos de comprar Sputnik. Kicillof –se sabe– fue el impulsor de estas compras. La anemia de Moscú en las entregas altera a la Casa Rosada: complica la estrategia sanitaria y también el relato electoral de las vacunas.
Alberto tuvo –solo– un alivio esta semana. El Presidente logró imponer las cabezas de lista en CABA y la Provincia.
El acuerdo estaba hablado el fin de semana. Pero se cerró el martes en una reunión con Cristina.
Se trata de oxígeno político, después de un terrible y desgastante semestre para Alberto.
También, de un gran desafío político. Ahora el Presidente va a capitalizar la decisión. Pero es una apuesta fuerte, que tiene riesgos: será también el responsable, si el voto es esquivo y el oficialismo sufre una derrota.