Recientes desarrollos de esta tecnología hacen suponer que las baterías de sodio podrían aplicarse en vehículos de baja gama, disminuyendo la demanda mundial de litio. Multinacionales ya han invertido en el sector
EDDIE SPENCE Y ANNIE LEE
Los gigantes de las baterías empiezan a apostar por una nueva tecnología basada en el sodio, señal de que podría producirse otra sacudida en un sector crucial para la transición energética.
El sodio -que se encuentra en sales rocosas y salmueras de todo el mundo- tiene potencial para introducirse en el almacenamiento de energía y los vehículos eléctricos porque es más barato y mucho más abundante que el litio, que actualmente domina las baterías. Pero aunque química y estructuralmente similar, el sodio aún no se ha utilizado a gran escala, en parte debido a la mayor autonomía y rendimiento de las pilas de litio de tamaño similar.
Esto podría estar a punto de cambiar. La semana pasada, la sueca Northvolt AB afirmó haber logrado un gran avance con esta tecnología, mientras que el fabricante chino de vehículos eléctricos BYD firmó un acuerdo para construir una planta de baterías de iones de sodio por valor de US$ 1.400 millones. La china CATL ya dijo en abril que sus baterías basadas en sodio se utilizarán en algunos vehículos a partir de este año.
"Se trata de una inversión importante. Es una inyección de confianza: estamos aquí para seguir aumentando la capacidad de comercialización de esta tecnología", afirmó Rory McNulty, analista de Benchmark Mineral Intelligence.
GOLPE AL LITIO
Si los productos de sodio tienen éxito, podrían frenar el consumo de litio. También es un recordatorio de los peligros de intentar predecir el uso de metales en un sector en constante evolución, ya que las empresas buscan celdas más baratas y eficientes.
Aunque la baja densidad energética de las baterías de iones de sodio las hace inadecuadas para los grandes vehículos eléctricos, podrían sustituir cada vez más al litio en vehículos de gama baja y menor autonomía, o para el almacenamiento de energía en redes eléctricas, donde el tamaño no es un problema.
Según BloombergNEF, el sodio debería reducir la demanda de litio en unas 272.000 toneladas de aquí a 2035, o en más de un millón de toneladas si los suministros de litio no pueden satisfacer su uso.
Los cambios en la combinación de metales de las baterías han alterado las perspectivas de la oferta y la demanda y han desbaratado los precios. Las estimaciones de demanda de cobalto y níquel, que hace unos años se consideraban escasos a largo plazo, se han revisado por la aparición de pilas que no los utilizan.
Y la posibilidad de grandes oscilaciones de precios es especialmente evidente en el caso del litio. Un frenesí de compras disparó los precios el año pasado -un repunte que llevó a las empresas de baterías a considerar el sodio como una alternativa más barata- antes de desplomarse cuando la demanda de vehículos eléctricos decepcionó y mejoraron las perspectivas de oferta.
"El sodio-ión contribuirá a mejorar el equilibrio entre la oferta y la demanda de litio. Amortiguará las fuertes oscilaciones de los precios del litio", afirmó Sam Adham, responsable de materiales para baterías de la consultora CRU Group.
Incluso con la reciente caída de los precios del litio, el sodio sigue siendo una opción más barata. Si el mercado crece, podría hacerse eco del auge de las pilas de fosfato de iones de litio (LFP), preferidas a productos de mayor rendimiento por su menor coste.
Su ventaja potencial más clara es el almacenamiento del exceso de electricidad para las redes, algo cada vez más importante a medida que el mundo se aleja de los combustibles fósiles. En este caso, el rendimiento de la batería es menos importante que su bajo coste.
El éxito del sodio también dependerá de la mejora del ciclo de vida de las pilas: cuántas veces pueden cargarse y descargarse antes de tener que cambiarlas. En la actualidad, las pilas de sodio tienen una vida media de 5.000 ciclos, frente a los 7.500 de los productos de litio más rentables.
La gran cuestión es poder hacerlo, y si funciona podría haber más demanda en el sector del almacenamiento de energía, afirma Duo Fu, analista de Rystad Energy.
Por ahora, el sector en desarrollo de las pilas de sodio parece que estará dominado por los productores chinos, que controlan la mayor parte de la producción de baterías de litio debido al gran tamaño de sus operaciones, que mantiene los costes bajos. Esto debería darles ventaja sobre sus rivales europeos y estadounidenses.