Rusia y China quieren que el yuan gane peso como divisa de comercio global. Además, esta semana se ha firmado el primero contrato de GNL pagado con yuanes
Rusia ha dejado de mirar a Occidente y ha puesto el foco en Oriente. Moscú está reconfigurando el funcionamiento de su sector exterior, sobre todo el energético, para mantener vivas sus exportaciones de petróleo y gas.
Además, Moscú está buscando vías para reducir el uso del dólar en sus operaciones de importación y exportación para esquivar de la mejor forma posible las sanciones impuestas por Occidente tras el comienzo de la guerra de Ucrania.
Aunque el acuerdo entre Rusia y China es solo el comienzo, lo cierto es que esta semana se ha cerrado ya el primer contrato de venta de gas natural en yuanes de la historia.
En cuanto a las exportaciones de crudo, Rusia incrementó en 22 veces las exportaciones de petróleo a la India en 2022, declaró este martes el vice primer ministro ruso, Alexandr Novak, durante una reunión del Ministerio de Energía ruso, en la que destacó que también ha aumentado el volumen de exportaciones de crudo a China.
Todo ello pese a que las rutas para enviar el crudo a estos países suponen unas travesías de hasta 50 días, frente a los 10 días que tardaba en llegar el crudo a Europa.
"La mayoría de nuestros recursos energéticos fueron redirigidos a otros mercados, a los mercados de los países amistosos. Si tomamos los suministros de petróleo a la India, estos crecieron 22 veces el año pasado", afirmó, sin mencionar la cifra absoluta.
EL YUAN EN EL CENTRO DE TODO
Al mismo tiempo, y mirando más allá de las exportaciones, Rusia quiere un cambio en la moneda de reserva mundial y para ello el yuan, la divisa china ha sido la elegida por Moscú con el visto bueno de Pekín: el yuan podría comenzar a usarse como moneda de intercambio ante la creciente demanda de china de productos agrícolas, madera, mariscos o fertilizantes químicos de Rusia aumenta junto con las importaciones rusas de productos electrónicos y electrodomésticos chinos, entre otros, comenta el experto Wei Jinshen al portal financiero chino YiCai.
Así, Pekín parece encantado con que el comercio bilateral pueda llegar este año a los 200.000 millones de dólares -un año antes de lo previsto- en un momento en que el propio Putin ha ofrecido su "apoyo" a las empresas chinas que deseen ocupar los nichos de las firmas occidentales que dejaron el país.
Putin abogó por incrementar el uso del yuan como una alternativa al comercio en dólares, en sintonía con los intentos de Pekín de internacionalizar su moneda, y apuntó a ampliar esta práctica a otros mercados, entre ellos Asia, África y Latinoamérica.