Rusia perfora más de 28.000 kilómetros de suelo en un año para extraer crudo. Además de las sanciones, la propia Rusia anunció un recorte "voluntario"
Rusia anunció la semana pasada un drástico recorte de la producción petróleo. Moscú dejará de bombear, en principio, medio millón de barriles por día como represalia contra las sanciones occidentales.
No obstante, los rumores invadieron rápidamente los mercados, sobre la capacidad real de Rusia para seguir produciendo petróleo a un ritmo acelerado en medio de las sanciones y de una industria anquilosada.
Pronto se comenzaron a escuchar voces que sostenían que este movimiento de Rusia no era una represalia, más bien era la incapacidad de producir tanto petróleo, como ha ocurrido a algunos países de la OPEP (Nigeria o Venezuela).
Pero los datos rusos, por ahora, dicen todo lo contrario, ¿qué está pasando realmente en Rusia y con su industria petrolera?
Rusia está enredada en una red cada vez más densa y larga de restricciones económicas, que van desde la prohibición de Occidente para que Moscú adquiera su tecnología hasta el reciente embargo de la Unión Europea sobre la mayoría de los productos petroleros producidos por Rusia.
"El recorte no fue voluntario, se les impuso", asegura Kadri Simson, comisario de Energía de la UE, en una entrevista en El Cairo. "No tienen la capacidad de mantener los volúmenes de producción porque no tienen acceso a la tecnología necesaria", sostiene este experto.
LA INDUSTRIA RUSA SE CALIENTA
Sin embargo, los datos dentro de Rusia cuentan una historia diferente. Las empresas rusas trabajan como si algo grande se estuviera gestando en el mercado de crudo (como si fueran a hacer su agosto).
Las firmas rusas han explorado y perforado sus yacimientos al mayor ritmo en más de una década, con pocas señales de que las sanciones internacionales o la marcha de algunas de las principales empresas occidentales hayan dañado directamente estas inversiones conocidas como operaciones upstream.
Esto ayuda a explicar cómo se recuperó la producción de petróleo del país en la segunda mitad de 2022, incluso cuando se impusieron las restricciones más duras a las exportaciones. Por otro lado, esto podría indicar que Rusia tiene los lazos y los planes para seguir exportando su petróleo por canales y rutas alternativas, esquivando las sanciones occidentales.
Por ahora, Moscú realiza operaciones en frente de las costas de Ceuta que permiten a las firmas rusas exportar su petróleo. Da la sensación de que Rusia quiere retar a Occidente y sus sanciones.
"En gran medida, la industria continúa funcionando como antes", asegura Vitaly Mikhalchuk, jefe del centro de investigación de Business Solutions and Technologies, anteriormente la unidad rusa de la consultora Deloitte & Touche. "Rusia ha podido retener la mayoría de las competencias, activos y tecnologías de servicios petroleros".
Desde la decisión del presidente Vladimir Putin de invadir Ucrania hace casi un año, la industria petrolera de Rusia ha experimentado el cambio más dramático en las circunstancias políticas desde el colapso de la Unión Soviética.
Las grandes empresas occidentales, incluidas BP, Shell y Exxon Mobil, abandonaron las inversiones multimillonarias en el país. Algunos de los principales proveedores de servicios internacionales siguieron la estela de estos gigantes y se marcharon.
Europa también introdujo una "restricción integral de exportaciones de equipos, tecnología y servicios para la industria energética en Rusia".
Sin embargo, las plataformas petroleras rusas perforaron una profundidad total de más de 28.000 kilómetros el año pasado, la más alta en más de una década, según datos de la industria vistos por Bloomberg. El número total de pozos iniciados aumentó casi un 7% a más de 7.800, y la mayoría de las petroleras clave superaron sus resultados del año anterior, según muestran los datos.
VARIOS FACTORES HAN AYUDADO A RUSIA A MANTENER SU INDUSTRIA PETROLERA EN MARCHA
En primer lugar, los principales proveedores internacionales representaban solo el 15% del segmento total de servicios petroleros del país en 2021, según datos de Vygon Consulting. Las unidades internas de productores nacionales como Rosneft, Surgutneftegas y Gazprom constituyen la mayor parte del mercado, según muestran los datos recopilados por Bloomberg.
"Las empresas rusas atraen a contratistas extranjeros si necesitan servicios y equipos de alta tecnología", así como software avanzado, según un informe de la consultora con sede en Moscú. No obstante, tales operaciones, generalmente, no son necesarias para mantener el flujo de petróleo de los campos petroleros que ya se encuentran en pleno funcionamiento.
En segundo lugar, algunos de los proveedores de servicios petroleros occidentales más importantes no abandonaron el país. SLB y Weatherford International continúan con sus operaciones en Rusia, con algunas limitaciones.
El director ejecutivo de SLB, Olivier Le Peuch, aseguró en julio que la estructura corporativa única de su empresa le da flexibilidad para trabajar en Rusia mientras cumple plenamente con las sanciones de EE.UU. y la UE, no obstante, la empresa no respondió a una solicitud de comentarios de Bloomberg.
Weatherford comentó el año pasado que había detenido "cualquier nueva inversión o implementación de nueva tecnología en Rusia", pero su informe trimestral más reciente aún incluye a la nación entre las regiones donde opera.
El proveedor de servicios petroleros se negó a comentar sobre sus operaciones rusas en respuesta a una solicitud de Bloomberg.
En tercer lugar, los dos gigantes del servicio petrolero que partieron de Rusia, Halliburton y Baker Hughes, vendieron sus negocios en el país a la gerencia local. Esto permitió que las unidades conservaran personal y experiencia, según Victor Katona, un crudo analista de Kpler.
El principal problema para la industria petrolera nacional de Rusia ha sido obtener equipos occidentales de alta tecnología, según BST. Sin embargo, "estos problemas se resuelven gracias a las importaciones a través de intermediarios en estados amigos o encontrando proveedores alternativos en China", asegura Mikhalchuk.
Desde que tocó un mínimo posterior a la invasión de 10,05 millones de barriles por día en abril, la producción de petróleo rusa se recuperó hasta alrededor de 10,9 millones de barriles por día a fines de 2022 y se mantuvo cerca de ese nivel en enero, según los datos oficiales. ¿Qué pasará en 2023? Es todo un misterio, por ahora el mercado no cotiza nada raro. El precio del crudo cae este martes alrededor de un 2% hasta los US$ 85 el barril de Brent.
ASÍ ESTÁ EL MERCADO DE PETRÓLEO
Los expertos de Bank of America Merrill Lynch aseguran que un recorte de tal magnitud "debería empujar al Brent por encima de los US$ 90 el barril".
Sin embargo, unos datos 'macro' a nivel global que singuen siendo inciertos, el incremento de los inventarios de crudo en las últimas semanas y unos precios del gas natural casi en caída libre deberían aliviar las tensiones del mercado petrolero, mientras que "la OPEP tiene capacidad ociosa para producir más petróleo.
Por lo tanto, el riesgo de un gran aumento del precio del petróleo en 2023 se ha reducido mucho", admiten los expertos de BofA.
"Aún así, la demanda de combustible para aviones seguirá siendo el motor de los mercados petroleros y las economías emergentes liderarán el crecimiento de la demanda. La falta de inversión estructural también debería dar a la OPEP+ más poder de mercado, y unas reservas estratégicas en niveles históricamente bajas (los países de la OCDE llevan liberando reservas de hace meses) podrían poner un suelo a los precios a medida que los gobiernos entran en el mercado a comprar petróleo para reponer estas reservas estratégicas", explicaron.
"El equilibrio del mercado debería mantenerse ajustado en 2024 y 2025", concluyen desde BofA.