Rusia está ingresando 160 millones de euros menos al día. Se espera que los ingresos del petróleo caigan un 38% en 2023, mientras, India compra crudo ruso barato, lo refina y lo vende a Occidente
Aunque la economía de Rusia consiguió resistir mejor de lo esperado en 2022, podría no hacerlo en el futuro tras el fin de las importaciones de crudo de la UE. Por el momento, cuenta con una fuente de financiación alternativa que le permite cubrir estas pérdidas: la venta de sus 305.000 millones de yuanes chinos (más de 41.000 millones de euros). Sin embargo, la duración de este parche dependerá del precio del petróleo ruso de los Urales.
En diciembre, el déficit presupuestario ruso alcanzó los 3,9 billones de rublos (unos 52.000 millones de euros), marcando así un nuevo récord. Para alcanzar el umbral de rentabilidad al tiempo que mantiene ese ritmo de gasto, el petróleo ruso de los Urales debería venderse a US$ 90, casi lo que valía hace un año. El viernes (3/2) cotizaba a US$ 53,5.
En el supuesto de que el petróleo ruso mantenga su precio actual, Rusia tendría suficientes yuanes para cubrir sus pérdidas los próximos tres años, según Bloomberg.
Por su parte, Citigroup calcula que serán más bien dos años y medio. En cambio, si el valor del Urales cae por debajo de los US$ 50, el país se vería obligado a triplicar sus ventas de la divisa asiática, lo que reduciría aún más su margen. En el peor de los casos, si desciende hasta los US$ 25, la economía rusa se quedaría sin reservas de divisas chinas este mismo año.
La situación de la economía rusa ha recibido un nuevo golpe este domingo con la entrada en vigor del embargo a los combustibles refinados con origen en Rusia, como el diésel o el queroseno. Desde ese momento, se estima que sus arcas públicas ingresarán con las exportaciones de productos derivados del petróleo un 35% menos cada día con respecto a noviembre, cuando obtuvo más de 700 millones de euros diarios.
En un intento por cubrir las pérdidas futuras, el país aceleró la venta de estos productos derivados del petróleo durante diciembre. En total, consiguió recaudar 20 millones de euros, muy lejos de lo que ingresaba antes de las sanciones internacionales.
INDIA SE CONVIERTE EN UN PROVEEDOR CLAVE
Ya es oficial: Europa se ha desvinculado de su principal proveedor de combustibles fósiles, Rusia. A la prohibición de importar petróleo y derivados rusos se ha sumado ahora el tope al precio de productos como el diésel y la gasolina, de US$ 100 el barril, y el gasóleo para la calefacción, en su caso a US$ 45 el barril.
Como consecuencia, el país liderado por Vladímir Putin verá reducida una de sus principales principales fuentes de ingresos hasta en un 38% -desde los US$ 628.000 millones de 2022 hasta unos US$ 390.000 millones, según el Banco Central ruso- y su Producto Interior Bruto (PIB), que caerá más de 1% en 2023.
Una situación sin precedentes que está cambiando el mapa mundial del crudo, en el cual la India ha adquirido un papel muy relevante, según detalló Marta González en El Economista.
El país asiático es sumamente dependiente de los combustibles fósiles: el 85% de sus necesidades de cuadro se cubren con importaciones procedentes de Arabia Saudita y Rusia, entre otros proveedores.
No obstante, desde que se empezaron a aplicar las primeras sanciones a la nación invasora, el precio de sus productos se ha ido abaratando, circunstancia que la India ha aprovechado para incrementar sus compras de materias primas rusas para satisfacer su demanda interna, pero también para refinarlo y exportarlo a Europa y EE.UU. a un precio más elevado.
Solo en enero, la India envío al Viejo Continente unos 172.000 barriles diarios de gasóleo bajo en azufre, algo que no ocurría desde hacía más de un año. Ese mismo mes, llegaron cada día a Nueva York otros 89.000 barriles de gasolina y gasóleo, la mayor cifra en casi cuatro años, según Kpler, una empresa de inteligencia de datos. Con la entrada del nuevo tope, se espera que los volúmenes se incrementen todavía más.
CUMPLE CON LOS OBJETIVOS DE OCCIDENTE
Las sanciones al petróleo y los productos refinados rusos establecidas por Occidente tienen por objetivo reducir al máximo los ingresos de Moscú.
Al mismo tiempo, le interesa que mantener el flujo de combustibles fósiles procedentes de Rusia para evitar una escasez de suministro. Por eso, la comunidad internacional no está criticando la estrategia de la India, porque cumple ambos propósitos.
En el caso de EE.UU., es consciente de que los productos refinados que compran a precio de mercado al país asiático proceden de petróleo ruso, pero "le parece bien", apunta Ben Cahill, investigador del think thank Center for Strategic and International Studies.
La propia Janet Yellen, secretaria del Tesoro estadounidense, dijo en noviembre que estaban felices de que "India, África o China se beneficien de los precios de ganga" de los combustibles que exportan de Rusia. "Es más que correcto", aseguró.
En cuanto a las directrices de la Unión Europea, es probable que la India no las esté incumpliendo al comprar petróleo ruso, refinarlo en su territorio y venderlo posteriormente a las potencias occidentales, señala Bloomberg.