Sin unanimidad se impuso un tope de 180 euros/MWh al precio de gas ruso
Los ministros de Energía de la Unión Europea han alcanzado este lunes un acuerdo para limitar en 180 euros el megavatio hora (MWh) el precio de las importaciones de gas en aquellas transacciones vinculadas a índice TTF de Ámsterdam, de referencia en Europa.
La medida finalmente ha contado con el voto a favor de Alemania y la abstención de Países Bajos y Austria, muy críticos desde el inicio, mientras que Hungría se ha posicionado en contra.
Goldman Sachs ha arremetido contra el tope al gas de 180 euros/MWh aprobado este lunes por los Veintisiete. El gigante de Wall Street no ha tardado ni 24 horas en cargar contra una medida que prevé que "incentivará el consumo" de este combustible, aumentando el riesgo de desabastecimiento en Europa, en un momento donde la seguridad del abastecimiento es la prioridad ante la amenaza de un corte total del gas ruso de cara a 2023.
Los analistas del banco estadounidense han elaborado un comentario al respecto al que ha tenido acceso EL MUNDO. En el documento, se enumeran algunos de los riesgos vinculados al price cap que aprobaron ayer los ministros de Energía de la Unión Europea, con el único voto en contra de Hungría y la abstención de Países Bajos y Austria. Para sacar adelante la medida ha sido determinante el viraje de Alemania, que durante los últimos meses se había mostrado reticente a cualquier intervención del mercado y finalmente votó a favor.
Para que los Estados miembros puedan pulsar el botón rojo del mecanismo aprobado este lunes, se deben cumplir una serie de requisitos que hacen que el tope, en la práctica, se limite a situaciones muy extremas. A saber, el precio debe superar durante tres jornadas consecutivas los 180 euros/MWh y, además, debe ser 35 euros/MWh superior al precio de una cesta de referencia de contratos de gas natural licuado (GNL) que ponderará varios indicadores mundiales. Con todo, desde Goldman Sachs ven en la medida un aumento de la amenaza de distorsión del mercado, respecto al tope de 275 euros/MWh que barajaba la UE hace apenas un mes.
El instrumento, que entrará en vigor el 1 de febrero, y se podrá emplear durante 12 meses, supondrá, a ojos del banco de Wall Street, una mayor reducción de la liquidez de un mercado que ya adolece de esta, así como una amenaza de una reducción en el suministro de gas
El viceprimer ministro checo y responsable de Energía, Jozef Síkela, ha recalcado que el tope que se ha fijado no actuará como un techo "fijo" sino que actuará como un límite "dinámico" y ha incidido en que se incluyen salvaguardas suficientemente robustos como para actuar "muy rápidamente, si no automática" en caso de perturbaciones graves en el mercado o de peligro para la seguridad del suministro. Precisamente, esto ha sido lo que ha permitido conseguir el voto a favor de Alemania, informó el sitio RTVE.
"Hemos hecho nuestro trabajo, tenemos un acuerdo, otra misión imposible conseguida", ha recalcado Síkela, quien también ha celebrado que se ha acordado la "última pieza del puzzle energético". En su opinión, se trata de un mecanismo "equilibrado", que será a la vez "efectivo" y "realista". Se activará cuando se supere dicho precio tres días seguidos
Según el acuerdo alcanzado, el mecanismo se activará cuando al mismo tiempo se superen los 180 euros/MWh en el mercado europeo durante tres días seguidos y haya una diferencia de precio de 35 euros respecto a los mercados globales de Gas Natural Licuado (GNL). En ese momento, pasará a actuar un límite de precio que se calculará como la suma del precio de los mercados globales de GNL + 35 euros/MWh.
Por otro lado, el límite de precio se desactiva automáticamente cuando durante tres días consecutivos los precios globales están por debajo de 145 euros/MWh (es decir, 180-35 euros/MWh).
Asimismo, se podría suspender si se da cualquiera de los siguientes supuestos: la declaración de emergencia en el sector del gas natural, inestabilidad de los mercados financieros, un descenso en la llegada de GNL a la UE que afecte a la seguridad del suministro o un incremento importante de la demanda de gas respecto a años anteriores.
Un acuerdo sin unanimidad
Lo cierto es que la puesta en marcha de ese mecanismo dividía desde hace meses a los Veintisiete en dos bloques: uno a favor de fijar un precio máximo para abaratar las facturas, en el que se encontraban España, Grecia, Bélgica, Polonia, Italia o Eslovenia; y otro que rechazaba intervenir en el mercado, formado por Alemania y Países Bajos, ante el temor de que pudiera comprometer el suministro.
En un principio, la Comisión Europea planteó un techo de 275 euros al precio máximo del gas, que rechazaron de inmediato gobiernos como el español, al suponer un límite muy elevado. De hecho, si se repasa el histórico de precios del TTF holandés, solo se superó esa cifra entre el 23 y el 28 del pasado mes de agosto.
Posteriormente, el tope se rebajó hasta los 220-200 euros/MWh, el cual se activaría si este gas se mantiene en ese rango durante un periodo de tres a cinco días. Sin embargo, este borrador era "inasumible" para España y también para otros Estados miembros que forman parte del grupo de los más ambiciosos, como Grecia.
Finalmente, los países impulsores de la medida, que nace de la conocida como excepción ibérica que se aplica en España y Portugal, han dado su visto bueno a imponer un tope de 180 euros/MWh. Asimismo, para suavizar la postura de Alemania, los países han accedido a introducir en el reglamento una evaluación voluntaria para los Estados miembro que podrán identificar excepciones específicas previstas en la legislación comunitaria medioambiental para el desarrollo de energías renovables.