Estabilidad tributaria e incentivos para el sector que permita incrementar la producción de petróleo y gas
El secretario de Energía Darío Martínez, que acaba de cumplir un año en su gestión, aseguró que el proyecto de Ley de promoción de inversiones hidrocarburíferas, que fue presentado por el Gobierno, permitirá asegurar el autoabastecimiento para luego ir por un aumento de producción que genere saldos exportables. Pero anticipó que están dispuestos a incorporar cambios durante su tratamiento legislativo.
- ¿Qué modificaciones se pueden incorporar al proyecto de ley?
- Creemos que debe invitarse a todos los actores porque es importante su opinión. Los gobernadores de las provincias productoras, la industria, los sindicatos, porque es siempre con los trabajadores adentro, las cámaras pyme, la UIA. Fueron parte de las 35 reuniones que tuvimos previas a la presentación del proyecto. Primero hay que escuchar y luego trabajar con una herramienta que es una ley que hasta que no la pongas a trabajar no da los resultados. Hemos llegado a un buen proyecto que luego es el Congreso el que lo perfecciona.
Vamos a estar abiertos a todos los planteos y pedidos que se estén solicitando siempre y cuando no se cambie la esencia de un régimen de promoción de inversiones, que no es una Ley de Hidrocarburos. No tocamos la Ley de Hidrocarburos salvo en el punto donde establecemos la creación para las concesiones de almacenamiento subterráneo que no estaban en la 17.319. No tocamos ni potestades de propiedad del recurso ni potestades tributarias de las provincias. Los legisladores van a definir la letra fina.
Es un régimen de promociones que busca asegurar el autoabastecimiento y mercado interno para un país que vuelve a activarse y necesitamos gas y petróleo. Escalar en la producción y lograr saldos exportables va a fortalecer las reservas del Banco Central. Toda la ley está atravesada por un esquema de valor agregado nacional creciente. Cada vez más cosas hechas en pesos dentro de la cadena de valor.
- La ley no apunta solo a Vaca Muerta, ¿cómo va a impactar en otras zonas?
- El texto tiene diferentes incentivos para cuencas y áreas que están con fuertes declinos porque lo necesitamos es mantener la actividad. El desarrollo se tiene que seguir dando en todas las regiones. Vaca Muerta es una locomotora que va a traccionar, pero hay incentivos adicionales para productoras que frenan el declino o las productoras que contratan empresas recuperadoras de pozos inactivos con baja productiva. Hay un capítulo de offshore. Es una herramienta que da confianza a la industria que la había perdido por todos los cambios de rumbo de la gestión anterior.
- ¿Qué se mantiene del Plan Gas en la nueva legislación?
- Se va a institucionalizar el Plan Gas Ar. Nos para diferente frente al contexto internacional. El precio del GNL se ha disparado lo que genera conflictos en Europa, China, Estados Unidos. Nosotros, por la decisión de Alberto Fernández y Cristina Kirchner, lanzamos el Plan Gas en diciembre de año pasado con reglas claras, previsibilidad, y hoy nos permite tener contrato a 3 años con volumen y precios a un precio más competitivo de US$ 3,50 el millón de BTU que hoy está alrededor de US$ 30 el millón de BTU de GNL y el gas futuro a US$ 17. Nos ha hecho ahorrar divisas y frenar el declino. Vamos a ir con un aumento de la producción. Si se compara septiembre de 2021 con el mismo mes del año pasado estamos arriba en la producción, tanto de gas como de petróleo. El proyecto del Plan Gas es a 20 años con todos sus beneficios.
- ¿Y que se prevé para el caso del petróleo?
- El régimen general del petróleo establece una línea base y sobre eso el incremental de exportación. Garantizás un porcentaje que va a ir creciendo a medida que crece la producción. Tiene el espíritu de cuidar el autoabastecimiento del mercado interno a un precio razonable. Una vez logrado, vamos arriba de la línea base para el que invierte y aumenta la producción ese porcentaje va a ir creciendo
- ¿Cuánto se podrá eliminar el déficit en la balanza energética?
- Hay barreras en cuanto a la capacidad de transporte de gas y petróleo. El Plan Gas Ar que empezamos en diciembre se empeñó en hacer las fracturas necesarias y empezó a dar grandes resultados a los pocos meses. En el invierno topeamos los gasoductos. El éxito nos muestra la necesidad de inversión en infraestructura, por eso es necesario lanzar la licitación del gasoducto Néstor Kirchner que nos va a permitir dejar de importar gas en los barcos; dejar de quemar combustibles y resolver el problema del declino del gas de Bolivia.
Eso hace a la balanza. La obra lleva 18 meses como mínimo de obra y luego las obras complementarias para que todas las generadoras eléctricas puedan pagar US$ 3,50 en vez de importar a US$ a 17 en GNL. Tenemos el problema de cuello de botella. Todo el sistema del gasoducto cuesta US$ 3.300 millones y el ahorro fiscal que genera con el precio promedio de US$ 8 que pagamos este año son unos US$ 1.400 millones de ahorro en divisas y la mitad de ahorro fiscal. Con un precio a US$ 14 o US$ 17 se paga solo rápidamente. Pero además permite abastecer de gas a la región, a Chile, Brasil, Uruguay que eran impensados. Para el caso del petróleo es más fácil la colocación, pero entendemos que el aumento de producción va a generar saldos exportables estamos casi en un equilibrio.
- La ley llega en un momento de transición energética en el mundo, donde la ventana de oportunidad se va achicando.
- Estamos en un proceso de transición energética. Está bien que la Argentina se embarque en ese proceso. Pero hay que tener cuidado que no nos pase lo que pasa en el resto del mundo. Donde la velocidad entre el cambio y el gas disponible hizo que estallara por el aire. Ese tema lo tenemos tres años controlado con volumen y precio.
Tenemos que ir a un esquema a la velocidad que podamos con nuestra economía. El año que viene vamos a tener que comprar gas a ese valor al valor y eso es una complicación. Si podemos aumentar la producción y generar ese ahorro de divisas, ahorro fiscal, el gas que producimos acá está hecho por trabajadores argentinos. Y podemos ayudar a la región, a Chile que tiene mucho carbón y tenemos gas para poder colocar en Chile.
- ¿Qué va a pasar el próximo año con las tarifas?
- Tenemos que tener una tarifa que evolucione por debajo del salario. No podemos tener una tarifa por la que la gente tenga que dejar de consumir. Es el eje que nos marca el presidente y la vicepresidenta. Y además con un esquema de uso más eficiente de los subsidios para llegar a la gente que no puede pagar.
Pero hay que estar seguro de la herramienta de segmentación; tiene que ser eficiente e inteligente pero además no podemos cometer errores para no dar marcha atrás. Y tenemos que evitar lo que está pasando en el mundo. Los precios se han triplicado. Esta crisis que surgió de otra forma sería impagable para la Argentina. En agosto tuvimos el problema de la baja hidraulicidad pero si se recupera vamos a bajar el costo.
- ¿Qué tipo de esquema están pensando?
- Con la segmentación no se van a resolver los problemas de la energía ni se dejará de subsidiarla. Hay que usarlo de manera más inteligente y más eficiente. Se debe generar una gran base de datos y crear el núcleo familiar, algo que el Estado nunca lo hizo. Es importante saber cuál es el núcleo de cada familia y va a llevar su tiempo.
Creemos que los primeros pasos los vamos a poder dar a comienzos del año que viene y es una herramienta que tiene que ir perfeccionándose y le va a servir al Estado para muchas cosas, como subsidios al transporte y muchas de sus decisiones. Pero hay que tener muy claro cada núcleo familiar, cuáles son los ingresos y si puede o no afrontar estos costos. Pero eso no va a hacer que dejemos de subsidiar la energía.
- ¿Qué porcentaje de la tarifa de gas y electricidad está hoy subsidiada?
- La mitad para ponerlo en términos simples.