DARIO ARIAS*
El cambio climático, y más recientemente la crisis energética desatada por la invasión de Rusia a Ucrania, ha acelerado la (muy difícil y lenta) transición de los combustibles fósiles a las renovables de energía.
Algunos países se destacan en este proceso por poseer ingentes reservas de recursos naturales que influyen fuertemente en esta coyuntura de transición hacia la descarbonización y economía “verde”, que van a balancear el mundo frente al poder que ostentan los petro-estados. Tal es el caso de los poseedores de reservas de níquel, cobalto, uranio, manganeso, aluminio, tierras raras. The Economist ha denominado a estos países los “electro-estados”. Gracias a sus reservas de cobre, plata, oro y litio, Argentina se encuentra también en ese selecto grupo de países.
Los salteños nos estamos empezando a dar cuenta de la importancia y la necesidad de las inversiones extranjeras para el desarrollo del sector minero. Su “bondad” no reside en su extranjería, sino en el tamaño de las mismas -ante la ausencia de un mercado de capitales desarrollado en el país que invierta en este sector-; la especialidad de los actores (acostumbrados a realizar inversiones “de riesgo”) y la especificidad en la materia (invierten en exploración minera, quienes saben del tema).
Pero a esas inversiones hay que dejan estabilidad por lo menos en materia de política macroeconómica; asegurarles el llamado “estado de derecho” (imperio de la ley y respeto de los derechos y garantías; independencia del poder judicial), y algunos otros elementos para atraerlas, seducirlas y seguir posicionando a nuestra provincia como destino de esas inversiones.
En el mensaje del gobernador en la apertura de la 124° sesiones legislativas de Salta se menciona a la minería como uno de los ejes del desarrollo de la provincia y la decisión de dar un impulso a la actividad con incentivos y seguridad jurídica, buscando el desarrollo de infraestructura adecuada.
Aunque Argentina haya crecido mucho en materia de litio, debería irnos mucho mejor. Los volúmenes de producción han crecido dramáticamente. En el año 2000 la producción mundial no llegó a las 5.000 Tn. y ahora está cerca de las 80.000 Tn. y la tendencia es alcista. Conforme a Oscar Vásquez, de la Red de Académicos en Minería, en Australia, primer productor mundial y poseedor de enormes reservas de espodumeno, el costo de extracción y producción de carbonato de Litio, debido a gastos de procesos extractivos de la roca, cantidad de energía, complejidad logística, etc. es más del doble que el que se obtiene en nuestro país, comparado con la extracción en los salares, sin tomar en cuenta el impacto ambiental potencial, los reactivos y la huella de carbono que deja. Sin embargo,
Por lo tanto, ese crecimiento si bien existe en Argentina, y es bueno, debe incrementarse y tener como objetivo ser el país productor N°1 en carbonato de litio y no el N°8 entre 10, como sucede actualmente. No es suficiente que nos ayude la naturaleza y la calidad de los recursos.
Hay que reconocer que el informe anual del conocido think tank en minería Fraser Institute de Canadá ha arrojado nuevamente resultados destacados para Salta en 2020 y 2021 (encuesta realizada entre principales funcionarios de empresas mineras en 77 jurisdicciones mineras, que analiza una serie de variables que componen el llamado índice de percepción de política minera, PPI por sus siglas en inglés).
Si bien es cierto que el potencial minero-geológico de un país o provincia es importante, quienes responden este sondeo de opinión, coinciden en expresar que alrededor del 40% de las decisiones de inversión, están determinadas por factores de política económica. El atractivo de una jurisdicción está compuesto por elementos como la regulación minera, los niveles de presión impositiva, la disponibilidad y capacitación de la mano de obra y la calidad de la infraestructura, entre otros.
OPORTUNIDADES DE MEJORA
¿Cuáles son los temas en los que -a nuestro entender- todavía falta trabajar para acompañar el desarrollo minero que hoy beneficia a nuestra provincia y región, por el incremento de la demanda de metales en el mundo, y permitir aún un mejor posicionamiento frente a nuestros competidores? Algunos se relacionan directamente con la industria, otros son genéricos y abarcan aspectos que exceden el sector minero, pero como vimos-inciden debido en la percepción del atractivo entre los inversores:
+ Respeto irrestricto por la estabilidad impositiva, uno de los pilares que caracteriza a la industria y que permitió su desarrollo desde las reformas del 1993 en adelante. Esto incluye no sólo a las cargas nacionales y provinciales, sino también -y sobre todo- a los municipios, que ante la llegada de importantes empresas a sus territorios se sienten tentados de incrementar su recaudación, en lugar de optimizar su gestión e ingresos mediante otros medios.
+Mantenimiento del carácter judicial y fortalecimiento de la autoridad concedente en la provincia, una de las ventajas competitivas de la misma, frente a otras jurisdicciones.
+Correcta gestión y transformación de reclamos y eventuales conflictos que pudieran surgir, entre los distintos actores grupos y de interés por la competencia del uso de los recursos (suelo, agua, etc.). Es importante también acelerar la implementación de los métodos alternativos de resolución de controversias, como la conciliación y el arbitraje comercial entre los empresarios, frente a la administración de justicia devaluada y de escasa credibilidad en la sociedad.
+Certidumbre y previsibilidad de la aplicación de la zonificación minera (Resol. 130 y su mapa anexo) respecto a áreas protegidas y demás categorías.
+Construcción, mejoramiento y mantenimiento de infraestructura necesaria y suficiente en toda la provincia, por ejemplo: Ruta Nac. 51; paso de sico; Ramal C14 del FFCC; Ruta Nac. 40; Ruta Nac. 9/34; Rutas provinciales 17/27; 5; entre otras; fibra óptica; estaciones de servicio; parques industriales, electroductos, gasoductos; aeropuertos de carga, etc.
+Razonabilidad de los acuerdos socioeconómicos y condiciones de desarrollo sustentable- de las comunidades aledañas a las operaciones mineras; acompañamiento y transparencia en las inversiones sociales.
+Transparencia y control de los ingresos que percibieron el estado en materia de regalías, impuestos, canon minero, etc. que beneficie a las regiones productoras y la sociedad en su conjunto, y avance en iniciativas voluntarias de información del origen y destino de esos fondos (como EITI: Iniciativa para la Transparencia de las Industrias Extractivas).
+ Vigencia de los principios republicanos de gobierno: transparencia, rendición de cuentas de los funcionarios públicos, mecanismos de control, periodicidad de los cargos electivos, honestidad, austeridad, separación de las funciones del poder del estado, etc.
+ Mejora en la educación, en todos los niveles y capacitación de la fuerza laboral. La Cámara de Minería y CAPEMISA viene advirtiendo desde hace varios años al gobierno provincial de la escasez de mano de obra calificada y la necesidad de incentivar el estudio de carreras técnicas y ciencias duras para el desarrollo productivo y tecnológico.
+ Fortalecimiento de las reparticiones administrativas vinculadas a la minería, su capacidad de gestión y funciones de control de aspectos vinculados a la protección ambiental (esto redundará, a la postre, también en la credibilidad y confianza en las autoridades y en la minería en su conjunto ).
+ Mejora continua en la recolección, sistematización, disponibilidad digital de bases de datos geológicos de calidad.
+ Progreso en otros aspectos generales de responsabilidad de la administración pública: educación básica, seguridad, salud, protección ambiental y sustentabilidad de todos los sectores productivos y no sólo el minero (la correcta gestión de residuos es, por ejemplo, un aspecto que viene posponiéndose en el interior y que contamina ríos y otros ambientes).
+ Mejora de la calidad, cantidad y competitividad de los proveedores de bienes y servicios a la minería: logística, transporte, catering, ingeniería, construcciones, laboratorios, etc.
+ Cooperación entre el sector productivo y las universidades, en investigación aplicada, capacitación, desarrollo e innovación, educación continua, entre otros aspectos.
Estoy convencido de que, si logramos consenso de la necesidad de trabajar juntos: las empresas, la academia, los gobiernos, las organizaciones civiles, comunidades locales, entidades financieras y otros actores, será posible convertir al NOA en el futuro “Lithium Valley” de la región.
*Instituto de Minería Sustentable (IDeMiS), UCaSal