La minería en Salta está en pleno camino a mostrar todo su potencial de generación de trabajo y divisas y eso queda plasmado en losindicadores auspiciosos, como lo marcó un informe publicado esta semana por el Centro de Estudios para la Producción XXI (CEP XXI), del Ministerio de Desarrollo Productivo de la Nación.
La participación conjunta en la Mesa Regional del Litio, los proyectos anunciados en el último año y la reciente inauguración de la mina Lindero de Fortuna Silver son, entre otros indicadores, una muestra del potencial de la minería en la provincia y la capacidad de aportar inversiones, empleo y desarrollo al país.
En enero de este año, Argentina exportó minerales por US$ 226.910.000 en enero, que representaron un crecimiento del 20,1% respecto al mismo mes de 2021. Los precios de estos recursos están en alza a nivel mundial y esa tendencia se mantendrá por mucho tiempo según todas las previsiones. Salta exportó en ese mes US$ 26.100.000 de dólares, lo que representó el 11,5 % del total nacional y el 40,7% de lo exportado por la provincia en ese mes.
El 80% de esas exportaciones se queda en el país. Todas las proyecciones técnicas muestran a Salta con un potencial suficiente como para convertirse, con Jujuy y Catamarca, en el principal polo minero de la Argentina.
Salta tiene tres bases de sustentación para su economía: el agro, la minería y el turismo. Pero para aprovecharlas no basta con una espera inercial: la producción debe ajustarse a las exigencias tecnológicas, sociales y ambientales que impone la dinámica del mundo. Salta y el país deben modernizarse no solo para que todos vivamos mejor, sino para consolidar su soberanía. Ayer se celebró el Día de la Minería en homenaje a la primera ley de fomento minero sancionada el 7 de mayo de 1813 por la Asamblea Constituyente, a propuesta de la Junta de Gobierno.
En cuanto al empleo minero local, el documento da cuenta de que en octubre del año pasado se registraron 2.500 puestos de manera directa y son unos 3.000 salteños los que trabajan tanto en estas latitudes como en minas de otros distritos del país. Según el estudio, Salta es la tercera jurisdicción nacional que más trabajadores formales aporta a la minería, detrás de Santa Cruz (con 6.911 empleados directos) y Buenos Aires (4.444).
La secretaria de Minería y Energía, Flavia Royón, destacó que como parte de la política minera que lleva adelante el gobernador Gustavo Sáenz, "el desarrollo minero debe capitalizar mano de obra salteña y fortalecer el entramado productivo de las empresas y proveedores mineros locales".
Consultada sobre el nivel de los proveedores locales, la funcionaria provincial expresó que "tanto los proveedores como la mano de obra salteña están a la altura de las circunstancias" e indicó que por año egresan de las dos universidades e institutos de educación superior más de 2.000 estudiantes. También destacó el desarrollo de las empresas constructoras, dado que no solo brindan servicios en Salta, sino en otras provincias.
Flavia Royón resaltó que está habilitado el Registro Digital y Provincial de Proveedores, gestión que se realizó luego de aprobarse la Ley de Desarrollo Minero, que exige a las empresas mineras un porcentaje de contratación de mano de obra como de empresas.
En tanto, comparte el tercer lugar junto a Jujuy en la cantidad de personal en los yacimientos locales. Santa Cruz es donde más puestos hay, donde se ocupa a 9.358 mineros, seguido por San Juan, con 4.617.
El momento en el que mayor mano de obra ocupa la minería es cuando se construyen las plantas de procesamiento en los yacimientos. Para esa etapa, en la Puna salteña se espera que este año se ocupe a unas 2.500 personas para la construcción de tres proyectos de litio, de acuerdo a lo que adelantó desde la Uocra (Unión Obrera de la Construcción de Argentina) a El Tribuno.
Los convenios que firmó el gremio con las mineras que tienen previsto iniciar en 2022 sus obras (Eramet, Posco y Ganfeng Lithium) establecen la prioridad de contratación de salteños y con salarios entre un 20 a 25 por ciento superiores a los establecidos en construcciones de ciudad.
Eso coincide con uno de los puntos que marca el informe del CEP XXI, donde se consigna que en las provincias donde predomina la minería metalífera y de litio, San Juan, Santa Cruz, Jujuy, Salta y Catamarca, los salarios mineros llegan a ser entre 1,6 y 3,5 veces mayores a las remuneraciones promedio de cada una de estas jurisdicciones.
A nivel nacional, al cierre de 2021, el empleo directo formal en la minería superó los 33.000 puestos y alcanzó la mayor marca desde que hay registro. De ese total, destaca el estudio del CEP, la minería metalífera es la que mayor personal contrata, con un 34% del total. Siguen los servicios mineros y actividades relacionadas con un 19% y las rocas de aplicación con un 15%. El restante lo explicaron el litio, los combustibles (carbón), los no metalíferos y la exploración.
Los altos salarios que caracterizan a la minería -en particular la metalífera- responden a las demandas que deben cumplir quienes quieran ser parte de esta industria: desarraigo parcial, jornadas largas (es la actividad de mayores horas trabajadas por semana de toda la economía), formación técnica y entrenamiento diario acerca de los procedimientos de seguridad, respeto riguroso a las normas internas del proyecto, y a veces prolongados traslados desde el proyecto hasta la zona de residencia, entre otras características. Esta descripción explica, en parte, la contrapartida de los elevados salarios.
En cuestión de género, la minería ha sido históricamente un sector con predominio del empleo masculino y, aunque los porcentajes de participación de las mujeres han crecido, particularmente en la explotación del litio, aún resta un extenso camino por recorrer.
La participación actual femenina en la industria minera argentina es del 8,8%. Todas las ramas mineras están altamente masculinizadas, pero existen algunas diferencias considerables entre ellas: mientras que en el litio la cifra se aproxima al 20%, en los servicios mineros y en las rocas de aplicación no se alcanza el 7%. Las mujeres en Salta lograron una representatividad que ronda el 15% en la minería, de acuerdo al último relevamiento de la Secretaría de Minería de la Provincia.
Preocupación POR CAPACITACIÓN
Más allá de las grandes expectativas por la generación de empleo que conlleva la expansión de industria minera en la Puna salteña, hay una realidad preocupante que resta a las posibilidades de los pobladores de esa zona de conseguir un trabajo de calidad y estable: la capacitación.
En San Antonio de los Cobres existen dos bases de datos de habitantes puneños que se postulan para trabajar en minería y que suman más de 1.500 personas. Entre ellas, sólo la mitad tiene secundario completo y un pequeño porcentaje cuenta con estudios terciarios o universitarios. Es un cuello de botella para las búsquedas laborales que realizan las empresas del sector, sobre todo las que están entrando en fases más avanzadas en sus proyectos.
“La realidad es que la mayoría de las personas que están desocupadas y se inscribieron en la bolsa de trabajo no está capacitada. Por eso planteamos que se conforme un plan de capacitación acorde a lo que necesitan las empresas mineras”, remarcó a este diario el senador por Los Andes, Leopoldo Salva. La oferta educativa sobre carreras o especializaciones referentes a la minería evidentemente es escasa, sobre todo para las poblaciones adyacentes a los yacimientos.
Un ejemplo es la Tecnicatura de Minería que se dicta desde 2013 en Campo Quijano, que es la única posibilidad educativa de ese tipo de Salta. Hasta ahora se graduaron 58 alumnos y alumnas, quienes completaron los tres años que componen la tecnicatura, que tiene una alta demanda. Este año se inscribieron más de 600 personas para cursar en el establecimiento, pero solo hubo lugar para 85.
La UNSa, en tanto, habilitó el año pasado en San Antonio de los Cobres la Tecnicatura Universitaria Industrial Electromecánica. Y por otro lado, hay iniciativas privadas sobre talleres cortos, que son también auspiciados por el Gobierno provincial. Uno de los impulsores es la Cámara de Proveedores de Servicios Mineros y Turísticos de la Puna (Caprosemitp), que desde hace un par de años empezaron a diseñar y organizar cursos de capacitación para los habitantes puneños.
EL POTENCIAL DEL LITIO EN SALTA
Así lo advirtió el asesor financiero Álvaro Pérez de Finex, que comparó al litio con el bitcoin, en el marco de las jornadas "Minería SLA" organizadas por el diario El Tribuno. Describió un panorama alentador para la provincia.
La fiebre del litio llegó, así lo definió el asesor financiero, Álvaro Pérez, socio de Finex, que comparó esta industria con la fiebre por el bitcoin. Para graficarlo, el economista se remitió "al idioma de los precios": la tonelada en el 2012 costaba 4 mil dólares, hasta pasar en el último tiempo de $17 mil a los $78 mil actuales. Es decir que en 10 años la tonelada trepó sin escalas.
Pérez lo relacionó a la diversidad de usos que tiene el mineral y por lo que se ganó el título de "oro blanco" que, resaltó, "no tiene que ver solo con baterías, sino con lo medicinal, con aceites, con aire acondicionado", detalló. Además, planteó que el mineral representa mundialmente "un cambio energético, del fósil al litio, y esto va cambiando la composición del sistema económico mundial".
En este contexto minero internacional, recordó que "de los 23 proyectos que hay en el país, 13 están en Salta y 3 en fase de extracción. Esto da esperanzas", advirtió.
Lo que representa la industria también para las arcas nacionales, destacó el asesor, fue advertido a nivel nacional recién en los últimos dos años: "El litio se puso en la agenda de todo el entramado productivo nacional. Pero hasta el año pasado o hace dos años parecía algo que era solo de la puna, Salta, Catamarca, pero ahora está en la agenda nacional y las cámaras".
Un interés nacional que se debe a las divisas que deja la industria en medio, de, destacó, un faltante de las mismas en el país: "Los 23 proyectos que tiene argentina requerirán capital, como Ganfeng y Posco que están haciendo inversiones en las construcciones de las plantas de carbonato y dióxido de litio. Hay inversión, y hay divisas", explicó sobre el positivo mapa económico que plantea la llegada de la minería.
En este sentido, reflexionó el asesor financiero, "esto recién arranca" por lo que invitó a que los debates se den de manera integral y entender que todo el país tiene que acompañar el desarrollo de la industria minera pensando en "código minero". Sin embargo, indicó "hay que intentar ahorrar costos en esa curva de aprendizaje, aprender de personas de otros lugares del mundo, el desarrollo académico, las universidades, los medios. Es tan grande lo que se proyecta que no serán suficientes ni todos los operarios, contadores, trabajadores locales para poder abastecer la demanda". Proyecciones que reavivan esperanzas en una provincia como Salta, en la que el mayor empleador es el estado.
En lo académico también se acusó recibo, y por ejemplo, en las localidades que albergaran los grandes proyectos se inauguraron nuevas carreras más específicas relacionadas a la industria, como la Tecnicatura Universitaria Industrial Electromecánica, que se empezó a dictar en San Antonio de los Cobres y la Tecnicatura en Minería que se dicta en Quijano.
Pérez se refirió a la movilidad social que puede ofrecer el empleo minero si la industria no solo se limita a dejar fondos. En cuanto a esto, indicó que puede significar una modificación del "entramado social" y recordó el "cúmulo de proveedores locales" que pueden contribuir en los proyectos. "Las capitales de las provincias como San Fernando de Catamarca, San Salvador de Jujuy y Salta también se verán beneficiadas por el cúmulo de proveedores que se irá dando no solo de manera directa en la industria sino también en otras actividades secundarias relacionadas como lavandería, comida, logística" indicó sobre lo que cree, permite soñar con ser proveedores de los proyectos en Bolivia.