China realizó una oferta millonaria por las reservas de litio en Afganistán
Las reservas de litio en Afganistán, valoradas en más de US$ 3 billones, han suscitado el interés reciente de países como China con una oferta de inversión de US$ 10.000 millones para la explotación de este preciado mineral, una ambición que suscita cautela entre expertos afganos.
El gobierno depuesto por los talibanes en 2021 estimó en 3 billones los depósitos sin explotar de litio en Afganistán, que cuenta con importantes reservas de minerales y tierras raras vitales para el desarrollo y producción de tecnologías como las baterías de los vehículos eléctricos, según informó EFE.
"Varios países e inversores han expresado su interés en el negocio del litio, además de los chinos. China incluso ha dicho que está lista para invertir US$ 10.000 millones", dijo el portavoz del Ministerio, Homayoun Afghan.
El interés de la compañía china Gochin por el litio, de materializarse, podría suponer más de 120.000 trabajos directos y un millón indirectos, además de obras de infraestructura, según las autoridades de este país aquejado por una fuerte crisis económica y humanitaria agravada por el retorno de los talibanes al poder.
Un experto afgano del sector minero, Yasin Rahimi, señaló que las reservas de litio se encuentran geográficamente cercanas a China, facilitando el envío de maquinaria y tecnología.
El bajo coste de la mano de obra y la necesidad de apoyo internacional de los talibanes pueden pesar más sobre Pekín que el temor a la inestabilidad en Afganistán, dijo Rahimi.
Pekín ha buscado reanudar las inversiones con el aislado Afganistán, con por ejemplo la firma de un contrato el pasado enero con la china CPEIC por la explotación de un proyecto petrolero en la cuenca Amu Darya.
China ya anunció su interés de apoyar la "reconstrucción pacífica" de Afganistán justo después de la toma de poder por parte de los talibanes en agosto de 2021, y de nuevo en 2022 durante la visita a Kabul del ministro chino de Asuntos Exteriores, Wang Yi.
Pero si Kabul espera obtener un respiro a la crisis gracias a sus reservas de litio, en buena parte inexploradas tras décadas de conflictos, analistas como el afgano Noorullah Azizi se mostraron cautelosos sobre los posibles beneficios.
El también economista Eiraj Faqiri mostró su inquietud sobre la extensión a Afganistán del gran proyecto chino de la nueva ruta de la seda, más conocido como "Un cinturón, un camino" (One Belt, one Road).
El economista se mostró inquieto también por el espaldarazo que este influjo económico supondría para los talibanes, acusados de un número creciente de violaciones de los derechos humanos desde que se instalaron en el poder, especialmente con respecto a las afganas.