En un reciente análisis titulado "Perspectiva sectorial: Se profundiza el riesgo de abastecimiento local de hidrocarburos", Corficolombiana expuso su visión sobre la producción de petróleo en Colombia para el cierre de 2024, contrastándola con las cifras esperadas por el Gobierno del presidente Gustavo Petro. Según el informe, aunque la producción de petróleo continúa aumentando y alcanza los 790.000 barriles diarios, existe un riesgo creciente de desabastecimiento local de hidrocarburos.

El crecimiento no ha sido homogéneo. De los 342 campos de petróleo activos en Colombia en 2024, 2 de ellos (Caño Sur e Índico) explican cerca del 65% del aumento de la producción post pandemia mientras el 54% de los pozos muestran una reducción.

El aumento de producción es positivo, pero es altamente dependiente del desempeño de esos dos pozos. Además, cada vez se produce petróleo en menos yacimientos. Mientras en 2019 se producía crudo en 417 campos, en lo corrido de 2024 se ha reducido a 342.

Pese a la recuperación, la producción de petróleo nacional no ha podido alcanzar los niveles observados antes de la pandemia. Hoy tenemos una producción 92 mil barriles diarios (mbd) menor a los registros de 2019 y 204 mbd menor a los registros de 2015.

En gas, ante la reducción en la producción local y aumentos históricos en la demanda por el hidrocarburo, desde finales de 2023 Colombia viene importando gas, proveniente desde Estados Unidos y Trinidad y Tobago. Hoy estamos abasteciendo el 30% del suministro total de gas en Colombia con insumo importado.

A partir de 2025, la demanda de gas superará la producción local, cuyo déficit aumentará a más del 50% en 2027. Si bien existen grandes oportunidades en el desarrollo de proyectos costa afuera, estos no entrarían en operación sino hasta finales de la década.

A la coyuntura de baja producción de hidrocarburos se le suma la caída en las reservas probadas. Por segundo año consecutivo, las reservas probadas de petróleo y gas disminuyeron. La caída en las reservas de petróleo y gas profundizan el riesgo sobre la soberanía energética del país, en un contexto de mayor demanda.

SE PROFUNDIZA EL RIESGO DE ABASTECIMIENTO LOCAL DE HIDROCARBUROS
El sector de hidrocarburos es uno de los pocos sectores de la economía que no ha logrado recuperar los niveles de actividad de la prepandemia. Lo anterior como consecuencia de una menor producción de petróleo frente a 2019 y una tendencia decreciente en la producción de gas.

En conjunto, el subsector de petróleo y gas se encuentra hoy un 12% por debajo de los niveles prepandemia. Si bien la producción de petróleo ha mostrado una senda creciente en los últimos cuatro años, el crecimiento no ha sido suficiente para alcanzar la producción de 2019.

La menor inversión en exploración y producción en los últimos nueve años, junto con un entorno de falta de apoyo y políticas claras por parte del Gobierno para el sector, hoy se evidencian en una brecha estructural en la extracción de crudo.

El reciente aumento de la producción de crudo nacional responde específicamente a los resultados de dos campos: Caño Sur Este e Índico. No ha sido generalizado. Entre mayo de 2020 y abril de 2024 la producción aumentó 86 mil barriles día (mbd), donde estos campos contribuyeron con el 42% y 22% del incremento total, respectivamente.

Sin embargo, cada vez hay menos campos productores en Colombia (en 2020 se producía crudo en 393 campos y en lo corrido de 2024 solamente en 342). A diferencia de la tendencia creciente en la producción, las exportaciones han tenido un comportamiento volátil.

En 2022, en línea con los altos precios del Brent, se observaron aumentos sustanciales en las ventas externas de petróleo. En 2023, luego de la moderación de los precios, el valor de las exportaciones se redujo de manera importante. Por su parte, en lo corrido de 2024, ante las menores diferencias en los precios del crudo frente a 2023, las cantidades exportadas han cobrado mayor relevancia.

Al respecto, las cantidades vendidas se han reducido en un 2,2% ante la reducción de compras por parte de China y Panamá. La producción de gas, por su parte, ha presentado una continua tendencia negativa desde finales de 2022, que ha sigo compensada con importaciones.

La menor producción del subsector de gas ha limitado una mayor recuperación del sector de hidrocarburos frente a los registros prepandemia. Entre tanto, la disminución de la producción local ha sido compensada por un incremento en las importaciones de gas en un entorno de aumentos históricos en la demanda por este hidrocarburo.

A la coyuntura de baja producción de hidrocarburos se le suma la caída en las reservas probadas. Por segundo año consecutivo, las reservas probadas de petróleo y gas disminuyeron. Con esta disminución se profundiza el riesgo sobre la soberanía energética del país, donde para el segmento de gas se esperan incrementos en su demanda para la próxima década.

Como lo hemos discutido en anteriores ocasiones, es imperativo que el gobierno tome medidas que estimulen la inversión y, para esto, será necesario reactivar la adjudicación de nuevas áreas para exploración y agilizar el desarrollo de los proyectos existentes. De lo contrario, el costo se verá en el largo plazo y será muy tarde para cualquier medida de política.