La economía peruana ha enfrentado desafíos significativos en los últimos años, marcados por la volatilidad de los precios de las materias primas y la incertidumbre global y local. Sin embargo, en medio de estas turbulencias, la minería ha emergido como un pilar fundamental de estabilidad y un acelerador del crecimiento del Perú.
“El entorno económico ha sido sin duda retador, pero creo que la economía peruana ha demostrado una vez más su resiliencia. Hemos podido mantener una economía sólida a pesar de los choques”, dijo el ministro de Energía y Finanzas, Alex Contreras, durante la presentación del Marco Macroeconómico Multianual (MMM) 2024-2027.
Contreras destacó que la minería ha experimentado un crecimiento constante, superando incluso las expectativas, con un crecimiento promedio de más del 20% en los últimos tres meses.
“Se está moderando la caída de la inversión privada y hay sectores que están mostrando un alto dinamismo: la minería está creciendo a doble dígito; el comercio por encima de tres; el turismo, con una recuperación importante. Hay espacio para que esta recuperación se mantenga”, señaló Contreras.
En el 2023, según las nuevas estimaciones del Ministerio de Economía y Finanzas, el PBI crecería 1.1%, sostenido por la producción minera y los sectores asociados a consumo, que compensarían el impacto de choques de oferta en la primera mitad del año. Entre los factores positivos, encabeza la mayor producción de Quellaveco.
“Es bueno destacar que cuando se habla de la resiliencia es una manera generosa de llamar al vaso medio vacío, medio lleno. ‘Resiliencia’ se refiere a que la producción minera se mantendrá”, indica el economista Carlos Adrianzén, decano de la Facultad de Economía de la UPC.
Desde el Instituto Peruano de Economía (IPE), explican que la economía ha estado impulsada en gran medida por el rendimiento del sector minero, sin embargo, el gran reto será sacar adelante los proyectos para lograr mantener el volumen de producción actual.
“Por diversos factores, la inversión privada va a ser mucho más lenta de lo que se esperaba, y buena parte de esa inversión privada tiene que ver con inversión minera (…) Es muy probable que el crecimiento sea más bajo”, afirma Víctor Fuentes, gerente de Políticas Públicas del IPE.
MOTOR DE CRECIMIENTO
Durante su presentación, el ministro de Economía y Finanzas recordó proyecciones mineras pasadas que no se cumplieron. Por ello, subrayó la necesidad de impedir que los proyectos de inversión minera se retrasen o queden en el limbo, como ha ocurrido anteriormente.
“Del 2019 al 2020 se esperaban proyectos por más de US$ 5,000 millones como Pampa del Pongo, Corani, Ampliación Santa María, Integración Coroccohuayco, Ampliación Pachapaqui y Yanacocha Sulfuros. De estos proyectos, solo uno o dos se han podido concretar. El resto se ha ido postergando”, manifestó el ministro.
También mencionó las proyecciones del MMM previo, en el que se esperaba la ejecución de los proyectos Corani, Romina y Magistral. “No podemos seguir con esa tendencia”, agregó. La meta, añadió, es empezar a llenar por lo menos los siguientes diez años de proyectos que avancen desde la etapa de prefactibilidad hasta la ejecución.
La tendencia de la inversión minera se revertirá a partir de 2025, explica Contreras, siempre y cuando se materialicen los nuevos anuncios de inversión por alrededor de US$ 10,500 millones por cinco proyectos mineros (ver infografía).
“La regulación en el sector minero se ha complejizado muchísimo, y no hay visos de que eso se vaya a resolver en el corto plazo. Y, mientras vemos esto también en la regulación laboral, los conflictos sociales generan mayores complicaciones durante la fase de inversión de un proyecto minero y también durante la producción”, explica Fuentes, del IPE.
SEGUIMIENTO DE LAS INVERSIONES
El ministro de Economía y Finanzas reconoce que acelerar la inversión minera es crucial para el crecimiento económico sostenible de Perú. Y, para lograrlo, anunciaron la creación de una Comisión de Alto Nivel para el Seguimiento de las Inversiones, que tomará las decisiones estratégicas necesarias para la ejecución de proyectos de inversión.
“Hay factores que no controlamos, desde luego, como, por ejemplo, los problemas de financiamiento que puedan tener, o decisiones de las propias empresas. Pero no puede ser que proyectos importantes de inversión en minería se traben por decisiones nuestras, porque no salen a tiempo los estudios o las respuestas o las opiniones. En ese sentido el rol del MEF va a ser ese el de avanzar con nuestro equipo especializado en seguimiento de la inversión”, aseguró Contreras.
“En 1990, el Perú ofrece una Ley que garantiza lo mínimo: estabilidad administrativa y tributaria. Eso le bastó al Perú en ese momento. En la actualidad, hemos contrastado que la estabilidad tributaria ya no se respeta y que el Perú ha cambiado de imagen. El Perú, para volver a tener un buen momento minero, tiene que tomar pasos mucho más agresivos en la dirección correcta”, enfatizó Adrianzén.
La agenda de mediano plazo, según el MMM, incluye la consolidación de la minería, pero también la mitigación de la conflictividad social a través de la inversión pública, la promoción de la agroexportación y la diversificación productiva.