Hay un plan de clausura por cada nuevo reactor que se construye en el mundo
ANAHÍ ABELEDO
Actualmente hay unos 420 reactores nucleares de potencia en funcionamiento en todo el planeta y se prevé que, hasta 2050, entren en el proceso de clausura unos 200 reactores nucleares. En Alemania ganó la postura anti-nuclear y se cerraron en abril las centrales, lo mismo sucedería en breve en España si se cumple el plan de previsto. Pero al margen de la política ambientalista que dispone el cierre por motivos de seguridad, los reactores tienen una vida útil de poco más de 20 años y cada reactor que se construye debe tener un plan de clausura. Hay tantos planes de cierre como reactores -aún en los países proclives a la energía nuclear- y, por tanto, la industria de la clausura tiene una larga vida por delante. Las experiencias del Reino Unido y Eslovaquia.
"Es probable que, de aquí a 2050, se gasten cientos de miles de millones de dólares en actividades de clausura en todo el mundo y, por ello, las empresas y los inversores ya están tomando posiciones al respecto", alerta la Organización Internacional de Energía Nuclear (OIEA) en una reciente publicación.
En la actualidad hay más de 50 reactores en fase de construcción en todo el mundo y, antes de construirse, cada uno de ellos debía disponer de un plan de clausura.
A medida que muchas centrales nucleares de todo el planeta se acercan al final de su ciclo de vida, está apareciendo una nueva industria en torno a la clausura de instalaciones nucleares. Cuando llegue el final de vida útil de las centrales, habrá que clausurar muchas otras instalaciones que forman parte del ciclo del combustible nuclear, como centros de investigación e instalaciones de reprocesamiento del combustible gastado o de tratamiento de los desechos.
"La industria de clausura de estas instalaciones parece tener unas sólidas perspectivas a largo plazo.
Se prevé que las empresas de ingeniería, construcción, demolición y gestión de desechos en el ámbito nuclear serán los principales proveedores de servicios para la industria de clausura", dicen los expertos Joanne Burge y Emma Midgley en la publicación de la OIEA.
La función de esta nueva actividad, consiste en descontaminar y desmantelar las instalaciones nucleares y rehabilitar los emplazamientos para que estos puedan utilizarse de forma segura en el futuro, teniendo en cuenta factores socioeconómicos y de sostenibilidad.
SEGURIDAD CON NUEVOS ENFOQUES
El desmantelamiento de estas instalaciones nucleares conlleva la tarea de convertirlas en lugares seguros mediante enfoques que tengan en cuenta los efectos para el ambiente, en consonancia con principios de la economía circular, por ejemplo mediante el reciclaje de los metales, alambres y cables recuperados, y la separación del hormigón limpio del hormigón reforzado con acero.
El organismo advierte que se necesita una fuerza de trabajo nuclear muy cualificada, la cual debe incrementarse para evitar una escasez de habilidades nucleares en el futuro.
A fin de conservar los conocimientos y fomentar esta industria, la Red Internacional de Clausura del OIEA proporciona un foro para que las organizaciones y las personas que intervienen en la clausura y el desmantelamiento de instalaciones nucleares intercambien experiencias y lecciones aprendidas.
El OIEA presta asistencia a los países en la planificación y la ejecución de procesos de clausura proporcionando asesoramiento técnico, jurídico y sobre seguridad, y apoyando el intercambio de conocimientos mediante cursos y talleres de capacitación.
El OIEA desempeña un papel importante en la tarea de facilitar una amplia colaboración internacional y realizar exámenes técnicos a fin de establecer buenas prácticas y garantizar que se aprende de la experiencia.
“La red reúne a organizaciones y personas que intervienen en la clausura y el desmantelamiento de instalaciones nucleares”, señala Tetiana Kilochytska, especialista en clausura del OIEA.
“Ayuda a divulgar información relativa al proceso de clausura, como la puesta en común de prácticas óptimas e innovaciones, a fin de mejorar la cooperación y la coordinación de la industria dedicada a la clausura en todo el mundo”.
Con los proyectos de clausura que se han puesto en marcha recientemente para reactores de potencia comerciales en los Estados Unidos se pretende reducir la duración de la fase principal del desmantelamiento —sin incluir las actividades relacionadas con la finalización de las licencias— a entre cinco y siete años, que es aproximadamente la mitad del promedio de duración de esta fase de actividad a escala mundial.
EL CASO SELLAFIELD EN EL REINO UNIDO
Una de las organizaciones que comparte sus conocimientos especializados en favor de otras es la encargada del emplazamiento de Sellafield, en el Reino Unido.
En este emplazamiento ha habido diversas instalaciones nucleares, como reactores nucleares de potencia, instalaciones de reprocesamiento de combustible y plantas de tratamiento de desechos.
La OIEA recuerda que "Cuando se inauguró en la década de 1950, Calder Hall, en el emplazamiento de Sellafield, fue la primera central nuclear comercial del mundo".
Debido al amplio abanico de instalaciones nucleares antiguas que se encuentran en un espacio comprimido, los profesionales encargados de la clausura que trabajan en el emplazamiento han tenido que idear soluciones innovadoras y singulares durante la clausura, entre las que figuran la digitalización y la robótica.
Se prevé que las actividades de clausura en el emplazamiento de Sellafield (Reino Unido) se prolonguen durante muchos decenios
“Se trata de un desafío muy complejo de clausura de instalaciones nucleares”, afirma Mike Guy, de Sellafield Limited. “Ello se debe al amplio número y la diversidad de instalaciones nucleares, muy próximas entre sí en un emplazamiento saturado. Debemos hacer frente a una amplia variedad de dificultades con respecto a los desechos, incluidos los que se han almacenado en piscinas subacuáticas y la retirada de desechos de celdas muy grandes y complejas”.
Las actividades de clausura en el emplazamiento de Sellafield se iniciaron en la década de 1980 y se prevé que continúen a lo largo de este siglo e incluso después. Gracias a esta enorme experiencia, Sellafield se encuentra en una posición ideal para compartir sus inigualables conocimientos especializados y experiencias con la comunidad internacional de clausura.
Además, la inversión en las cadenas de suministro que trabajan con Sellafield Limited pone de manifiesto los posibles beneficios económicos que pueden obtener las empresas que se incorporen a la industria nuclear.
En 2021, la Autoridad de Clausura de Instalaciones Nucleares del Reino Unido, el organismo público que supervisa la clausura en el emplazamiento de Sellafield, gastó en torno al 55 % de su presupuesto anual —que asciende a 4000 millones de dólares de los Estados Unidos— en servicios prestados por empresas asociadas.
EL CASO ESLOVAQUIA
Cuando Eslovaquia ingresó en la Unión Europea (UE) en 2004, lo hizo con una importante condición relacionada con la seguridad nuclear: el país tendría que poner en régimen de parada sus reactores V1 de la central nuclear de Bohunice y clausurarlos. Estos eran reactores de la era soviética y se consideraba que ya no cumplían las normas de seguridad nuclear pertinentes del momento. El Gobierno del país se comprometió a clausurar los reactores y, en el proceso, sentó un precedente en relación con la clausura de una central nuclear de forma segura, eficiente y eficaz. Con el apoyo del OIEA y la Comisión Europea, Eslovaquia ahora divulga lo aprendido con miras a beneficiar a otros países.
Un poco más de la mitad de la electricidad que genera Eslovaquia proviene de la energía nuclear. Los cuatro reactores del emplazamiento de Bohunice han sido de gran importancia en este sentido. La primera unidad de la central nuclear Bohunice V1, que se puso en funcionamiento en 1978, fue el primer reactor de agua a presión del emplazamiento, con un diseño de reactor de potencia refrigerado y moderado por agua (WWER-440) modelo V230. Fue una de las primeras versiones de los “reactores de potencia refrigerados y moderados por agua” concebidos por la Unión Soviética. Sin embargo, el diseño del edificio de contención presentaba algunos desafíos, puesto que tenía un mayor riesgo de rotura de las grandes tuberías en comparación con edificios que se construyeron posteriormente con diseños mejorados.
La clausura de la central Bohunice V1 aportó una gran cantidad de conocimientos prácticos
Olena Mykolaichuk, Directora de la División del Ciclo del Combustible Nuclear y de Tecnología de los Desechos del OIEA, ha trabajado en estrecha colaboración con expertos de la Empresa de Actividades Nucleares y de Clausura (JAVYS) de Eslovaquia, entidad de titularidad pública, a medida que ha avanzado el proyecto de clausura de la central nuclear Bohunice V1. “Durante la clausura, la empresa recurrió a herramientas digitales innovadoras para garantizar que el proceso fuera seguro y eficiente. Proyectos de clausura de todo el mundo están adoptando estas herramientas”.
Entre las herramientas que empleó JAVYS, se encuentran la modelización virtual y la simulación. Mediante simulaciones, los ingenieros elaboraron procedimientos para extraer la vasija del reactor, que estaba en el pozo de cemento del reactor, y proceder a moverla y sumergirla en piscinas de agua donde se pudiera seccionar transversalmente de forma segura utilizando sierras para un mayor embalaje que permitiera un almacenamiento seguro.
Eva Hrasnova, gestora de proyectos de JAVYS, explica que el proyecto demostró que las herramientas de corte mecánicas, como las sierras de cinta y circulares utilizadas bajo el agua, permitieron fragmentar los componentes radiactivos del circuito primario de los reactores WWER‑440 de forma segura y productiva. Asimismo, dice que la experiencia demostró que fue crucial utilizar una combinación de métodos de descontaminación —químicos, electroquímicos y ultrasónicos, así como métodos mecánicos, por ejemplo, el granallado y la rectificación— para una gestión de seguimiento eficaz de los desechos.
“La clausura de la central Bohunice V1 aportó una gran cantidad de conocimientos prácticos para los responsables de clausuras —señala Mykolaichuk—. Desde determinar formas de ahorrar espacio y dinero reutilizando edificios para el almacenamiento, hasta reciclar un alto porcentaje de acero, metales y hormigón para apoyar los principios de la economía circular”.
La clausura de la central Bohunice V1 está en curso y se espera que continúe hasta 2027. Con el apoyo financiero de la UE y el Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo, se espera que el costo final del proyecto alcance los 1239 millones de euros.
ALEMANIA DIJO ADIOS A LAS CENTRALES
Algunos programas recientes en Alemania tienen como objetivo obtener las autorizaciones para la clausura aproximadamente al mismo tiempo que se procede a la parada definitiva de la instalación.
Cierre de centrales nucleares en Alemania, su cierre está previsto para 2028
Alemania cerró definitivamente las tres centrales nucleares que aún permanecían abiertas, donde siguen lidiando no obstante con la cuestión de dónde colocar los residuos nucleares, informaba EuroNews.
"Creemos que utilizar una tecnología de alto riesgo que no podemos controlar con seguridad y para la que no tenemos siquiera un almacenamiento temporal, por no hablar de definitivo, es algo muy muy erróneo", dice Martina Gremler, de la Federación Alemana para el Medio Ambiente y la Conservación de la Naturaleza.
El uso de energías renovables ha aumentado significativamente desde que Alemania decidió dejar de utilizar sus centrales. La fusión de los reactores nucleares en Fukushima en 2011 desencadenó una oleada de preocupación por la seguridad que en Alemania arrastró incluso a los antiguos partidarios de la energía nuclear.
ESPAÑA HACIA EL APAGÓN NUCLEAR
El gobierno español rechaza alargar la vida de las centrales y no cambia el calendario de cierres escalonados entre 2027 y 2035 en la próxima versión del Plan Nacional de Energía y Clima.
En 2019, el gobierno y las grandes eléctricas -Endesa, Iberdrola y Naturgy- firmaron un cierre "escalonado" para las nucleares, aunque sería abordado "central por central". El cierre nunca se debía de producir antes de 2025, pero el horizonte para la clausura total se fijó en 2035 o 2036, consigna El Español.
La central Almaraz II, en Cáceres
España cuenta con siete reactores activos repartidos en cinco centrales nucleares, que de manera sostenida concentran en torno a un 20% de toda la producción eléctrica del país cada año. Los defensores de la nuclear destacan la fiabilidad que ofrecen las centrales para aportar electricidad sin emisiones de CO2 de manera permanente, frente a la intermitencia de la producción de las renovables.
Las compañías eléctricas, Enresa y el Consejo de Seguridad Nuclear, el regulador que vela por la seguridad de las centrales en el país, trabajan con el calendario de cierre pactado con el gobierno como la hoja de ruta de plazos de operación y de planificación. El cierre gradual y escalonado de los siete reactores españoles acordado en 2019 con las grandes eléctricas contempla que Almaraz I cerrará en 2027, Almaraz II en 2028, Ascó I en 2030, Cofrentes en 2030, Ascó II en 2032, Vandellós II en 2035 y Trillo también en 2035.