Marruecos alberga el vasto Complejo Solar Noor-Ouarzazate
JONATHAN JOSEPHS
Marruecos tiene grandes ambiciones de exportar a Europa electricidad producida por parques solares y eólicos, pero ¿debería dar prioridad a estas energías renovables para su mercado interior? "Los recursos que tenemos aquí podrían ser una de las grandes respuestas a la demanda europea", afirma el empresario energético marroquí Moundir Zniber.
Zniber es un hombre apasionado que ve oportunidades en la crisis. "Creo que Marruecos representa la mejor oportunidad para alejar al continente europeo de la dependencia actual del gas ruso", afirma.
Zniber ha dedicado los últimos 15 años a convertir su empresa, Gaia Energy, en uno de los líderes de la revolución de las energías renovables en su país.
"Marruecos tiene uno de los mejores recursos solares y eólicos del mundo. No tenemos petróleo, no tenemos gas natural, pero tenemos un potencial que es sencillamente asombroso", afirma.
La guerra de Ucrania ha impulsado a los políticos europeos a redoblar sus esfuerzos para hacer frente al cambio climático con nuevas fuentes de energía limpia. Marruecos espera ser parte de esa solución.
Está a las puertas de Europa y tiene ambiciosos planes para generar el 52% de su electricidad a partir de fuentes renovables para 2030. La esperanza es que gran parte de esta electricidad se exporte a Europa a través de cables submarinos.
Pero de momento, el país aún tiene que construir muchos más parques solares y eólicos. En la actualidad, esta nación norteafricana de 39 millones de habitantes depende de las importaciones para cubrir el 90% de sus necesidades energéticas, y la mayor parte procede de combustibles fósiles.
En 2021, alrededor del 80,5% de la electricidad producida en Marruecos procedía de la combustión de carbón, gas y petróleo. En cambio, solo el 12,4% procedía de la energía eólica y el 4,4% de la solar.
Sin embargo, Marruecos ya está haciendo algunos progresos tangibles para impulsar su generación de energía renovable, gracias a proyectos como el enorme Complejo Solar Noor-Ouarzazate. Con la apertura de la primera fase en 2016, se ha convertido en la mayor planta de energía solar concentrada del mundo.
Este tipo de instalaciones utilizan espejos para reflejar y concentrar la luz solar en "receptores" de torre central. Estos contienen fluido que se calienta con la luz, creando vapor que hace girar las turbinas para generar electricidad.
En Noor-Ouarzazate, los espejos ocupan 3.000 hectáreas. La empresa saudí ACWA Power se encargó de desarrollar la instalación, que también contó con financiación del Banco Mundial y el Banco Europeo de Inversiones.
Zniber afirma que empresas privadas marroquíes como la suya tienen previsto exportar a Europa electricidad generada por energía solar y eólica, así como hidrógeno verde, es decir, hidrógeno obtenido a partir de energías renovables.
Añade que Gaia Energy está desarrollando sistemas eólicos y solares que podrían cubrir hasta el 4% de las necesidades de electricidad de Alemania e Italia. "Y en cuanto al hidrógeno verde, tenemos seis proyectos que nuestra empresa está desarrollando y que podrían responder al 25% de las necesidades de la UE".
Por su parte, la empresa británica de energía Xlinks tiene previsto construir un cable eléctrico submarino desde Marruecos hasta el Reino Unido. Su esperanza es que la energía solar y eólica marroquíes puedan cubrir el 8% de las necesidades de electricidad del Reino Unido en 2030.
Según el Banco Mundial, el aumento de la generación de energía solar y eólica en Marruecos podría contribuir a impulsar el crecimiento económico del país. El Banco Mundial ha aportado millones de dólares para financiar estos sectores.
Los beneficios incluyen una desvinculación de la "gran volatilidad de los precios de los combustibles fósiles", según el economista jefe del Banco Mundial para la región, Moez Cherif.
En un país con una tasa de desempleo del 11,2%, Cherif añade que podría crear hasta 28.000 nuevos puestos de trabajo al año, que son muy necesarios.
También afirma que permitiría a Marruecos "posicionarse como centro industrial de inversiones para la exportación de productos industriales ecológicos", como la fabricación de automóviles con energías renovables.
Sin embargo, el Banco Mundial calcula que a Marruecos le costará 52.000 millones de dólares (41.600 millones de euros) alcanzar su objetivo de energías renovables para 2030, y que la mayor parte de ese dinero tendrá que proceder del sector privado. Esto es algo con lo que el Gobierno marroquí está de acuerdo.
La administración es plenamente consciente de los beneficios potenciales e intenta acelerar la visión de las energías renovables que el Rey Mohammed VI estableció por primera vez en 2009.
La ministra marroquí de Transición Energética y Desarrollo Sostenible, Leila Benali, afirma que parte del lento crecimiento de las energías renovables en el país en los últimos años se ha debido a factores globales.
"El mundo acaba de salir de una pandemia histórica, una dislocación total de las cadenas de suministro y de valor, que también afecta a las energías renovables, incluida la forma en que comerciamos con paneles solares y turbinas eólicas", dijo.
Sin embargo, reconoce que también hay obstáculos internos que superar.
Entre ellos, "acelerar y agilizar la burocracia", asegurándose de que las empresas obtienen cosas como "el acceso a los permisos de suelo con relativa rapidez para garantizar que los inversores acceden a las oportunidades que desean".
Benali añade que la estrategia energética del Gobierno se basa en tres pilares: el aumento de las energías renovables, el incremento de la eficiencia y una mayor integración en los mercados energéticos internacionales.
A la pregunta de si tiene sentido exportar electricidad verde antes de cubrir todas las necesidades de Marruecos con energías renovables, Benali afirma que la "prioridad" es que los marroquíes tengan acceso a la energía verde "más barata".
Añade que también es necesario aprovechar la "oportunidad histórica" de integrarse en el mercado energético europeo, y que tales oportunidades podrían ser un incentivo para la tan necesaria inversión privada.
Moez Cherif, del Banco Mundial, cree que Marruecos debería aumentar tanto las exportaciones de energía renovable como el consumo interno. "Lo ideal sería hacer ambas cosas", afirma.