El comodín está en los países donde la producción se ha disparado, pero sigue en peligro .Irán, Guyana, Noruega, Kazajstán, Brasil y Nigeria han bombeado más petróleo
OE WALLACE Y ANNA HIRTENSTEIN
El aumento de la oferta de un grupo de pequeños países productores de petróleo amenaza con socavar los esfuerzos de Arabia Saudita y sus aliados por mantener altos los precios.
Irán, Guyana, Noruega, Kazajstán, Brasil y Nigeria han bombeado más petróleo desde el otoño, impulsando la oferta mundial incluso cuando algunos de los mayores productores se han frenado. Nigeria, en particular, ha experimentado un repunte de la producción, con la ayuda de guardias armados que protegen las barcazas en los vastos arroyos y vías fluviales del delta del Níger, rico en petróleo.
“Se producían 100.000 barriles al día aquí y 200.000 allí”, explica Martijn Rats, jefe de estrategia de materias primas de Morgan Stanley. “Empezamos a pensar que esta historia del endurecimiento de la segunda mitad del año es un poco exagerada”, dijo, refiriéndose a la opinión generalizada de que la oferta mundial de petróleo se reducirá a partir de mediados de año.
Junto con una menor demanda en Estados Unidos y Europa, los flujos adicionales de petróleo dejaron vulnerable al mercado cuando las turbulencias en el sector bancario llevaron a los inversores a deshacerse de los activos de mayor riesgo y a temer una recesión el mes pasado.
Arabia Saudita intervino la semana pasada para apuntalar el mercado. El segundo mayor productor de crudo anunció que reduciría aún más la producción, junto con Rusia, Irak, Emiratos Árabes Unidos y otros países.
La sorpresiva medida provocó una subida de los precios. Pero, a unos US$ 85 el barril, el crudo Brent de referencia mundial no está más alto que a principios de marzo, y por debajo de los máximos de la era pandémica de más de US$ 125 el barril registrados poco después de la invasión de Ucrania.
La subida de los precios depende en parte de la producción de los países productores más pequeños que luchan contra los intereses saudíes. Estados Unidos también ha bombeado crudo adicional, aumentando la producción diaria en más de un millón de barriles en el último año. Sin embargo, el comodín del mercado reside en países como Nigeria, donde la producción ha aumentado inesperadamente, pero es propensa a sufrir interrupciones y podría volver a flaquear.
También está en juego si el temor a una recesión en EE.UU. se convierte en realidad y merma la demanda.
Desde septiembre, máximo reciente de la producción saudí, el reino ha reducido la producción diaria de crudo en 560.000 barriles, hasta unos 10,5 millones, según datos de febrero de la Agencia Internacional de la Energía. Irak, Emiratos Árabes Unidos y Kuwait también han reducido su producción en más de 100.000 barriles diarios cada uno.
Todos son miembros de la OPEP+, una alianza entre la Organización de Países Exportadores de Petróleo y un grupo liderado por Rusia que decidió en octubre recortar drásticamente la producción.
Los recortes llevaron a los analistas a predecir una enorme subida de los precios. Inmediatamente después de la decisión de la OPEP el pasado otoño, Goldman Sachs aumentó su previsión de Brent para el primer trimestre de 2023 a US$ 115 el barril, calificándola de conservadora.
No ha sido así. Los futuros más activos del Brent alcanzaron un promedio de US$ 82 por barril en el primer trimestre y cayeron hasta un mínimo de cierre de menos de US$ 73 por barril a mediados de marzo.
Daan Struyven, economista especializado en energía de Goldman, sostuvo que el banco se equivocó en sus previsiones porque la demanda china no cumplió las expectativas.
La otra razón se encuentra en África Occidental. La producción diaria de Nigeria ha repuntado en 350.000 barriles, hasta 1,3 millones, desde septiembre, borrando más de la mitad de la reducción saudí.
En agosto, el país producía menos de un millón de barriles diarios. El sabotaje de oleoductos, el robo de petróleo y la escasa inversión en producción han sido los culpables, según analistas y funcionarios nigerianos.
El pasado octubre, Mele Kyari, director ejecutivo de Nigerian National Petroleum, declaró que las fuerzas de seguridad habían descubierto un punto de conexión ilegal en el oleoducto Trans Escravos, propiedad de Shell, que desviaba crudo a una línea de prueba de 4 kilómetros. Kyari declaró ante una comisión del Senado nigeriano que los principales oleoductos estaban cerrados debido a los elevados niveles de robo.
Nigeria es miembro de la OPEP, pero no participa en los recientes recortes. La producción era tan inferior a su cuota que los recortes del año pasado no tuvieron efecto vinculante.
La producción repuntó después de que las empresas empezaran a transportar crudo a través del delta del Níger en barcazas, según funcionarios del gobierno y de las empresas. Algunas empresas habían dejado de bombear porque no podían confiar en que su petróleo llegara al mercado mundial a través de los oleoductos, según un ejecutivo de un pequeño productor. Las barcazas son más lentas y caras que los oleoductos, pero el petróleo puede defenderse con guardias en barcos de apoyo.
Nigeria podría volver a aumentar modestamente la producción este año porque el gobierno alcanzó un pacto con las empresas de seguridad del Delta, según indicó la AIE en un informe reciente. NNPC no hizo comentarios.
Aparte de Guyana, que está explotando reservas de petróleo no utilizadas anteriormente, la mayoría de los pequeños productores se están recuperando de la interrupción en lugar de invertir para aumentar la producción, explicó Livia Gallarati, analista senior de Energy Aspects.
Irán añadió 200.000 barriles diarios desde septiembre, en parte porque las exportaciones de Venezuela -que compite por compradores dispuestos a utilizar el petróleo sancionado- disminuyeron, dijo Armen Azizian, analista del mercado de crudo de Vortexa. En Brasil, la producción alcanzó un récord en enero, después de que Petróleo Brasileiro SA comenzara a bombear en una nueva plataforma flotante frente a la costa de Río de Janeiro.
La producción de Kazajstán ha aumentado en más de 240.000 barriles diarios desde septiembre, recuperándose de las interrupciones, incluido el cierre temporal de una terminal de exportación en la costa rusa del Mar Negro. La antigua república soviética se está sumando a los recientes recortes liderados por Arabia Saudita.
Giovanni Staunovo, analista de materias primas de UBS, se refirió a esta oferta adicional. No cree que Nigeria y Kazajstán vayan a aportar mucho petróleo adicional, ya que, según él, están bombeando casi al límite de su capacidad.
“El mayor riesgo es Irán, donde podríamos ver un aumento de la producción”, dijo Staunovo, aunque añadió que las perspectivas de un acuerdo nuclear con EE.UU., que abra una avalancha de exportaciones, parecen escasas.