La empresa minera Buenaventura, en el distrito de Ccochaccasa, provincia de Angaraes, región Huancavelica, suspendió temporalmente sus operaciones tras la intervención violenta de un grupo de manifestantes en el campamento minero. Mientras que Las Bambas está cada vez más en riesgo por el parate, y Glencore reanuda su mina de cobre Antapaccay.
Como consecuencia, por cada día de paralización la minera pierde entre US$ 180,000 y US$ 200,000, y sus 1,200 trabajadores dejan de percibir remuneraciones, dijo a Gestión el gerente general de la empresa, Leandro García.
“En días anteriores, hemos podido conversar con ellos, disuadirlos de esta medida de fuerza. Pero ayer (domingo) se acercó un grupo mucho más grande, de entre 280 o 300 personas, con actitud más beligerante, poco ánimo para negociar y, ante el riesgo al que se veían expuestos nuestros trabajadores, accedimos a firmar el acta y suspender las labores de trabajo de la unidad minera”, relató.
En el acta que firmaron bajo amenaza, se comprometía a la empresa a detener sus labores y a apoyar las manifestaciones en contra del gobierno de Dina Boluarte.
Durante la invasión a la unidad minera ocurrida alrededor de las 11 a.m. del domingo (5/2), no se presentaron agresiones físicas, pero sí amenazas de posible violencia si los trabajadores no accedían a las peticiones de los manifestantes. Estas personas también causaron destrozos en el lugar, quemaron llantas y dañaron vehículos de la minera, según indica el gerente.
Una hora después de estos hechos, la empresa optó por detener las operaciones de la mina, puesto que de lo contrario los trabajadores se encontrarían bajo riesgo de ser atacados.
“Vamos a continuar (con la paralización) hasta que tengamos la certeza de que ninguno de los trabajadores va a sufrir un riesgo físico o a su integridad”, adelantó García.
Según la empresa, un grupo de comuneros irrumpieron en el campamento para coaccionar al representante de Julcani a firmar un acta con contenidos con los que la compañía no está de acuerdo, exigiendo entre otras cosas que la unidad minera paralice totalmente y hasta nuevo aviso sus operaciones.
"A fin de velar por la integridad de los trabajadores, la Unidad Julcani ha iniciado la desmovilización de todo el personal y ha suspendido sus operaciones hasta que las condiciones de seguridad sean las adecuadas. Esta situación limita a la compañía a realizar actividades esenciales dentro de la operación, lo que pone en riesgo la seguridad ambiental de la zona", se lee en el comunicado de Buenaventura.
Según la minera, también obligaron a los trabajadores a dejar las instalaciones bajo amenazas, apedrear las oficinas y vehículos de la unidad minera y sustraer algunas pertenencias. La empresa advirtió además que esta situación ha sido comunicado al Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental y al Organismo Supervisor de la Inversión en Energía y Minería para la determinación de las responsabilidades.
LAS BAMBAS EN RIESGO
El presidente de la Cámara de Comercio de Apurímac, Edward Palacios, indicó que la paralización de Las Bambas es una "pérdida muy grande", porque la unidad representa casi el 80% del PBI regional y más del 1% del PBI nacional.
Con el cierre de la mina, explicó, ya no se va a poder contar con dinero para "atender las brechas sociales y generar obras que atiendas las necesidades sociales", según destacó RPP.
Palacios mencionó que una parte de la población entiende que la paralización de Las Bambas es perjudicial para el desarrollo de la región y sabe que afectará al bolsillo de las familias apurimeñas. No obstante, precisó que hay otro grupo de personas que piensa diferente
"Hay otra parte de la población que ha sido azuzada, que es lamentablemente la que más necesita, que no ha visto reflejado esta bonanza económica en la región y que son azuzados diciéndoles: miren cómo se llevan nuestra riqueza, nuestro futuro y animales. Por supuesto que tienen justos reclamos, pero eso ha sido problema de los gobiernos subnacionales que no han sabido efectivizar en obras de desarrollo toda la bonanza económica que ha tenido Apurímac", manifestó.
GLENCORE REANUDA ANTAPACCAY
La mina de cobre Antapaccay en Perú de Glencore reanudó sus operaciones después de permanecer cerrada debido a ataques de manifestantes contra el yacimiento, situado en el interior de la nación andina.
La mina cerró el 20 de enero y reabrió con "mayor seguridad" después de que disminuyeran algunas de las protestas, según un portavoz del gigante mundial de las materias primas, según informó Ernest Scheyder en Reuters.