A nueve días de la asunción de Lula Da Silva como presidente, en Brasil las cosas se pusieron complicadas. Cientos de seguidores del ex mandatario Jair Bolsonaro invadieron este domingo el predio del Congreso Nacional en una manifestación que pide una intervención militar para derrocar al presidente. Petrobras desactivó los rumores de una posible toma de las refinerías y anunció que funcionan con normalidad, sin problemas para el abastecimiento.

Primero, el grupo accedió a la Cámara de los Diputados y del Senado, después, avanzaron hasta la Praça dos Três Poderes, donde se produjo un enfrentamiento con agentes de seguridad, y se dirigieron al Palacio de Planalto. Luego se dirigieron al Supremo Tribunal Federal, llegando hasta una zona de seguridad. Las impactantes imágenes muestran una marea humana ocupando el techo de los edificios, pero también los jardines adyacentes.

Desde el 30 de octubre seguidores de Bolsonaro, que desconocen el triunfo de Lula,  estaban acampados frente al Cuartel General del Ejército, en Brasilia.

Los campamentos de los bolsonaristas radicalizados, que desconocen el triunfo electoral de Lula y la derrota de su referente, y se habían multiplicado en ciudades de todo el país, habían comenzado a ser desmontados el viernes en Belo Horizonte, capital de Minas Gerais, donde ocurrieron algunos disturbios.

Tras el caos provocado por miles de seguidores radicales del exmandatario Jair Bolsonaro, Lula decretla intervención federal en el área de la seguridad de Brasilia. El mandatario nombró como interventor a Ricardo Capelli, secretario general del Ministerio de Justicia, quien será el responsable de toda el área de Seguridad en la capital hasta el próximo 31 de enero y estará subordinado directamente al presidente.

Frente a una amenaza de toma de las refinerías de Petrobras, la petrolera estatal confirmó que todas operaban con normalidad. "Petrobras está tomando todas las medidas de protección preventiva necesarias, de acuerdo con el procedimiento estándar", dijo la empresa estatal en una nota.

El sábado 7, a pesar de los desmentidos de la estatal, un grupo de bolsonaristas se manifestó en la puerta de la Refinería Henrique Lage (Revap), en São José dos Campos (SP). Según Estadão , no hubo invasión.

La Federación Única de Trabajadores del Petróleo (FUP) informó que trabaja con el área de inteligencia y seguridad de Petrobras. La idea es evitar que los extremistas repitan, contra las refinerías, los actos de vandalismo ocurridos en Brasilia este domingo, según la entidad.

En un mensaje al que tuvo acceso Estadão/Broadcast, los extremistas llamaron a “una gran concentración para ir a la Refinería Duque de Caxias (Reduc)”. La reunión está programada para la 1:30 am de este lunes 9. Se espera que lleguen al lugar a las 2 am. Esta es una de las unidades de refinación más grandes de la compañía. La planta está ubicada en Duque de Caxias, en la Baixada Fluminense, en Río.

El objetivo de la acción es evitar la salida de camiones cisterna de Reduc. La distribución desde la refinería, sin embargo, se realiza por oleoductos directamente a los distribuidores. Una pequeña parte de la carga es transportada por vehículos cisterna. El gobierno de Río anunció que se reforzaría la vigilancia policial en la unidad de Petrobras.

La Policía Militar de Río de Janeiro informó que el mando de la 15ª BPM, en Duque de Caxias, reforzó la vigilancia en la región de la Refinería Duque de Caxias (Reduc), con el apoyo de la BPChoque. “La Policía Militar está atenta a todo tipo de movimiento, incluyendo la región central de la ciudad de Río y alrededores, así como las principales vías de acceso a la región”, dijo el PM, en una nota.

Hasta el momento, la empresa estatal no ha informado las medidas que está tomando para proteger la unidad. Se limitó a decir que “todas las refinerías están operando con normalidad”.

En São Paulo, los bolsonaristas ocuparon el frente de la principal terminal de carga y descarga de combustibles de la Refinería Transpetro de Petrobras, en Barueri, en la Región Metropolitana de São Paulo. El grupo incluso publicó imágenes de una barrera con llantas y ramas cerrando el acceso, pero la Policía Militar informó que los convencieron de retirar el material sin prender fuego.

La terminal de Barueri recibe, almacena y transfiere derivados del petróleo y alcohol de otras refinerías para abastecer a las estaciones de combustible. La terminal fue cerrada y debe reabrir en la mañana del lunes 9. Además de los camioneros, simpatizantes en automóviles y camiones con banderas brasileñas se sumaron a la manifestación.

También hubo una protesta frente a la Refinería Henrique Lage (Revap) de Petrobras, en São José dos Campos, en el Valle de Paraíba, en el interior de São Paulo. A lo largo del domingo, simpatizantes del expresidente Jair Bolsonaro utilizaron las redes sociales para convencer a los participantes del acto de “cerrar la refinería” y “parar el país por falta de combustible”. Hasta el final de la tarde, según el PM, no hubo incidentes.

Asimismo, hubo un movimiento de bolsonaristas en los accesos a la Refinería de Paulínia (Replan), también en el interior. La Policía Militar informó que no hubo concentración de vehículos en el lugar, pero sí desplazamiento de vehículos para acompañar una posible manifestación.

A días de haber asumido la presidencia, Lula debió enfrentar la salida del entonces presidente de Petrobras, Caio Paes de Andrade y el fuerte desplome de las acciones de la petrolera estatal que  tocó un mínimo de US$ 4,27 en la primera sesión bursátil del año ante las señales de nuevas directrices y el anuncio del CEO

de Andrade fue reemplazado por Jean Paul Prates, cuyo nombre fue propuesto por el presidente Lula da Silva en medio de turbulencias en los mercados en los primeros días de gestión del mandatario.

El nuevo presidente ejecutivo de la petrolera brasileña Petrobras afirmó el miércoles que no habrá intervenciones en los precios de los combustibles, lo que hacía subir las acciones de la empresa. “Así que simplemente trataremos de equilibrar esto. Sin forzar, sin imponer un arancel, sin ninguna intervención directa en el mercado”, explicó Prate y esto llevó calma al mercado e hizo que las acciones subieran un 3,7% a media tarde, después de caer aproximadamente un 10% en las dos primeras sesiones bursátiles del año.