Rusia planea crear e introducir antes de fin de año un mecanismo que prohibirá a las empresas rusas la venta de petróleo bajo el tope de 60 dólares por barril impuesto al crudo ruso por el G7 y Australia, y la Unión Europea (UE), según informó el viceprimer ministro Alexander Novak.
"Sí, estoy seguro que se hará. Actualmente estamos discutiendo, ajustando la decisión, abordándola con las empresas", señaló en declaraciones a los medios a la pregunta sobre la introducción de este mecanismo, según la agencia oficial TASS.
El viceprimer ministro explicó que Rusia mantendrá la producción de petróleo en diciembre al nivel de noviembre, pese al tope y el embargo comunitario al crudo ruso suministrado por mar, que entraron en vigor el lunes.
"Confiamos en que en diciembre las ventas en el mercado mundial estarán al nivel de noviembre. Más adelante veremos cómo se venden los productos respectivos, cómo se desarrolla la situación del mercado. Aquí también hay muchas incertidumbres, particularmente relacionadas con las demandas en la economía global", dijo, según informó EFE.
Novak señaló que la producción de crudo de Rusia aumentó un 2,2 % entre enero y noviembre de 2022 a 488 millones de toneladas.
No obstante, admitió que Rusia puede reducir la producción de crudo más adelante, aunque cree que no será un recorte importante.
"No creo que vayan a ser grandes volúmenes. Sin embargo, no lo descartamos, aunque estamos haciendo todo lo posible para que la situación sea estable y las ventas de petróleo estén al nivel de los (volúmenes) que hemos alcanzado en 2022", dijo.
"El petróleo ruso tiene demanda en los mercados mundiales, el petróleo encontrará a sus compradores. Rusia es el mayor proveedor mundial de petróleo para los mercados energéticos mundiales. El petróleo ruso siempre ha tenido demanda y la tendrá. Sí, cadenas y mecanismos logísticos cambiarán ahora. Sin embargo, no vemos ninguna tragedia en esto", recalcó.
Novak auguró que la introducción de un precio máximo para el petróleo ruso solo conducirá a una disminución de la inversión en la industria en el mundo y esto, a su vez, provocará una escasez de los recursos energéticos en el futuro y un aumento de los precios.
El viceministro ruso de Exteriores Serguéi Riabkov señaló por su parte que los intereses de Rusia en el comercio de recursos energéticos estarán asegurados, ya que el petróleo ruso encontrará compradores, según TASS.
"No tengo ninguna duda de que nuestros productos encontrarán compradores. Según tengo entendido, nuestros departamentos y estructuras relevantes se han preparado para el tope en una variedad de sectores y aspectos. Veremos cómo reacciona el mercado en el futuro, pero nuestros intereses en este sector estarán protegidos de una forma u otra", aseguró.
Opinó que con la introducción del tope al precio del crudo ruso, EE.UU. y la Unión Europea (UE) "cortaron la rama en la que se sientan".
"Al final, las personas obsesionadas con las ideas antirrusas se darán cuenta de que sus planes no lograrán resultados, porque lo que obtendrán será volatilidad, inestabilidad, fluctuaciones de precios, imprevisibilidad", dijo Riabkov.
VETO EUROPEO FORMA UN ATASCO DE NAVES PETROLERAS EN TURQUÍA
La entrada en vigor del tope al crudo ruso ha dado lugar a un atasco de cargueros de petróleo en las aguas de Turquía.
Para poder transportar el combustible atendiendo a las nuevas normas europeas, los barcos deben contar con el seguro correspondiente, que solo se concede si las naves llevan combustible al precio máximo que establece el veto, según informó ElEconomista.
Por eso, los petroleros están varados, a la espera de que las autoridades del país verifiquen que cuentan con los seguros conforme a las reglas recién aprobadas.
Esto afecta a las naves que cuentan con pólizas europeas, ya que solo se puede extender el seguro si se cumple con el tope de 60 dólares. Si los barcos cargan con crudo más caro, las aseguradoras no pueden cubrir esos trayectos, según las normas de la UE. Eso ha llevado a Turquía a tener que verificar que el transporte en sus aguas está operando con cobertura, como informa Financial Times de la situación en las costas del país.
Esa situación ha provocado colas en las aguas turcas, a la espera de obtener el visto bueno para operar. Al menos 19 cargueros han estado paralizados en torno a los estrechos del Bósforo y Dardanelos, los canales por los que se mueve el comercio desde Rusia hacia Europa. Uno de los barcos lleva aguardando seis días el permiso de Turquía, según la misma fuente.
Ankara está solicitando más documentación de la habitual a los barcos. El país quiere asegurarse de que todas las naves estén cubiertas ante cualquier riesgo, sin embargo, los cargueros nunca han tenido que presentar la información que ahora se les requiere, lo que provoca ese bloqueo.
De hecho, la representación internacional de las 13 aseguradoras principales que cubren el 90% del transporte marítimo, International Group of P&I Clubs, "está en negociaciones para intentar resolver y desatascar la situación".
Las sanciones de la Unión Europea al crudo ruso pretenden asegurar el suministro de combustible a la par que se limitan los ingresos que Rusia obtiene por sus ventas. Pero la puesta en marcha de las nuevas normas no solo está afectando a las flotas europeas, sino que también está obligando a adaptarse al comercio global, ya que parte de los cargueros trabaja con aseguradoras europeas.
El atasco afecta especialmente a las pólizas de las aseguradoras de los estados miembro, ya que el resto de barcos no tienen que atenerse a nuevas normas para operar en aguas turcas. Por ejemplo, las naves rusas están aportando la documentación que pide Ankara y, por tanto, pueden navegar por su espacio marítimo.
El mercado del petróleo está adaptándose a su nueva situación, lo que está transformando el comercio de crudo.