En la conferencia climática COP27 en Egipto, los ministros de Gabriel Boric llegaron con metas ambiciosas a favor de la transición energética.

En 2040, el país suramericano aspira a ser uno de los tres principales exportadores de hidrógeno verde, un combustible transportable que se produce a partir de energías renovables. Además, Chile planea vender 100% de autos eléctricos en 2035 y alcanzar la neutralidad de emisiones de CO2 en 2050.

De ello conversó el ministro chileno de Energía, Diego Pardow, en el pabellón chileno de la conferencia climática COP27 de Sharm El Sheij. 

- Chile aspira a ser uno de los principales exportadores de hidrógeno verde del mundo gracias a su potencial de generación eléctrica solar. Pero la producción de este tipo de combustible ecológico aún es muy costosa. Y transportarlo será muy costoso también, por su peligrosidad. ¿Cómo se puede abaratar su producción? 

- Efectivamente la demanda internacional del hidrógeno verde todavía no se produce. Para que ella se produzca, es necesario que los países industrializados mantengan sus calendarios para implementar los instrumentos correctivos que hagan que se internalicen los costos de las energías fósiles. Usar combustibles fósiles es como hacer trampa: liberas dióxido de carbono en la atmósfera y no asumes el costo de ello.  

Una vez que tengamos en vigor estos instrumentos correctivos para no liberar gratuitamente gases de efecto invernadero en la atmósfera, el hidrógeno verde va a ser competitivo en términos de costos superficiales con los combustibles fósiles. Eso efectivamente todavía no ocurre. Pero más que hablar de una industria de exportación, que es parte de nuestra estrategia nacional, es interesante pensar en la industria del hidrógeno verde como una manera de transitar desde una economía centrada en los combustibles fósiles hacia una economía más sostenible. 

Vemos en el hidrógeno verde como una manera de reemplazar la antigua operación petrolera que tenía Magallanes y también reemplazar la operación de generación carbonera en el norte del país para alimentar la industria minera. 

- Chile se propuso ser carbono neutral para 2050: ¿cómo alcanzará esta meta ambiciosa? Para ello, Chile tendrá que reducir su dependencia al carbón, una energía fósil que emite grandes cantidades de CO2. 

- Hay dos cosas. Una es el compromiso de carbono neutralidad. Otra es el compromiso de ir cerrando centrales que utilizan carbón. En el caso de las centrales que funcionan a carbón, lo que necesitamos es reemplazar no solo la cantidad de megas generados sino también las características de estas centrales: además de aportar electricidad, aportan flexibilidad para los picos de demanda. Ya tenemos un gran número de generación eólica y fotovoltaica. 

Un tercio de nuestra capacidad de generación viene del viento y el sol, pero el viento varía durante el año y el sol, solo hay de día. No son capaces de proveerte esa flexibilidad que necesitamos. Necesitamos abordar eso desde una perspectiva tecnológica. 

- Crece la demanda mundial de litio para las baterías de autos eléctricos. Chile tiene grandes reservas que explotará. Pero esta actividad minera es contradictoria con la voluntad del presidente Boric de limitar el extractivismo desmesurado que agota las reservas de agua. 

- Hay distintas tecnológicas para explotar el litio. Algunas de ellas consumen mucha agua, otras consumen menos. Pero tanto el litio, como el cobre, como el hidrógeno verde, van a servir al resto del planeta para realizar su transición energética. Nosotros estamos dispuestos a colaborar en este sentido. Pero desde la perspectiva estrictamente nacional, vemos en esta industria una manera para migrar hacia industrias más complejas y más sostenibles que las que tenemos actualmente.

Hay comunidades económicas que dependen del carbón, si las sacas de circulación, tienes que poner algo en su lugar para hacer cargo de los trabajos que remuneran a la clase media. El hidrógeno verde es precisamente eso. La idea es producirlo con la energía renovable, solar o eólica.  

- Aquí en la COP27 existe un sector de ONG y Estados –tres por el momento–, que promueven un proyecto de tratado de no proliferación de energías fósiles. ¿Se suma Chile a la idea? 

- Chile el día de hoy decidimos asociarnos como miembro a la coalición "Mas allá del gas y del petróleo" (BOGA por sus siglas en inglés) para ir reduciendo el número de exploraciones que aumentarán la capacidad de producción de energías fósiles.

Chile no es un productor de combustibles fósiles. Somos importadores netos. Nuestra contribución es mostrar más bien lo que hay después del gas y del petróleo. Lo que hay es un desafío tecnológico importante para replicar esta flexibilidad de producir cuando tú quieres que da el petróleo, y en el caso del transporte, las electrificaciones de los autos cumplen una parte, especialmente en las ciudades.

Pero para el transporte de larga distancia, las baterías no son la solución, entonces necesitamos encontrar otras cosas como los combustibles sintéticos, el amoniaco verde, son el tipo de cosas que estamos explorando.