En 2019 comenzó el traspaso del entonces Potasio Río Colorado a Mendoza. La llegada de la ahora PRC al arco estatal contó con un proyecto redimensionado qué pasó de 4,5 millones de toneladas a 1 o 1,5 millones de toneladas
Emilio Guiñazú, gerente general de la minera estatal detalló, en Argentina Mininga 2022, la consolidación de PRC en Mendoza, el potencial del potasio para Argentina y el mundo, lo que llevaría al país a ocupar un puesto en el mapa exportador y la importancia de avanzar con el proyecto.
El potasio es uno de los tres principales macronutrientes que le genera alimento al mundo: potasio, nitrógeno y fósforo es la base de toda la agricultura mundial. Sin eso el mundo prácticamente no podría estar comiendo. Su demanda está directamente relacionada con el aumento de la calidad y el aumento de la cantidad de los alimentos, con lo cual es un producto que de alguna manera tiene su demanda garantizada para siempre.
El proyecto fue desarrollado en los años 80 y fue pasando por diferentes manos. La etapa más fuerte desarrollo del proyecto se realizó entre 2009 y 2013, en ese momento Vale adquirió el proyecto de Río Tinto y desarrollo un proyecto de 4,5 millones de toneladas por año con una inversión estimada en ese momento de US$ 6.500 millones, probablemente no los proyectos mineros más grandes de la Argentina.
En 2013, una combinación de eventos compleja, realmente para el mercado, para Vale y para la Argentina, hizo que el proyecto se detuviera en una primera instancia en forma temporaria, después de eso Vale enfrentó otra serie de problemas que hizo que la empresa decidiera desprenderse de toda su división de fertilizantes y este proyecto quedara en standby durante varios años.
En 2017, el gobierno de la provincia de Mendoza inicia una charla con Vale para intentar destrabar el proyecto. Esas charlas llevaron a una reingeniería del proyecto, aunque las condiciones del mercado todavía en ese momento no resultaban atractivas.
En 2019, en una negociación final y para evitar que el proyecto se desintegrara, deciden consolidar todo el proyecto y traspasarlo a la provincia que inmediatamente se aboca a la búsqueda de un nuevo inversor, un proyecto redimensionado qué pasó de 4,5 millones de toneladas a 1 o 1,5 millones de toneladas.
En el año de 2021, la provincia, a cargo del proyecto en forma definitiva, contrata a UBS, un banco especialista en proceso de manejo y búsqueda de inversores, y en ese proceso estamos ahora. Proceso con un grado de avance bastante importante y sobre el cual habrá novedades en los próximos meses.
El potasio realmente es un mineral extremadamente demandado, es una demanda garantizada y creciente en el tiempo. Hoy estamos hablando de una demanda que en los próximos 10 años va a superar las 80 millones de toneladas por año, con un crecimiento del 3,5% anual. Este aumento en la demanda, hoy, está generando que en los próximos años haya un bache a cubrirse de más de 8 millones de toneladas por año de demanda, que hoy está insatisfecha.
Este proyecto en su momento se paralizó, entre otras cosas, porque el precio del potasio cayó producto de una especie de guerra comercial entre los principales productores mundiales, pero en los últimos años la situación se revierte y objetivamente se critica a partir de lo que sucede en Europa desgraciadamente con la guerra.
Uno de los commodities que más ha sufrido la presión de la guerra es el potasio. Rusia y Bielorrusia, que hoy aportan casi un 40% de la oferta mundial de potasio, están entre los principales productores mundiales, y por la diferente sanciones hoy están con una cierta restricción para comercializar el potasio en el mundo. Ha pasado de los US$ 300 la tonelada a US$ 1.000 en algunos casos.
Guiñazú mostró un análisis de la demanda y quiénes son los principales importadores de potasio, vemos que hay un jugador extremadamente importante para nosotros: Brasil. El país hoy importando gran parte de su potasio de Rusia y Bielorrusia, lo que le genera cierto trastorno a nivel geopolítico, y está obviamente necesitando diversificar su abastecimiento. A diferencia de Argentina, que tiene suelos naturalmente ricos en potasio, Brasil necesita cantidades enormes de potasio, al igual que China.
China produce internamente parte del potasio, en el caso de Brasil la producción interna de potasio realmente muy baja y necesita importar gran parte de su demanda.
"Cuando analizamos cómo se puede atender esa demanda adicional que se está generando, inclusive analizamos qué es lo que está sucediendo con la oferta actual, nos encontramos con la siguiente situación: hay solamente dos o tres proyectos en el mundo Greenfield que pueden ponerse en marcha en el corto plazo para poder satisfacer esa demanda. Si bien existe una cierta capacidad adicional en las minas que actualmente están operando, si analizamos el promedio de las minas en operación, están todas por arriba del 80% de su máxima capacidad de producción, con lo cual es una realidad que el mundo necesita abrir minas de potasio nuevas para atender esta situación", definió.
El proyecto más grande que está hoy día en construcción es el proyecto de Jansen, impulsado por BHP, gran proyecto equivalente a Potasio Río Colorado en términos de volumen. El resto de los proyectos que podrían llegar a suplir esa cantidad de demanda están también en Rusia y Bielorrusia, 40% de la oferta actual proviene de países que están con un conflicto complejo y que probablemente no se resuelven el corto plazo, y la mayoría de los proyectos nuevos que podrían entrar para resolver esta situación también se encuentra en esos países. Por lo cual el flujo de inversiones, y la ejecución y construcción de sus proyectos también está en cierto riesgo.
Toda esto ha generado una situación tremenda nivel precio. Esto significa generar un problema geopolítico grande. Hay países que están pasando hambre porque no pueden afrontar el costo de los fertilizantes.
"Cuando uno ve cómo se estudia este mercado, lo primero que se mide es la rentabilidad que tienen hoy día los cultivos que usan este tipo de fertilizantes. Si bien el precio, y nosotros en Argentina de alguna manera también recibimos parte del beneficio por el precio de la soja, el precio del maíz y el precio de los principales granos, el precio de los fertilizantes lo acompaña en forma permanente y en algunos puntos ya está generando la situación de que hay determinadas regiones del mundo que deciden no fertilizar, con lo cual se reduce la productividad, la producción y la disponibilidad de alimento, lo que genera una presión bastante compleja", dijo.
El precio del potasio en el momento que Vale decidió abandonar el proyecto estaba en el orden de los US$ 150 la tonelada, este año superó los US$ 1.200 la tonelada. Obviamente, no son valores sostenibles en el tiempo, pero en base oferta, demanda, proyectos posibles que pueden entrar o el análisis de los costos operativos de esos proyectos, se estima que el precio del potasio en el largo plazo va a ir bajando, pero se va a mantener por encima de los US$ 400-500 la tonelada.
¿ES EL POTASIO UNA OPORTUNIDAD PARA ARGENTINA?
Argentina sabe que todos los minerales que tiene hoy día, existe una oportunidad. La transición energética está impulsando fuertemente el litio, el cobre y todo el resto de los minerales asociados en la transición energética van a tener un aumento en la demanda. Argentina tiene muchos de esos minerales y los tiene que explotar. ¿Pero qué significaría el potasio?
Remarcó que "cuando nosotros desarrollamos este proyecto, ¿Qué va a significar el potasio para la minería argentina? Lo que está marcado en verde en el siguiente cuadro, es lo que nosotros hoy estimamos, como de alguna manera en forma conservadora y más probable, un proyecto entre 1 millón y 1 millón y medio de toneladas por año, con precios que rondan los US$ 600. Este solo proyecto tiene la posibilidad de aumentar en un 20% la totalidad de las exportaciones mineras de Argentina".
"Si hoy Vale hubiera desarrollado este proyecto y lo hubiera llevado a la escala que está originalmente provisto de 4,5 millones de toneladas con los precios que hoy tenemos el potasio, estaríamos hablando que este proyecto representaría más del 140% del total de las exportaciones mineras de la Argentina. El potencial del proyecto y lo que significa para Argentina es extraordinario", aclaró.
Según detalló fue una desgracia y una verdadera tragedia que en el momento en que este proyecto se estuvo desarrollando, no se tomaron las medidas necesarias para evitar que el proyecto se paralizara. Una historia larga y compleja, con múltiples responsables de todos tipos y de todo color, pero que objetivamente acá faltó visión estratégica para entender lo que significa este proyecto para la minería de Argentina.
"En Mendoza tenemos una ley que restringe parte del desarrollo minero de la provincia, estamos trabajando fuertemente para revertir eso por diferentes caminos y con diferentes estrategias. Somos muchos los que estamos convencidos de que la salida económica para la provincia de Mendoza viene de la mano de la minería. La provincia tiene la ventaja de tener una economía diversificada y muchos rubros en los cuales tiene desarrollos interesantes, pero objetivamente la provincia ha llegado a un punto en el cual todos esos rubros, por más que sigamos mejorando y trabajando, no alcanzan para que la provincia crezca el nivel que merece crecer. La provincia hoy tiene un techo de cristal que prácticamente no puede perforar".
¿Qué significaría el desarrollo de este proyecto para las exportaciones de la provincia de Mendoza?
Corriendo el mismo escenario, pero tomando como base no las exportaciones mineras de Argentina, sino las exportaciones totales de la provincia de Mendoza, este proyecto (en un escenario conservador) aumentaría por lo menos el 50% de las exportaciones totales de la provincia. En un escenario un poco más agresivo podría dejar hasta triplicar las exportaciones totales.
El impacto que tiene a nivel económico este proyecto es enorme. Mendoza es una provincia ordenada desde el punto de vista fiscal, ordenada del punto vista financiero, pero ese orden ya no nos permite crecer más. Si no introducimos nuevas actividades que realmente tengan el potencial de traccionar la economía, Mendoza se va a mantener en un estancamiento producto de la buena administración, que la provincia la tiene, pero objetivamente sin oportunidades reales de crecimiento.
PROYECTO POTASIO RÍO COLORADO
Desarrollado en los años 80, pasó por las manos de Río Tinto, quien luego se lo vende a Vale, quien lo asume, lo levanta a una escala muy importante, comienza a construirlo con una inversión de US$ 2.500 millones. En 2013 se paraliza, en 2017 la provincia entra en un acuerdo para reactivarlo que deriva en la firma de la transferencia a la provincia en 2019, que se ejecuta a finales de 2021. En ese momento la provincia contrata a UBS y se lanza en ese proceso de búsqueda de inversores.
Las reservas del proyecto superan los 300 millones de toneladas por año, o sea que en un escenario extremadamente agresivo de 4,5 millones de toneladas por año, este proyecto tiene reservas para operar ininterrumpidamente por más de 50 años, con un 30% de exploración sobre el total de los recursos identificados. El tamaño de la reserva de potasio que tiene Mendoza es impresionante.
El proceso minero de este proyecto tiene algunas particularidades. El yacimiento se encuentra a 1.300 metros de profundidad, con algunas variaciones. El acceso al mismo se produce a través de pozos muy similares a los petroleros. Esto se trabaja por disolución, se hace una perforación direccional, se llega al horizonte donde se encuentra el yacimiento, se inyecta agua caliente que disuelve la sal, se extrae la salmuera y en una planta de beneficiamiento en el exterior se separa el cloruro de sodio del cloruro de potasio, que se transforma finalmente en un producto comercial. La mina actualmente cuenta con 75 pozos terminados, o sea que objetivamente la mina en sí misma está construida, lo que daría para trabajar por cinco o seis años antes de volver a perforar.
El proyecto en su versión anterior tuvo a la logística como el talón de Aquiles. Tenía un ferrocarril y un puerto de uso propio. Cuando hicimos el análisis y entendimos esto, reducimos la escala para hacerlo viable con la logística hoy existente dentro de la provincia. Es decir, el transporte del potasio se sacaría en camiones hasta Palmira, en el Norte de la provincia, y que cuenta con una estación ferroviaria en operación, hacia alguno de los puertos del Atlántico.
Es una logística tal vez menos eficiente que la original, pero es posible y en los números del proyecto lo factibiliza, con muy bajo riesgo de ejecución.