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¿Putin abre el Nord Stream? Negocios de UE: Azerbaiyán, carbón y nuclear
DIARIOS/ENERNEWS

La reunión forma parte de un plan europeo para diversificar sus importaciones de energía y disminuir la dependencia del gas ruso

19/07/2022

Vladimir Putin confirmó que reabrirá el paso de gas por el Nord Stream 1 pero con una menor capacidad lo que sigue complicando el presente y futuro energético de la Unión Europea que no para de buscar alternativas.

Una de las soluciones es un memorando de entendimiento con Azerbaiyán para duplicar las importaciones de gas natural azerí hasta unos 20.000 millones de metros cúbicos (bcm) al año de aquí a 2027.

El conjunto de la Unión importó en 2021 desde Rusia un total de 155 billones americanos de metros cúbicos (bcm) de gas, representando el 38% del consumo de la UE ese mismo año, cifras que están reduciéndose a toda prisa.

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La presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, dijo que la Unión Europea está tratando de duplicar las importaciones de gas de Azerbaiyán en su búsqueda de proveedores no rusos tras la invasión de Ucrania por Moscú.

"Hoy, con este nuevo memorando de entendimiento, abrimos un nuevo capítulo en nuestra cooperación energética con Azerbaiyán, un socio clave en nuestros esfuerzos por abandonar los combustibles fósiles rusos", declaró von der Leyen.

"Azerbaiyán es un socio energético crucial para nosotros que siempre ha sido fiable", dijo von der Leyen en una conferencia de prensa conjunta con el presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, tras la ceremonia de firma en Bakú, la capital azerí.

Alrededor del 40% de las importaciones de gas de la UE procedían de Rusia en 2021. Hasta ahora, los miembros de la UE no se han propuesto prohibir totalmente el gas ruso, pero han acordado reducir la dependencia en dos tercios para finales de este año.


¿CUÁNTO PUEDE COMPENSAR AZERBAIYÁN?
Las entregas de gas ruso a Europa ascendieron a 155.000 millones de metros cúbicos en 2021, pero los planes actuales de la UE prevén que Azerbaiyán suministre sólo 11 bcm a finales de este año.

El proyecto de acuerdo entre ambas partes dice que aspiran a casi duplicar las importaciones de gas hasta los 20.000 millones de metros cúbicos hasta 2027 mediante la mejora del Corredor Meridional de Gas, un conjunto de gasoductos que transporta el gas desde el Mar Caspio a través de Turquía hasta Europa.

El Corredor Meridional de Gas que transporta el gas azerí a la UE está operativo desde 2020.

Las importaciones de gas azerí aumentarán ya hasta los 12.000 millones de metros cúbicos el año que viene, lo que "ayudará a compensar los cortes en el suministro de gas ruso y contribuirá significativamente a la seguridad del abastecimiento de Europa", añadió.

El presidente Aliyev subrayó que "las cuestiones de seguridad energética son hoy más importantes que nunca", añadió: "La cooperación duradera, previsible y muy fiable entre la UE y Azerbaiyán en el ámbito de la energía es un gran activo".


UN ARMA GEOPOLÍTICA
El suministro de gas natural se ha convertido en un arma entre Rusia y Europa desde la invasión de Ucrania por parte de Moscú el 24 de febrero.

Antes de la visita, la Comisión Europea dijo que, en medio de la continua militarización de los suministros energéticos por parte de Rusia, la diversificación de nuestras importaciones de energía es una prioridad para la UE.

En mayo, los líderes de la UE acordaron detener la mayoría de las importaciones de petróleo ruso para finales de año, como parte de las sanciones sin precedentes que impusieron a Moscú por la acción militar en Ucrania.

Mientras tanto, el director de la Agencia Internacional de la Energía, Fatih Birol, advirtió que los esfuerzos de Europa por diversificar los proveedores no serán suficientes para pasar el invierno sin el gas ruso, e instó a realizar esfuerzos inmediatos para reducir la demanda.

"Categóricamente no es suficiente depender del gas de fuentes no rusas, estos suministros simplemente no están disponibles en los volúmenes necesarios para sustituir las entregas que faltan de Rusia", escribió Birol en un artículo publicado por la AIE.

"Este será el caso incluso si los suministros de gas de Noruega y Azerbaiyán fluyen al máximo de su capacidad, si las entregas del norte de África se mantienen cerca de los niveles del año pasado, si la producción doméstica de gas en Europa continúa siguiendo las tendencias recientes, y si las entradas de GNL aumentan a un ritmo récord similar al del primer semestre de este año", completó. 

LOS PLANES PARA SALIR DE LA CRISIS
En línea con el plan (REPowerEU) de la Comisión Europea de poner fin a la dependencia respecto a los combustibles fósiles rusos se están llevando a cabo varias actuaciones. En primer lugar, la sustitución de alrededor de 50 bcm anuales de gas ruso por mayores importaciones por gasoductos (principalmente desde Noruega) y por gas natural licuado (GNL) transportado por metaneros.

En lo que llevamos de 2022, ya se ha avanzado bastante y con los datos provisionales de las importaciones del primer semestre se concluye que la substitución de 50 bcm de gas ruso es realista. Sin embargo, superar de forma significativa estos niveles a corto plazo no va a ser posible, debido tanto a la ausencia de gas disponible de ser importado como a la escasez de metaneros y de terminales de GNL en Europa, infraestructuras que tardarán años en construirse, publicó el sitio del BBVA.

En segundo lugar, se está produciendo un ahorro de gas, y el consumo ha caído un 10% en el primer semestre de 2022 respecto a 2021. Si extrapolamos este dato al conjunto del año, estaríamos hablando que en el presente ejercicio se consumiría en torno a 40 bcm menos que en 2021, esto sin contar con todas las medidas que van a ser impulsadas para el segundo semestre, con el fin de reducir la demanda de gas.

Además, existen iniciativas muy positivas de impulso a las energías renovables que tendrán efectos a medio-largo plazo, y no tanto para el próximo invierno. Por citar algunas: acelerar el despliegue del hidrógeno, duplicar la capacidad solar fotovoltaica de aquí a 2025, y elevar la cuota de energías renovables al 45% para el año 2030.

Esta reducción de la dependencia del gas ruso, vía substitución de las importaciones y menor consumo de gas, sería suficiente para resistir el próximo invierno sin racionamientos, aunque con precios históricamente elevados, siempre y cuando Rusia mantuviera el ritmo de suministro de junio (alrededor de 55 bcm de forma anualizada, o cerca de un tercio de lo que exportó en 2021). Sin embargo, la UE se enfrenta a una nueva realidad cada vez más posible y es un corte total del suministro de gas ruso.

La Comisión Europa está trabajando en un plan que presentará al Consejo de Transporte, Telecomunicaciones y Energía el próximo 26 de julio con el título autoexplicativo: “Save gas for a safe Winter”. Queda ver el detalle, pero algunos de los puntos filtrados recogen incentivos para que las empresas recorten el uso del gas, campañas de información para animar a los consumidores a usar menos la calefacción y el aire acondicionado o establecer un mecanismo de solidaridad entre los países de la UE para garantizar siempre el suministro de gas a los consumidores más vulnerables.

También, se pide a los países de la UE que estudien la posibilidad de cambiar el gas utilizado para la producción de electricidad por mayor uso de carbón y energía nuclear.

A corto plazo, si Rusia cierra el grifo, no existe otra opción que no pase por una caída del consumo de gas natural por parte de la UE, racionamiento incluido a algunos demandantes, un escenario que las autoridades no descartan dado que se están filtrando ya criterios de intensidad de uso de gas y vulnerabilidad ante su falta, para ordenar la demanda en caso necesario.

El Periódico presentó los planes de Alemania, Italia, Portugal, Francia y Reino Unido para poder superar la dependencia de Rusia y salir de la crisis.

ALEMANIA VA POR EL CARBON
La elevada dependencia del gas ruso ha convertido a Alemania en uno de los países más afectados por la crisis energética. El temor a que Moscú no reanude el suministro a través del gasoducto Nord Stream 1 el próximo 21 de julio y que eso lleve a una escasez en pleno invierno ha llevado a Berlín a actuar. Y es que todo apunta a que la próxima factura de la calefacción se triplicará en el país.

Así, el gobierno encabezado por el socialdemócrata Olaf Scholz ha decidido reactivar las centrales eléctricas que funcionan con carbón y petróleo, una medida temporal que permitirá a Berlín "ahorrar gas ahora en verano para llenar nuestros depósitos de cara al invierno", según apuntó el Ministerio de Economía y Protección del Clima, a cargo del verde Robert Habeck. Un total de 27 centrales se han reactivado y operarán hasta la primavera de 2023.

El gobierno tripartito alemán también está impulsando la reducción del consumo de gas en la industria a través de un sistema por el que se compensará a las empresas que quieran renunciar a este hidrocarburo durante unos meses. Desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania, el pasado 24 de febrero, Alemania ha logrado reducir un 14% el consumo de gas, según datos oficiales. Los gestos de Berlín también se dirigen a los ciudadanos comunes, a quienes se ha pedido tratar de limitar el consumo de gas en los hogares privados. Scholz también ha descartado prolongar el tiempo de funcionamiento de las centrales nucleares.

Todo eso para revertir la complicada posición energética en la que se encuentra Alemania. El 2020, la primera economía de la UE compró a Moscú el 34% del petróleo consumido, el 45% del carbón y el 55% del gas natural. Una dependencia a la que habrá que poner fin.

ITALIA CORTA RELACIÓN CON RUSIA
La dependencia del gas ruso sigue siendo alta en Italia, pese a que, con respecto al año pasado, se ha reducido del 40 al 25%. Así lo ha informado el primer ministro Mario Draghi en un reciente discurso ante el Consejo Europeo. Draghi también ha asegurado que Italia ha empezado a almacenar gas de cara al invierno, una operación que está “yendo muy bien”.

En verdad, en los últimos meses, el Gobierno italiano ha buscado acuerdos alternativos con Gobiernos como el de Argelia, país que en lo que va del año ya le ha entregado a Roma unos 13.900 millones de metros cúbicos de gas, un 113% más que el previsto antes de la crisis con Rusia. Además de ello, Italia también ha firmado pactos con Catar, Congo, Egipto, Turquía y Azerbaiyán.

En el caso de estos últimos dos países, el gas llegará a través del gasoducto Transadriático, el TAP, uno de los proyectos energéticos recientes más importantes de Europa y cuya construcción finalizó a finales de 2020, a pesar de las protestas del sector ambientalista.

De igual manera, Roma también ha anunciado planes para alimentarse de fuentes renovables y está estudiando medidas para limitar el encarecimiento del precio del gas para la ciudadanía y proteger así el poder adquisitivo de los ciudadanos italianos. Según Draghi, de hecho, los Gobiernos europeos "tienen herramientas" para dar estas ayudas. 

 

Dicho esto, aún es una incógnita cómo Italia, un país que importa el 90% del gas que consume, planea reemplazar la parte de este producto que aún procede de Rusia.

PORTUGAL, RENOVABLE
La baja dependencia del gas ruso por parte de Portugal, ligeramente superior al 6% del consumo total en 2022, no ha evitado que el primer ministro, António Costa, alertara hace apenas unas semanas del “riesgo” que puede suponer un corte del suministro a partir del próximo otoño. El Gobierno luso confía en encontrar alternativas a las importaciones rusas y en potenciar la producción de energías renovables, que ya supone cerca de un 60% del total.

Entre las soluciones planteadas por el Ejecutivo está la inminente inauguración oficial del complejo hidroeléctrico de Támega, al norte del país, que supondrá una inyección de energía equivalente al consumo anual de 440.000 viviendas. Falta por ver cómo afectará la grave situación de sequía que golpea a prácticamente todo el territorio desde el pasado invierno -este año está siendo el segundo más seco desde 1931- y que ha obligado a limitar la producción hidroeléctrica en algunos embalses en los últimos meses.

Otra alternativa pasa por el aumento de la producción de energía solar a través de varias plantas inauguradas recientemente, entre ellas la planta flotante del embalse de Alqueva, que ha empezado a funcionar esta misma semana. Con más de 12.000 paneles solares, se ha convertido en el complejo de estas características más grande de Europa. El Gobierno luso apuesta también por la compra conjunta de energía a nivel europeo y por la mejora de las interconexiones en el continente, destacando el puerto de Sines como un punto de entrada estratégico para el gas natural licuado procedente de Estados Unidos y de África. 

REINO UNIDO, EL PLAN DE CONTINGENCIA
El Reino Unido solo importa un 4% de gas procedente de Rusia y su dependencia es menor que la de otros países de Europa. La mitad del gas que llega al país procede del mar del Norte y un tercio de Noruega. En el caso británico la gran mayoría de las importaciones de gas natural licuado, provienen de países como Qatar y Estados Unidos y se transportan por mar. Los británicos son también productores de petróleo crudo y de productos derivados del petróleo.

El Reino Unido en cambio tiene menos capacidad de almacenamiento de gas que la mayoría de los países de Europa. Los excedentes se envían al continente cuando hay una demanda baja en los meses de verano, pero durante el invierno en cambio importa entre el 20 y el 25% de su gas a través de dos interconectares con países de la Unión Europea.

 

 De acuerdo con el Financial Times las autoridades británicas preparan un plan de contingencia en cuatro fases que será puesto a prueba a partir de septiembre en caso de escasez grave de suministros y de una caída de la presión en el sistema del gas. El plan incluiría el corte precisamente de las interconexiones de gas entre el Reino Unido y el continente europeo, así como la interrupción parcial de aprovisionamiento a grandes empresas industriales y la recomendación a los ciudadanos de medidas para reducir el consumo. El gobierno, en plena crisis y a la espera de un nuevo Ejecutivo, no ha alertado hasta ahora al país, como por ejemplo ha hecho Alemania, de la necesidad de preparase para cambiar los hábitos energéticos.

FRANCIA, SOBRIA

El ministro de Economía y Finanzas francés, Bruno Le Maire, aseguró recientemente que el corte total de gas ruso a Europa es "la opción más probable". Francia, como muchos otros países europeos, sigue dependiendo en gran medida de Rusia para su suministro de gas natural y petróleo, aunque en menor medida que algunos de sus vecinos. En 2020, el país importó de Rusia el 17% de su gas y el 13% de su petróleo y derivados, según la Comisión Europea.

Aún así, El Gobierno ha llamado a sus ciudadanos, administraciones y empresa a consumir menos energía. "Debemos intentar reducir nuestras reservas para pasar el pico de invierno, porque tendremos que ser solidarios con los demás países europeos. Tenemos que hacerlo para intentar parar lo menos posible nuestra economía”, pidió el presidente Emmanuel Macron, anunciando un plan de "sobriedad energética"

Así, el sector de la distribución en Francia, que incluye empresas como Carrefour o Casino, apagará sus enseñas al cierre y reducirá la iluminación y la temperatura a partir de octubre en las tiendas, en el marco de este plan. Otras medidas planteadas son "suspender la renovación del aire por la noche" .

Aún así, la apuesta de Francia por la energía nuclear es muy sólida. De hecho, es el segundo país del mundo que tiene más reactores nucleares solo por detrás de Estados Unidos, y en su mix eléctrico este recurso energético es fundamental debido a que tradicionalmente ha generado alrededor del 70% de la electricidad total.

El presidente Macron reforzó la apuesta el pasado año 2021 al prometer que tras décadas sin avances Francia volverá a construir centrales nucleares. El mandatario prometió al menos seis nuevos reactores en las próximas décadas.


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