El descenso de las exportaciones de petróleo supone una importante reducción de los ingresos de Moscú
Los flujos marítimos de crudo ruso se redujeron en una cuarta parte en los siete días transcurridos hasta el 15 de abril. Los volúmenes con destino a Asia desde los puertos del Mar Negro, el Báltico y el Ártico cayeron al nivel más bajo de los últimos dos meses.
Un total de 30 petroleros cargaron alrededor de 21,8 millones de barriles desde las terminales de exportación rusas, según los datos de seguimiento de buques monitorizados por Bloomberg y los informes de los agentes portuarios.
Esto sitúa el flujo medio de crudo por mar en 3,12 millones de barriles al día, lo que supone un descenso del 25% respecto a la semana terminada el 8 de abril.
El descenso de las exportaciones de petróleo supone una reducción de los ingresos de Moscú, a medida que aumentan los costos de la guerra en Ucrania y las consiguientes sanciones a la economía rusa.
Además las exportaciones de carbón rusas han caído casi un 9% en lo que va de año, pese a que el embargo europeo no entrará en vigor hasta agosto, informaron este mediodía fuentes del Ministerio de Energía.
“Lamentablemente, vemos una reducción de los volúmenes de exportación de carbón ruso, especialmente a finales de marzo y en abril cuando la cifra es considerable, un 20%”, explicó Piotr Bóbilev, director del departamento de la Industria del Carbón, durante una mesa redonda en la Duma o Cámara de Diputados.
En total, en 2022 la caída es hasta ahora de casi el 9%, aunque el funcionario destacó que ha aumentado la demanda en el mercado interno, especialmente para la generación eléctrica en Siberia.
Al ritmo actual de los derechos de exportación de crudo, los envíos de la semana habrán hecho ganar al Kremlin unos US$ 181 millones, es decir, 60 millones menos que la semana anterior.
Sin duda, aunque la caída semanal de los flujos de exportación es dramática, sólo los sitúa en el nivel de la semana anterior al 1 de abril. Las cifras pueden oscilar en función del momento en que salgan los petroleros, en el que también influye mucho el tiempo en los puertos.
La economía rusa se desplomará un 8,5 % en 2022 y un 2,3 % un año después como consecuencia directa de la invasión de Ucrania, según los pronósticos dados a conocer este martes por el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Si bien a principios de año el FMI pronosticaba para Rusia un crecimiento del 2,8 %, casi dos meses después del inicio de la guerra en Ucrania la institución financiera internacional ha rebajado en más de 11 puntos esa previsión.
Rusia sigue teniendo unos costes de endeudamiento elevadísimos, con una tasa de interés clave del 17%, incluso después de una sorprendente bajada de 300 puntos básicos. Ese es el pico del ciclo de endurecimiento de emergencia que tuvimos en 2014. Y si miras el rublo, no está muy lejos de donde empezó la guerra, pero eso es en gran parte debido a los controles de capital.
El banco central ha sido capaz de restaurar el orden en el sistema financiero, pero tendrá que mantener un control estricto, incluso cuando comience a cambiar su enfoque para limitar el daño a la economía.
El impacto que hemos visto es el que se espera cuando se imponen sanciones a un gran exportador de materias primas, mientras que estas quedan prácticamente intactas. Es difícil esperar que se produzca un caos financiero en Rusia a menos que se cierren los flujos de capital de sus exportaciones de energía, y obviamente hacer eso repercutiría en las economías europeas, destacó Bloomberg
FLUJOS DE CRUDO RUSO POR VÍA MARÍTIMA
En la semana se registraron menores volúmenes en las cuatro regiones de exportación. Los flujos de crudo ligero de los Urales y Siberia desde las terminales del Báltico y el Mar Negro descendieron en 770.000 barriles diarios, es decir, un 30%, y el volumen de crudo que salió del puerto del Mar Negro de Novorossiysk se redujo en casi un 60%.
Por su parte, los envíos de las tres terminales orientales del país, situadas en la costa del Océano Pacífico, disminuyeron en 205.000 barriles diarios, es decir, un 17%. Los cargamentos de Murmansk, que maneja el crudo producido a lo largo de la costa ártica de Rusia, también bajaron, con una caída de 57.000 barriles al día, es decir, un 15%.
La Unión Europea está presionando para que se imponga un embargo al petróleo ruso, y los mayores comerciantes del mundo dicen que dejarán de manejar los suministros del país, lo que debería reducir los flujos futuros. La producción rusa en la primera semana de abril se redujo en unos 500.000 barriles diarios con respecto a marzo.
Aun así, la caída de los flujos de crudo de las terminales de exportación rusas en la séptima semana después de la invasión redujo los ingresos por derechos de exportación del Kremlin en un 25% semanal.
Los derechos de exportación de crudo se han fijado en US$ 61,20 por tonelada en abril, lo que equivale a unos US$ 8,30 por barril. Esta cifra es superior a los US$ 58,30 por tonelada, US$ 7,95 por barril, de marzo, y se calcula a partir del precio medio de los Urales durante el periodo comprendido entre el 15 de febrero y el 14 de marzo. El derecho de exportación bajará a US$ 49,60 la tonelada, US$ 6,81 el barril, en mayo.
El número de petroleros que completaron la carga de crudo ruso en la semana hasta el 15 de abril descendió en 10, o un 25%, respecto a la semana anterior, y la mayor caída se produjo en Novorossiysk, en el Mar Negro.
Un aviso de temporal para la zona de Novorossiysk emitido el 12 de abril parece haber detenido los flujos de la terminal durante la última parte de la semana, ya que ningún petrolero atracó en el muelle de crudo entre el 12 y el 15 de abril.
DESCUENTOS RECORD EN PRECIOS DEL PETRÓLEO
Las dificultades para dar salida a su crudo está obligando a las compañías rusas a buscar nuevas estrategias de venta basadas en ofrecer precios de saldo en pleno periodo de dificultades para el suministro a nivel global y de cotizaciones afianzadas por encima de US$ 100 en los mercados internacionales, según informó Expansión.
El pasado 31 de enero la cotización del petróleo ruso, Ural, se situaba solo US$ 0,59 por debajo del precio del barril de Brent, el de referencia en Europa. Durante los meses anteriores esta brecha se había mantenido en niveles muy reducidos, inferiores en todo caso a los US$2,5.
El mes de febrero cambió por completo esta tendencia. El incremento de la tensión prebélica en Ucrania y la amenaza de sanciones contra Rusia amplió el diferencia negativo del Ural frente al Brent hasta US$3,82 el pasado 21 de febrero, tres días antes del inicio de la invasión rusa de Ucrania.
Desde entonces la brecha se ha disparado cada jornada, hasta alcanzar un descuento récord actual de US$ 38,2. La cotización del barril de Ural roza los US$70 frente a los US$108 del barril de Brent.
El descuento se ha multiplicado por diez desde los días previos al inicio de la guerra (US$3,82) hasta los US$ 38,2.
La Unión Europea debate aún la opción de adoptar finalmente un embargo al crudo ruso, como ya acordaron con anterioridad potencias como Estados Unidos y Reino Unido. Antes incluso de este posible bloqueo adicional, Rusia está teniendo dificultades severas para poder dar salida a su petróleo.
Las últimas estimaciones apuntan a un descenso en su producción al filo de los 10 millones de barriles diarios durante el mes de marzo, el primero completo desde el inicio de la guerra en Ucrania.
Las petroleras rusas están bombeando 300.000 barriles diarios menos de los fijados en las cuotas establecidas en el marco de la OPEP+, la organización que aglutina a los países de la OPEP y a aliados como Rusia, informó Expansión.
Las tensiones sobre la escasez de suministro en el mercado del petróleo no impiden que el régimen de Moscú cada vez encuentre menos compradores para su crudo, clave para fortalecer las finanzas en pleno periodo bélico.
LOS DESTINOS DE LOS CARGAMENTOS DE CRUDO
Se produjo un repunte de los envíos desde las terminales bálticas de Primorsk y Ust-Luga a los puertos del noroeste de Europa, con flujos en su punto más alto en cuatro semanas.
Al mismo tiempo, el número de petroleros que salieron del Báltico con destino a Asia descendió bruscamente, situándose en el nivel más bajo de las últimas cuatro semanas.
De los tres barcos que cargaron desde las instalaciones de almacenamiento flotante de Murmansk, uno ha descargado en el Reino Unido, la primera entrega de crudo ruso al país desde antes de la invasión rusa de Ucrania. Uno se dirige a Rotterdam y el tercero está señalando Santa Panagia en Italia, donde Lukoil posee una refinería.
Desde el Pacífico, el número de buques que se dirigen a Asia desde los puertos occidentales de Rusia se redujo drásticamente en la semana hasta el 15 de abril. Sólo cuatro petroleros que cargaron esa semana indicaron como destino la India, o un destino que probablemente no sea su puerto de descarga final. Esta cifra es inferior a los 10 buques de la semana anterior.
Desde el Ártico, los envíos de crudo desde las tres terminales petroleras orientales de Rusia durante la semana del 15 de abril mostraron una mayor variedad de destinos que en las dos semanas anteriores.
Si bien se envió más crudo a China que a cualquier otro lugar, se envió más a Japón que en cualquier otro momento de este año, con dos cargamentos de crudo ESPO y uno de Sokol con destino a puertos japoneses.
Vitol ha declarado que dejará de comercializar crudo y productos refinados rusos a finales de año, y que los volúmenes "disminuirán significativamente en el segundo trimestre a medida que disminuyan las obligaciones contractuales a plazo".