Este sábado 16 de abril se cumplieron 10 años desde que el Estado retomó el control de la petrolea YPF: el 16 de abril de 2012, la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner anunció la decisión de expropiar el 51% de las acciones de la empresa que estaban en manos de la española Repsol.
Los argumentos para retomar el control de la empresa por parte del Estado fueron la necesidad de recuperar la soberanía petrolera y frenar la caída de la producción. Este año se había perdido el autoabastecimiento petrolero y los faltantes de combustibles habían afectado a la demanda.
Tras el anuncio, el Poder Ejecutivo envió al Congreso un Proyecto de Ley que declaraba de interés público a la actividad hidrocarburífera. El 25 de abril de ese año, la iniciativa fue aprobada por el Senado y a la semana siguiente fue convertida en Ley por la Cámara de Diputados.
“Las oportunidades que tenemos hoy en petróleo y gas se basan en que YPF volvió a tener un modelo empresario compatible con el desarrollo del país. Son activos y recursos estratégicos del país. Los hidrocarburos por nuestra Constitución son propiedad de las provincias. Las empresas sacan y comercializan esos recursos pero si eso se vuelve incompatible con la posibilidad de desarrollo armónico del país es un problema”, aseguró en diálogo con Infobae el gobernador bonaerense Axel Kicillof, que en 2012 ocupaba el cargo de viceministro de Economía y fue uno de los impulsores de la idea de la recuperación.
Según recordó, en 1999 Repsol se quedó con el 51% de la compañía. Había sido el único oferente y se basó en un precio fijado por la propia compañía. Desde entonces hasta 2011, la producción de petróleo de YPF se derrumbó un 49% y la producción de gas cayó 43% desde su pico. “Las reservas cayeron, Repsol vendió activos por USD 3.000 millones, redujo la inversión y se endeudó por USD 9.000 millones, cuando el histórico era USD 4.000 millones. Fue un vaciamiento”, detalló el gobernador.
La Argentina era productora de hidrocarburos pero no tenía el liderazgo de su política energética. La gran alerta llegó cuando en 2011 por primera vez hubo saldo comercial negativo en combustibles. “La decisión la tomó la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Lo que estaba pasando bajo la gestión de Repsol estaba a la vista y había que revertirlo. Yo tuve una reunión con directivos de Repsol, incluido Antonio Brufau, y me dijeron que era una empresa privada y que lo que necesitara la Argentina no era algo que los ocupara como empresarios. Ahí está la contradicción; se trata de recursos estratégicos y necesarios para el país que pueden ser un buen negocio para un privado pero una hecatombe económica para la Argentina”, agregó Kicillof.
Como viceministro de Economía, Kicillof observó el impacto macroeconómico de esa caída de la producción, que en el día a día se verificaba con las frecuentes colas para cargar nafta durante los fines de semana. “Si la decisión no se hubiese tomado, la Argentina sería deficitaria teniendo la segunda reserva mundial de gas no convencional y la cuarta de petróleo. En manos de Repsol se hubiese producido un desastre”, dijo en diálogo con Infobae.
Sobre el precio que se pagó a la compañía española, Kicillof recordó que se basó en la decisión del Tribunal de Tasaciones de la Nación, como lo señalaba la Ley de Expropiaciones. Repsol aceptó USD 5.000 millones en bonos. “Yo nunca dije que no íbamos a pagar nada. Se construyó ese mito. Revisé todas las declaraciones y lo que había dicho es que no íbamos a pagar lo que ellos pedían. Brufau dijo que el 51% valía USD 10.000 millones. Se aplicó la ley”, aclaró.
“La decisión de recuperar YPF es una de las más trascendentales en la historia de la empresa. En 2010 se consolida la posibilidad de desarrollar el descubrimiento de hidrocarburos no convencionales en Vaca Muerta cuando la Argentina tenía un horizonte en materia hidrocarburífera muy acotado porque sus yacimientos ya estaban muy maduros. Tenía un declino que se venía potenciando con los años. El horizonte no era bueno y eso cambió con el descubrimiento del no convencional”, dijo Pablo González, actual presidente de YPF.
“El petróleo y el gas son bienes estratégicos nacionales. Al haber recuperado YPF para la Argentina y el potencial que tiene Vaca Muerta significa la clave del futuro de los argentinos. Poder invertir en desarrollar la segunda reserva de gas no convencional del mundo y la cuarta de petróleo no convencional”, agregó González.
El directivo destacó que la empresa tiene prevista la inversión más alta en los últimos cinco años. “La participación de las provincias productoras y del Estado le fue dando a YPF herramientas para poder crecer. Cuando la política energética nacional no iba en línea con el crecimiento de YPF, el país lo sintió. Creo que tiene que ser una sociedad anónima con la actual composición que equilibra la participación del Estado y privados para ser la rueda de desarrollo de la Argentina y del sector. No se hubiese conseguido el crecimiento de antes y de ahora si no hubiese estado presente el Estado en la composición de YPF”, concluyó.
“Fue uno de las decisiones políticas más importantes de la nuestra historia”, resumió Antonio “Coco” Cassia, secretario General de la Federación de Trabajadores del Petróleo e Hidrocarburos, SUPeH. “Para los trabajadores fue muy importante la nacionalización. La empresa viene creciendo recuperando mucho en los últimos tiempos, sobre todo ahora. Se levantó la producción, habrá más pozos, se está invirtiendo y habrá puesta a punto de las refinerías de La Plata y Luján de Cuyo para procesar los combustibles blandos que viene de Vaca Muerta”, destacó.
El impulso de Vaca Muerta
Una breve línea de tiempo de Vaca Muerta, el yacimiento en el que para mucho está gran parte del futuro del país.
Entre 2007 y 2009 se comenzó a analizar cuencas y rocas madre; en 2010 y 2011 hubo pozos exploratorios para averiguar si se podía producir petróleo y gas; 2013, después de la recuperación de la compañía, llegó el primer acuerdo con la empresa Chevron en el bloque Loma Campana que hoy produce 67.000 barriles diarios de petróleo y la Argentina se convirtió en el único país fuera del hemisferio Norte que desarrolla hidrocarburos no convencionales.
En 2014 llegó el acuerdo con Petronas, la empresa de Malasia, para desarrollar el bloque Amarra Chica, que hoy produce 40.000 barriles diarios. En 2017, con SPM (de Schlumberger) que luego pasó a Equinor y Shell en Bandurria Sur, con 30.000 barriles diarios actuales.
“Estos tres bloques están próximos a Añelo, la ciudad más cercana a Vaca Muerta y son el corazón del desarrollo de petróleo de YPF. Están en pleno desarrollo. De diciembre de 2020 a diciembre de 2021, la producción de petróleo de Vaca Muerta creció 62% y alcanzó los 140.000 barriles por día”, precisó Guillermina Sagasti, gerenta de Geociencias y Reservorios no convencionales de YPF.
La empresa ahora tiene dos focos de expansión en el sector Norte de la cuenca, donde se está investigando la productividad: Bajo del Toro Norte (con Equinor) y Normabuena (Chevron), que están en fase de delineación. También hay varios pozos exploratorios en el Sur de la cuenca.
En gas, YPF se asoció con Dow en 2013, con un bloque pequeño (El Orejano) que alcanzó un pico de 4 millones de m3 por día. “Para la producción de gas un fuerte impulso fue el Plan Gas. Estamos con una importante apuesta en varios bloques. En 2021 YPF duplicó su producción de gas respecto a 2020”, destacó Sagasti.
En relación a la producción de Vaca Muerta a nivel país, YPF aporta el 60% en petróleo y el 30% en gas. “El proyecto de Vaca Muerta tiene actores de peso internacionales pero YPF tiene una posición de liderazgo en cantidad de pozos y de superficie. YPF opera en 50% de la superficie de Vaca Muerta”, destacó la gerenta.
A nivel país, en tanto, existe la posibilidad de acá a 2026 de duplicar la producción de petróleo y obtener saldos en firme para poder exportar. “En la balanza energética argentina son unos USD 12.500 millones”, detalló. El cuello de botella, por ahora, está en red de tratamiento y de transporte, de gasoductos y oleoductos. “El futuro gasoducto Néstor Kirchner, la obra troncal que une la zona productiva con las zonas de consumo es absolutamente vital y una muy buena noticia”, agregó.
En 2022, la empresa va a invertir USD 1.600 millones para incrementar en un 40% la producción de gas y petróleo en Vaca Muerta.
Según fuentes de la petrolera de bandera, la forma de medir la eficiencia y poder comparar los desarrollos en distintas partes del mundo es a través del indicador “costo de desarrollo” que toma como unidad de medida el costo en dólares por barril extraído.
El costo de desarrollo de las operaciones de YPF en Vaca Muerta se redujo en seis años en un 56% y está muy cerca de valores internacionales (con valores similares a los del Permian, que es el desarrollo de los Estados Unidos que más se parece a Vaca Muerta). “El objetivo para las operaciones de YPF en Vaca Muerta es seguir mejorando la eficiencia para ubicar sus desarrollos en niveles de USD 6 por barril”, señalaron desde la compañía.
Diferentes gestiones
Los actuales directivos de la compañía señalan las diferencias entre la actual gestión y la anterior, durante el Gobierno de Mauricio Macri. “Durante los cuatro años de macrismo, la compañía fue gestionada con la idea de que era una empresa más del mercado y eso desdibujó su rol de liderazgo de la industria. Pero además, la perjudicó operativa y financieramente”, detallaron.
Los indicadores de la compañía vinculados con la producción de gas y petróleo colapsaron. En el caso del crudo, en los cuatro años bajo la gestión de Cristina Fernández de Kirchner, la producción de crudo de la empresa creció un 10% y durante los cuatro años de gestión de Mauricio Macri, cayó un 10 por ciento.
En tanto, las reservas de crudo crecieron 15% durante los cuatro años de gestión de Cristina Fernández de Kirchner y luego cayeron un 10%. En el caso del gas, la producción creció un 29% durante los cuatro años de CFK y luego cayó un 9% durante los años del macrismo. Y las reservas de gas crecieron un 40% entre 2012 y 2016 y luego cayeron un 30% durante entre 2016 y 2019.
“Esta caída en los principales indicadores de producción de YPF tiene su correlato en la pérdida de posición en el mercado. Al término de los cuatro años macristas, YPF había perdido su rol de liderazgo. La compañía perdió más de 10 puntos de participación en el mercado de la producción de gas como consecuencia de la aplicación de la resolución 46 y el subsidio que el Estado le dio a otras empresas del sector. Esa visión financiera del negocio de YPF generó un círculo vicioso: menos producción, menos ingresos, menos inversión, y se reiniciaba el ciclo”, dijeron.
“Con una YPF cada vez más chica, se necesitaba una porción cada vez más grande de ese volumen de negocios para pagar la deuda”, agregaron.
Recuperación después de la pandemia
La situación en 2020, durante la pandemia, fue muy compleja pero dos años después, se logró revertir. El 2021 la empresa invirtió USD 2.700 millones. Tuvo un EBITDA (resultado bruto de explotación de la empresa) cercano a los USD 4.000 millones (6% más que en 2019).
Entre los principales indicadores de recuperación, desde la empresa señalaron que en 2021, por primera vez en 5 años, la producción de hidrocarburos no fue negativa. Y se logró frenar el declino de los campos maduros a través de la recuperación secundaria y terciaria.
En Vaca Muerta, la producción de YPF de crudo no convencional creció un 62% y se duplicó la producción de gas. El índice de reemplazo de reservas se ubicó en 229%, la marca histórica más alta registrada en los últimos 20 años. El endeudamiento bajó a niveles de 2015.
Para 2022 el plan es muy ambicioso: se proyecta 40% de crecimiento de la inversión con un total USD 3.700 millones. De ese número, USD 1.600 millones se destinarán para el desarrollo de Vaca Muerta y USD 700 millones para la modernización y adecuación de las refinerías. También se prevé un aumento del 8% de la producción (lo que significará el mayor crecimiento orgánico de los últimos 25 años), un 40% de crecimiento de la producción no convencional.
En el sector de energías renovables, con YPF Luz, la compañía es un jugador muy relevante en la producción con tres parques eólicos y 400 MW de capacidad instalada. Es el segundo productor de renovables del país. Este año, la compañía construirá un parque solar en San Juan de 100 MW.
En tanto, a través de YTEC, la empresa participa en la investigación para la utilización del hidrógeno como fuente de energía y de movilidad y para la producción de baterías de litio. Con la empresa YPF Litio, va a invertir en la cadena de valor del este mineral clave para la movilidad eléctrica.