Opciones como aplicar aranceles a la energía o pagar los suministros a través de un fidecomiso sobrevuelan el Consejo de Asuntos Exteriores que se celebra en Luxemburgo, aunque sin propuestas cerradas sobre la mesa, dado que los Veintisiete están todavía lejos del consenso necesario para imponer estas restricciones, ha subrayado un alto cargo de la UE, informó Bolsamanía.

No obstante, una vez los Veintisiete han aprobado las primeras sanciones al sector energético ruso, con un embargo al carbón en la quinta tanda adoptada el viernes, el próximo paso en la presión contra Vladimir Putin pasa por el gas y el petróleo, fuente de ingresos clave para Moscú.

Así lo expresó el Alto Representante de la UE para Política Exterior, Josep Borrell, quien ve inevitable esta medida y ya adelantó que los ministros la discutirán tan pronto como este lunes. "Antes o después, espero que antes, esto pasará", aseguró.

Fuentes europeas señalan que las palabras de Borrell son un ejemplo de liderazgo y se mueve dentro del margen de su cargo para liderar la acción de los Estados miembros, pero la realidad es que la UE corre riesgo de romper la unidad que ha mantenido hasta ahora en su respuesta a la agresión rusa.

Entre los países reticentes destacan Alemania y Austria, que han rechazado cortar de forma inmediata el suministro, y Hungría, que ha amenazado con vetar cualquier embargo energético aduciendo su interés nacional.

De todas formas, en Bruselas recuerdan que el alcance de las sanciones contra Rusia no tienen precedentes y el consenso europeo se ha ido construyendo sobre la marcha. "Se ha ido creando consenso a través de hacerlo y de aprender. No pensábamos que estaríamos en este punto hace unas semanas", argumentan fuentes diplomáticas, que concluyen que las próximas sanciones dependerán en gran parte de las imágenes que lleguen de Ucrania.

Una muestra de esto es que el quinto paquete de sanciones incluyó a última hora el embargo de carbón a propuesta de la Comisión Europea tras conocerse la masacre de civiles a las afueras de Kiev, en ciudades como Bucha.

Toca pues conjugar la reacción contra la agresión rusa con el interés de Estados miembros, habiendo varios que tienen una dependencia energética del 100%, como recuerda el alto cargo de la UE, que subraya que cualquier medida que aplique el bloque debe golpear más a Rusia que a los propios socios europeos.

Aparte del debate sobre sanciones, la cita de este lunes servirá para que la UE dé un espaldarazo al proceso de rendición de cuentas por la guerra en Ucrania y lograr que los responsables de crímenes de guerra sean llevados ante la justicia por sus actos. A este efecto, los ministros mantendrán un desayuno informal con el fiscal jefe del Tribunal Penal Internacional (TPI), Karim Khan, y se preocuparán por la investigación lanzada por la institución.

La guerra de Ucrania revaloriza todo el Magreb, y Nigeria entra en escena

LA VANGUARDIA/ENRIC JULIANA

Un día después de que el Gobierno español confirmase el viaje de Pedro Sánchez a Marruecos para hacer las paces con Mohamed VI , el Gobierno italiano daba a conocer una inminente visita –mañana, lunes– de Mario Draghi a Argel para entrevistarse con el presidente argelino, Abdelmajid Tebboune . El viaje estaba en cartera, pero no tenía fecha a principios de semana. Argelia lo puso en agenda después de conocer la cita del rey de Marruecos con el presidente español. Así suena la música del Magreb, mientras los misiles caen en Ucrania y avanza el boicot al carbón ya los hidrocarburos rusos. El mapa de Europa está cambiando de eje.

España aceleró las negociaciones con Marruecos después del tirón de Alemania a principios de año, cuando la guerra en Ucrania todavía era una hipótesis. El presidente federal alemán, Franz-Walter Steinmeier , estrenó el 2022 con una amable carta a Mohamed VI en la que le expresó su apoyo al plan marroquí de regionalización del Sáhara Occidental.

Al conocerse la carta alemana, el Ministerio de Asuntos Exteriores español entró en pánico. La presión marroquí iba a aumentar. Y aumentado. Tres intentos de asalto a la valla de Melilla entre finales de febrero y principios de marzo, recién iniciada la guerra en Ucrania. Entonces se aceleró la negociación, en los términos que hoy conocemos. (La página web del Ministerio de Exteriores español ha colgado desde hace unos días un mapa en el que ya ha desaparecido la línea de frontera entre Marruecos y el Sáhara Occidental).

Alemania tenía prisa por solventar su crisis diplomática con Marruecos y reemprender los proyectos de cooperación con ese país, que gastó por la energía eólica y solar. Energía verde para la fabricación de hidrógeno verde. Hidrógeno que sería transportado por los gasoductos ya existentes. Esta es la principal apuesta de la industria alemana para la próxima década, una apuesta que hoy adquiere carácter de urgencia histórica ante el descalabro que supone la renuncia al gigantesco gasoducto Nord Stream 2 por el mar Báltico, como consecuencia de la invasión rusa de Ucrania

Mapa del Norte de África y África Occidental con los gaseoductos que abastecen a los países del sur de Europa

Argelia también ha leído la guerra de Ucrania. Italia también necesita emanciparse de Rusia y ha llamado a las puertas de Argel, así como a las de otros países productores. Italia consume mucho gas, 76 bcm anuales en el 2021, más que el doble que España (33 bcm), puesto que carece de centrales nucleares y sus energías renovables están menos desarrolladas. (Un bcm de gas equivale a mil millones de metros cúbicos).

Italia necesita, urgentemente, comprar más gasolina a Argelia, y el presidente Tebboune ha invitado a Mario Draghi el próximo lunes para ofrecer el contrapunto de la cena de Mohamed VI con Pedro Sánchez. Argelia aliena el mensaje de que Italia será su nuevo gran socio estratégico después de la traición de España. Y amenaza con aumentar el precio del gas que vende a las empresas suministradoras españolas, precios que hoy están en fase de renegociación.

Conviene precisar un dato: desde hace años, Italia compra más gas a Argelia que España. El año pasado adquirió 21 bcm de gas argelino, frente a los 14 bcm de España. Segundo dato de contexto: se están renegociando los contratos entre Naturgy y Sonatrach (empresa estatal argelina de hidrocarburos) y durante el primer trimestre del 2022, las empresas españolas han comparado más gas a Estados Unidos que a Argelia. Más datos de contexto: España apenas depende de Rusia, dispone de seis estaciones regasificadoras en su litoral, es el país de Europa con mayor capacidad de almacenamiento de gas y está consiguiendo un notable desarrollo de las energías renovables.

Argelia también trabaja en su contexto y ha desempolvado la vieja idea de un gran gasoducto transahariano para conectar con Nigeria, el otro gran productor de gas del continente africano. El pasado 25 de febrero, los ministros de Energía y Minería de Argelia, Níger y Nigeria firmaron un protocolo para resucitar el proyecto del gasoducto Transahariano que uniría los yacimientos del delta del río Níger con los yacimientos de Hassi R'Mel en el desierto de Argelia , atravesando Níger, gran productor de uranio, país bajo una vigilancia especial de Francia, mientras Rusia toma posiciones en Malí.

Con ese nuevo gasoducto, el combustible nigeriano llegaría a Europa a través de las conducciones argentinas que conectan con España e Italia. Nigeria fue el año pasado el tercer proveedor de España, detrás de Argelia y Estados Unidos. Con esa nueva infraestructura, Argelia consolidaría su posición estratégica en el norte de África, pese a sus limitaciones técnicas para ampliar mucho su producción actual de gas. El gasoducto tiene unos 4.000 kilómetros de longitud y podría llegar a costar 10.000 millones de euros. Transportaría unos 30 bcm anuales, cantidad similar a la que consume España. En paralelo al gasoducto, existe también el proyecto de un corredor ferroviario entre Lagos y Argel. Se viene hablando del gasoducto transahariano desde los años setenta y nunca se ha podido llevar a cabo por la inestabilidad crónica en la franja del Sahel.

Marruecos construyó hace seis años con Nigeria las bases de un acuerdo para la construcción de un gasoducto submarino que recorrería toda la costa noroccidental de África, requerirá gas a una población de más de trescientos millones de habitantes, antes de conectar con España por el estrecho de Gibraltar. Un proyecto de dimensiones gigantescas que podría contar con el apoyo de Estados Unidos y que alguien ha comparado con los gasoductos Nord Stream entre Rusia y Alemania. En fecha reciente, Nigeria ha vuelto a hablar de ese proyecto. Nigeria también está siendo muy cortejada. Los expertos en el sector señalan que un gasoducto de esas características sería muy costoso.

El Magreb se revaloriza, y Nigeria entra en escena. Italia amplia su relación con Argelia, mantiene una vía de suministro de gas libio, pese a la guerra en ese país, y explota yacimientos en aguas de Egipto, región rica en gas que ya ha puesto en tensión a Grecia y Turquía. Si España pierde contacto con Argelia, se verá obligada a cerrar el compás norteafricano para circunscribirse a una relación intensa y compleja con Marruecos.

Los mapas se están redibujando. Los mapas son una forma de organizar el asombro, sostiene el escritor Peter Steinhart .