FABIÁN ANDRÉS CAMBERO
Las mineras globales BHP y AMSA negaron el viernes que sus operaciones en el Salar de Atacama hayan causado daño ambiental, como sostiene una demanda del Estado chileno, y sostuvieron que han actuado de acuerdo a sus permisos.
Una corte ambiental dijo en la víspera que el Consejo de Defensa del Estado (CDE) denunció irregularidades por parte de las minas de BHP, Antofagasta y Albemarle en la extracción desde el Acuífero de Monturaqui-Negrillar-Tilopozo, que habría impactado al frágil ecosistema.
Aunque las mineras tienen permisos de extracción de agua, el CDE argumenta que provocaron un daño "que era previsible, toda vez que estaban en conocimiento del límite máximo de descenso que podría tener el acuífero".
Chile es el mayor productor mundial de cobre y segundo mayor de litio.
La mina de cobre Zaldívar, de Antofagasta afirmó que ha ejercido sus derechos de extracción de agua de acuerdo con lo evaluado y autorizado ambientalmente.
"Los efectos de dicha extracción están dentro del rango evaluado ambientalmente, el que fue considerado en los permisos otorgados, sin que exista evidencia de daño ambiental", dijo la firma en un comunicado enviado a Reuters.
La minera destacó que el regulador ambiental no ha presentado cargos en su contra por ese tema.
En tanto, Escondida, el mayor yacimiento mundial de cobre y controlada por BHP, dijo que "está plenamente convencida de haber actuado conforme a sus obligaciones" y que cuenta con estudios técnicos que establecen que no existe deterioro en las zonas de vegas de Tilopozo.
"La compañía seguirá con las distintas instancias que le otorga la ley para demostrarlo", afirmó.
En marzo, la Superintendencia del Medio Ambiente (SMA) multó a Escondida por superar el nivel máximo permitido de extracción de agua desde el año 2005, llegando a triplicar dicho umbral el 2019.
También el mes pasado, la SMA presentó cargos contra la productora de litio Albemarle por irregularidades en su operación en el salar.
Albemarle aún no ha emitido una declaración sobre el caso.
Su rival, la local SQM ha sido objeto de escrutinio por su operación en el salar y ajustó en 2020 el uso de agua tras perder una batalla legal que le obligó a reiniciar un plan para compensar el exceso de bombeo de salmuera.
El uso del agua en la región se ha convertido en una arista regulatoria importante para las mineras de litio, que usan la salmuera para extraer el metal ligero, clave en la fabricación de baterías.
El Salar de Atacama alberga casi una cuarta parte del suministro actual de litio del mundo.