Fitch recortó su previsión de PBI global en 0,7 décimas para este año debido a la guerra en Ucrania, mientras que en la Eurozona la estimación se reduce en 1,5 puntos
El G-7 se niega a pagar el gas en rublos como exige Putin mientras Rusia lanza un ultimátum
EL PAÍS
El Kremlin asegura que no entregarán gas “gratis” y los ministros de Economía de los países industrializados achacan a Moscú un incumplimiento “inadmisible” de los contratos
Los líderes de los principales países industrializados no van a doblegarse ante la exigencia de Vladímir Putin de pagar el suministro de gas en rublos. Los países del G-7 acordaron este lunes seguir mostrando su unidad ante Moscú y rechazar de plano la compra de moneda rusa para desembolsar la factura energética. La imposición de Putin es “inadmisible”, aseguró el ministro de Economía y Clima alemán, Robert Habeck, tras una reunión virtual con los ministros de Energía del grupo. La incógnita ahora es si Rusia seguirá entregando el gas cuando compruebe que Occidente no respeta sus nuevas condiciones.
El presidente ruso anunció la semana pasada que iba a exigir el pago en rublos a los “países hostiles”, entre los que se encuentra la Unión Europea, que depende en un 40% de las importaciones de gas ruso. Los ministros del G-7 coincidieron en que la demanda de Putin supone “un incumplimiento unilateral y claro de los contratos existentes”, aseguró Habeck. Alemania preside ahora el grupo de Estados, que incluye a la propia Alemania, Francia, Italia, Japón, Canadá, Estados Unidos y Reino Unido. En la reunión participaron también representantes de la UE. Si los contratos son válidos, las empresas deben seguir respetando lo que se especifica en ellos, añadió Habeck: “Eso significa que el pago en rublos es inaceptable”.
La contrasanción de Putin no solo pretende provocar a los aliados y tratar de provocar fisuras, sino también fortalecer el rublo y apuntalar el Banco Central de Rusia, prácticamente aislado de los mercados internacionales por culpa de las sanciones occidentales. En la situación actual, conseguir las grandes sumas de rublos necesarias para pagar la abultada factura del gas no es sencillo en los mercados de divisas, por lo que sería necesario recurrir al Banco Central de Rusia, quebrantando así sus propias sanciones.
“No entregaremos gas gratis”
Putin firmó este lunes el decreto por el que el gabinete de ministros, el banco central y Gazprom, la empresa con el monopolio del Estado para la exportación de gas, deberán acordar el mecanismo para convertir a rublos los contratos de gas ya firmados en otras divisas con los países de la Unión Europea.
El conflicto sigue escalando y nadie se atreve a aventurar si podría acabar en un corte de suministro. El portavoz del presidente ruso no detalló este lunes qué hará Moscú si Europa se niega a pagar en rublos. “Resolveremos los problemas a medida que lleguen, pero el hecho de que no entregaremos gas gratis es indiscutible. En nuestra situación, no es posible ni conveniente la caridad con Europa”, dijo Dmitri Peskov.
“Estamos preparados para todos los escenarios”, respondió Habeck en Berlín cuando le preguntaron qué pasaría si Moscú cierra el grifo de los hidrocarburos. El ministro alemán pidió a las empresas afectadas —son las compañías y no los Estados los que le compran el gas a Gazprom— que “no respondan a la petición de Putin”. Y como ya había hecho el canciller Olaf Scholz tras conocerse la exigencia del presidente ruso la semana pasada, acusó a Moscú de ser “un proveedor poco fiable”.
“Creo que hay que interpretar esta exigencia como una muestra de que Putin se encuentra entre la espada y la pared”, añadió Habeck, en referencia a que las sanciones occidentales están dañando gravemente la economía rusa.
Las empresas occidentales suelen tener firmados acuerdos de suministro a largo plazo para las importaciones de gas ruso y todavía no se sabe cómo va a implementar Moscú el cambio en la moneda de pago, que viene especificada en las cláusulas. La mayoría de contratos están en euros o en dólares. Algunas empresas ya se han pronunciado. La francesa Engie y la austriaca OMV han subrayado que los contratos no permiten el pago en rublos y que, por tanto, ellos van a seguir pagando en euros o dólares.
Analistas como Katja Yafimava, del Instituto de Estudios Energéticos de la Universidad de Oxford, creen que Gazprom continuará suministrando gas. “No le interesa aislar a Europa y dar a los europeos un pretexto para intentar terminar sus contratos antes de que expiren”, explica por correo electrónico. La modificación no sería en sí misma un incumplimiento de contrato, sino el inicio de un cambio con el que un comprador europeo “podría estar de acuerdo o no”. En cualquier caso, el contrato no puede modificarse unilateralmente, explica. Si una empresa sigue pagando en euros, Gazprom podría someter la disputa a arbitraje.
Hacia la independencia del gas ruso
La Unión Europea ha evitado hasta ahora imponer sanciones a las importaciones energéticas de Moscú, como sí han hecho Estados Unidos y el Reino Unido, mucho menos dependientes del gas y el petróleo rusos. Washington se comprometió la semana pasada con Bruselas a aumentar sus envíos de gas natural licuado (GNL) a la UE para acelerar el cierre del grifo ruso. Este acuerdo se enmarca en el esfuerzo de Bruselas para intentar reducir en dos tercios la dependencia de gas ruso antes de que acabe el año. Es decir, pasar de los más de 150.000 a 50.000 millones de metros cúbicos. Para ello ya está negociando con nuevos suministradores, como el propio Estados Unidos, Qatar y Noruega.
El ministro de Economía alemán viajó la semana pasada a Qatar y a Emiratos Árabes Unidos para buscar alternativas rápidas al suministro de gas ruso. Allí presentó sus objetivos para reducir drásticamente la dependencia de la energía rusa. Berlín, que hasta ahora importaba el 55% del gas que consume y un tercio del petróleo de Rusia, se volverá “prácticamente independiente” del segundo a finales de este año y se ha comprometido a abandonar completamente el gas a mediados de 2024.
El Kremlin también instruyó este lunes a Gazprom a mantener sus volúmenes de suministro una vez cambie el sistema de pago, aunque el margen de tiempo que tendrán los clientes europeos es mínimo: el ministro de Finanzas ruso, Antón Siluanov, agregó que el mecanismo para cobrar en rublos “aún está en desarrollo”.
“El proceso para las entregas de gas es muy, muy complicado. No es como coger cualquier cosa en la tienda y pagar. Están los suministros, los pagos y hacer balances”, añadió Peskov. Según un estudio de la agencia de noticias estatal Interfax, Rusia se anotó unos ingresos récord de unos 8.860 millones de euros en enero por la exportación de gas. De esta cifra, alrededor de 5.500 millones de euros procedían de países hostiles.
FITCH: ALARMAS DE RECESIÓN
M. TAMAYO/EJE PRIME
La guerra en Ucrania se alarga. La recuperación de la economía tras el Covid-19 se ha encontrado con un gran bache que tensiona aún más la cadena de suministro, empuja la inflación y dificulta el crecimiento económico.
El conflicto armado en el antiguo estado soviético ha puesto el comercio de la energía en riesgo y parece que las sanciones han llegado para quedarse, por lo que la amenaza de una recesión mundial aumenta.
Ante este diagnóstico, la agencia Fitch Ratings apunta que el precio del petróleo y el gas harán aumentar los costes de producción de la industria y el incremento de precios se trasladará a los consumidores, que verán reducido su poder adquisitivo por la inflación. La agencia asegura que la escasez y el racionamiento de energía son circunstancias posibles en Europa y que el aumento de los precios de la energía es ya un hecho.
La agencia ha rebajado su previsión de crecimiento de la economía mundial para este año, el que debía afianzar la recuperación tras la pandemia. Para 2022, Fitch Ratings prevé un aumento del Producto Interior Bruto (PIB) del 3,5%, 0,7 décimas por debajo del calculado en diciembre.
FITCH RATINGS PREVÉ UN AUMENTO DEL PIB GLOBAL DEL 3,5% EN 2022
La reducción del crecimiento será más profunda en Europa, altamente dependiente del carburante ruso. La agencia apunta que la economía de la zona euro se expandirá un 3% en 2022, 1,5 puntos porcentuales menos respecto a la previsión de enero.
En concreto, los países con una mayor exposición a Rusia son Alemania, Italia y Polonia, que han reducido su previsión de crecimiento en 1,9 puntos porcentuales, 1,6 puntos porcentuales y un punto porcentual, respectivamente.
Para España la compañía augura un crecimiento del 5% en 2022, frente al 6,3% que estimaba a finales del pasado año. “Aunque los casos de Covid-19 han disminuido, la actividad minorista y recreativa ha seguido siendo débil, y esperamos que el gasto en consumo se vea limitado por la inflación, que alcanzó el 7,6% interanual en febrero”, sostiene la agencia sobre el mercado español.
Para final de año, la compañía estima que la inflación se sitúe en el 2,9%. A pesar de que se augura una recuperación del turismo, la subida de precios afectará a los sectores industrial y agrícola. Con todo, se prevé que la economía vuelva a niveles prepandemia en el segundo trimestre de 2023.
En cambio, en Estados Unidos no se notará tanto el conflicto y sólo se reducirá su PIB en 0,2 puntos porcentuales, hasta el 3,5%. La herida de la guerra se dejará sentir también en 2023, para cuando la agencia calcula que se perderán 0,2 puntos porcentuales de crecimiento, por lo que el aumento del PIB del siguiente año será del 2,8%.
A pesar de no estar tan expuesto a Rusia, Estados Unidos deberá acarrear una presión inflacionista más intensa de lo que se esperaba sumado al aumento del precio del petróleo, lo que ha llevado a la Reserva Federal a acelerar su política de subida de tipos. Con todo, la inflación se puede disparar hasta un 10% en Estados Unidos y permanecer alta durante todo el año.
LA INFLACIÓN EN ESTADOS UNIDOS PUEDE DISPARARSE HASTA UN 10%
Por su parte, la predicción sobre la economía China no ha cambiado y se mantiene en el 4,8% en 2022.
“Las exportaciones siguen aguantando bien, pero es probable que se ralenticen en 2022”, apunta la agencia, que sí que ha modificado sus previsiones para 2023 y ha reducido el crecimiento del gigante asiático al 5,1% frente al 5,3% calculado a final de año. Como consecuencia de una caída del PIB ruso del 8%, el conjunto de países en desarrollo, excluyendo China, reducirá su crecimiento hasta el 2,5% en 2022.
A pesar de la desestabilización económica que ha provocado la guerra, los bancos centrales mantienen sus estrategias en líneas generales. “Aunque el choque tendrá efectos adversos sobre el crecimiento, su impacto predominante será la reducción de la oferta agregada y, por tanto, el aumento de los precios”, apunta la agencia, que señala que los bancos tienen instrumentos para combatir la inflación puntual, pero que sus instrumentos pueden no ser adecuados para esta crisis.
“Una de las lecciones de la crisis del petróleo de los años setenta fue que la respuesta inicial de política monetaria acomodaticia -que se centró en el impacto negativo de la reducción de la renta real sobre la demanda en Estados Unidos y el Reino Unido por la reducción de la renta real- contribuyó a afianzar una elevada inflación que posteriormente fue muy difícil de derrotar”, afirma Fitch Rating.