El precio del barril de petróleo Brent para entrega en mayo terminó en el mercado de futuros de Londres en 112,30 dólares, un 6,24 % menos que al finalizar la sesión anterior.
El crudo del mar del Norte, de referencia en Europa, concluyó la jornada en el International Exchange Futures con un descenso de 7,47 dólares respecto a la última negociación, cuando cerró en 119,77 dólares.
La cotización del crudo retrocedió después de que China haya iniciado un confinamiento de la población de Shanghái, uno de los principales centros financieros y manufactureros del gigante asiático.
El temor a que la pandemia de coronavirus ralentice la demanda de petróleo desde China, el mayor importador del mundo, relajó temporalmente los temores sobre eventuales problemas de suministro global a raíz de las sanciones internacionales sobre Rusia.
La confirmación a finales de la semana pasada de que Unión Europea no planea un embargo inminente sobre los hidrocarburos rusos contribuyó asimismo a la caída del precio del Brent.
GEORGE GLOVER/BUSSINER INSIDER
Los estadounidenses y el resto de ciudadanos occidentales ya están notando el impacto de la "subida de precios de Putin" en el surtidor de gasolina. Y no solo eso, el aumento de los precios del crudo puede aumentar la probabilidad de una recesión este año, según Goldman Sachs.
La probabilidad de que se produzca una crisis económica en 2022 se sitúa ahora entre el 20 y el 35%, según un reciente informe de investigación elaborado por el economista principal del banco, Spencer Hill.
Se espera que las sanciones occidentales sobre el petróleo y el gas rusos provoquen una importante subida de precios este verano.
El precio del petróleo se disparó hacia los 140 dólares por barril después de que Rusia lanzara su invasión sobre Ucrania, aunque posteriormente ha vuelto a caer por debajo de los 110 dólares después de que la Agencia Internacional de la Energía anunciara un plan para ajustar la demanda a la oferta.
Business Insider analiza por qué las crisis de los precios de las materias primas pueden provocar recesiones, y comparte tres lecciones que, según el equipo de Hill, los inversores deberían aprender de la crisis de la Guerra del Golfo de 1990, cuando la invasión de Irak a Kuwait hizo que los precios del petróleo se duplicaran y afectara al crecimiento mundial.
Una recesión es un periodo de declive de la actividad económica general, que suele definirse cuando una economía ve caer su producto interior bruto (PIB) durante dos trimestres consecutivos.
Según Goldman Sachs, la subida de los precios del petróleo aumenta la probabilidad de una recesión por dos razones.
En primer lugar, los precios más altos erosionan los ingresos reales de los consumidores. Esto significa que gastan menos en otros bienes y servicios, lo que afecta al crecimiento económico.
Los analistas de Goldman Sachs prevén un crecimiento del PIB en Estados Unidos de solo el 1,9% este año, lo que supone una caída significativa respecto al aumento del 6,9% que se produjo en el último trimestre de 2021. La situación en España también es preocupante: la economía creció un 5,1% en 2021, pero sigue lejos de lo perdido por la crisis y a años luz del crecimiento del 6,5% que calculaba el Gobierno.
"Vemos el riesgo de recesión como algo más alto de lo normal este año, en parte reflejando este menor colchón de crecimiento", dice Hill.
En segundo lugar, el aumento de los precios del petróleo y de las materias primas impulsa la inflación, lo que anima a los bancos centrales a subir los tipos de interés. El aumento de los tipos de interés encarece los préstamos, lo que repercute en el gasto de los consumidores y provoca una caída del crecimiento del PIB.
"El aumento de los precios de las materias primas puede aumentar el riesgo de recesión al limitar la capacidad de los responsables políticos para responder a las perturbaciones del crecimiento", explica Hill. "Por ejemplo, a mediados de 2008 la Reserva Federal interrumpió su ciclo de flexibilización debido a la elevada inflación, a pesar de la crisis financiera en curso".
La Reserva Federal de Estados Unidos parece haber adoptado una postura más agresiva, al señalar que las continuas perturbaciones de los precios de las materias primas podrían hacer que la inflación, que ya se encuentra en el nivel más alto de los últimos 40 años (7,9%), aumente de forma incómoda.
Irak invadió Kuwait en 1990, lo que afectó al suministro diario de petróleo de ambos países, que superaba los 4 millones de barriles. Los precios del petróleo subieron de 21 a 46 dólares por barril en tres meses.
Esto contribuyó a una recesión en EEUU, ya que el crecimiento cayó algo menos del 0,3% y más de 850.000 estadounidenses perdieron sus empleos.
Goldman Sachs calcula que hoy en día los precios del petróleo tendrían que alcanzar los 200 dólares por barril para provocar un choque económico similar. Actualmente, el banco espera que los precios alcancen un máximo de 165 dólares por barril, pero tanto el banco de inversión Bank of America como la consultora energética Rystad han pronosticado recientemente que los precios del petróleo superarán el nivel de 200 dólares.
Hill añade que la caída del mercado inmobiliario comercial también contribuyó a la recesión de 1991. Los precios de los inmuebles siguen subiendo en 2022, pero algunos analistas han advertido de que podría estar desarrollándose una burbuja inmobiliaria.
"Si va a haber una subida bastante grande de los tipos de interés y una recesión bastante profunda, los precios de la vivienda van a bajar", ha dicho el economista Desmond Lachlan en una reciente entrevista con Business Insider.
Hill termina su informe con una nota más optimista, afirmando que espera que el crecimiento del PIB alcance un nivel "por debajo del consenso, pero no en territorio de recesión".
Pero si la actual crisis ucraniana coincide con un desplome inmobiliario, los inversores podrían verse abocados de nuevo a los turbulentos tiempos de principios de la década de 1990.