Pese a la volatilidad de los precios del combustible, las líneas aéreas podrían absorber incrementos debido a la gran demanda. En América Latina no es tan sencillo y habrá aumentos de tickets.
El aumento del precio de los combustibles a ritmo de las alzas del crudo desde que se alteraron los mercados por la invasión de Rusia a Ucrania y las consiguientes sanciones a la energía rusa, alarmaron al sector de las líneas aéreas. Pero sobre todo es la volatilidad de estos precios lo que impide que el sector pueda estabilizar un diagnóstico. A principios de marzo las expectaticas eran las peores e incluían el cierre de compañías aéreas. Sin embargo, la baja del crudo produjo alivio. Para sorpresa, no hubo merma significativa en las reservas y se explica en la gran necesidad de viajar luego de dos años de restricciones por el COVID19. En América Latina las líneas aéreas se ecuentran en una situación más difícil porque no estaban preparadas y se estima que aumentarán un 15% promedio los tickets.
VIAJAR DESPUÉS DEL COVID-19
La industria de la aviación se está sacudiendo dos años de restricciones de viaje relacionadas con COVID, ya que la fuerte demanda reprimida de viajes de negocios y de ocio hace que las aerolíneas se sientan optimistas de que están en camino de alcanzar los niveles de 2019, a pesar de los altos costos del combustible para aviones en medio del alza del precio del petróleo.
La mayoría de las aerolíneas confían en que la demanda acumulada de viajes de placer, incluidos los vuelos internacionales, será fuerte y los clientes estarán dispuestos a pagar más por las tarifas aéreas después de dos años de restricciones a los viajes, considera la periodista especializada Tsvetana Paraskova, en OilPrice.
"Las últimas semanas han visto un cambio dramático por parte de muchos gobiernos de todo el mundo para aliviar o eliminar las restricciones y requisitos de viaje relacionados con COVID-19 a medida que la enfermedad ingresa a su fase endémica. Es vital que este proceso continúe e incluso se acelere, para más rápidamente restaurar las cadenas de suministro globales dañadas y permitir que las personas reanuden sus vidas", dijo la semana pasada Willie Walsh, Director General de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) .
El jefe de IATA reconoció que "absorber un golpe tan masivo en los costos justo cuando la industria está luchando por reducir las pérdidas a medida que emerge de la crisis de COVID-19 de dos años es un gran desafío".
La mayoría de las aerolíneas estadounidenses creen que la fuerte demanda y las reservas récord compensarán el aumento de los costos del combustible.
Las demandas y reservas record compensarían el aumento del costo del combustible
La demanda de viajes domésticos de placer, que representa el 40 por ciento del negocio de American Airlines, "es más alta que nunca", dijo el CEO Dour Parker en la Conferencia Industrial 2022 de JP Morgan esta semana.
El presidente de Delta Air Lines, Glen Hauenstein, dijo en la misma conferencia que las ventas diarias promedio de boletos la semana pasada estaban por encima de los niveles de 2019. “Estamos viendo un aumento en la demanda que realmente no tiene paralelo”, dijo , según lo publicado por The Wall Street Journal. El CEO de esa compañía, Ed Bastian, intervino: "No hemos visto una demanda más fuerte... en mi carrera".
United Airlines, por su parte, ve un sólido repunte en los viajes de negocios, más rápido de lo esperado. Los viajes internacionales también se están recuperando, y muchos países eliminaron muchas de las restricciones anteriores relacionadas con COVID. El CEO de JetBlue dijo en la conferencia de JP Morgan que hubo un repunte "espectacular" en los EE. UU. a la demanda de viajes del Reino Unido.
LA CLAVE FUE LA COBERTURA DE COMBUSTIBLE
En general, las aerolíneas pueden recuperar la mayor parte del aumento en los precios del combustible aumentando las tarifas. Sin embargo, la situación actual parece inédita por lo que ha vivido la industria. Según lo informado por Skift , el CEO de United Airlines, Gerry Laderman, dijo durante la conferencia ISTAT Americas en San Diego, California, que “realmente no hay precedentes de lo que está sucediendo actualmente”. Las aerolíneas repercuten alrededor del 60% de los aumentos del precio del combustible en las tarifas y absorben el resto, aunque tarda unos meses en trasladarse.
Los próximos meses serán preocupantes desde el punto de vista financiero, por fuerte que sea la recuperación del tráfico”, dijo Helane Becker, analista de Cowen & Co al portal Aviación Line. Además de subir los precios, la otra herramienta en la caja de herramientas de las aerolíneas es dividir las operaciones: reduciendo frecuencias o eliminando destinos de su red.
SE RECUPERAN LAS ACCIONES
Bloomberg línea informaba ayer que al retroceder esta semana los precios del petróleo, cobraron impulso las acciones de las empresas ligadas al sector aeronáutico, afectado por el incremento en el costo de los combustibles.
El S&P 500 subió un 2,14%, mientras que el Nasdaq Composite (CCMPDL) ganó un 2,92%. El Dow Jones Industrial, por su parte, avanzó un 1,82%.
“Las acciones de las compañías aéreas celebran el desplome de los precios del petróleo y la sólida demanda interna de viajes. Delta y Virgin prevén un escaso impacto de la guerra en Ucrania en los viajes al Atlántico Norte”, dijo Edward Moya, analista de Oanda.
Para los directivos de Delta, la guerra de Ucrania no afectará demasiado
EN AMÉRICA LATINA NO ESTABAN PREPARADAS
Las principales compañías aéreas de Latinoamérica no están protegidas con coberturas de combustible que les ayude a soportar los mayores precios del crudo.
La cobertura es un mecanismo de una compra anticipada de cierta cantidad de combustible para aeronaves a un precio fijo establecido para su entrega a futuro, al que muchas aerolíneas en el mundo acudían antes de la pandemia, hasta que los precios del petróleo comenzaron a disminuir y desistieron de esta política.
Al no haber garantizado combustible a menor costo, quedaron expuestas a la volatilidad y las que llegan debilitadas por la pandemia no podrían evitar el aumento del ticket.
“Las aerolíneas de la región no suelen planificar la cobertura de combustible, ni siquiera las norteamericanas. Es una filosofía más de las aerolíneas europeas y asiáticas, las cuales típicamente compran coberturas de combustible del 30% al 80% de sus necesidades anuales”, explica René Armas Maes, vicepresidente comercial y consultor aeronáutico de Jet Link International LLC al portal América Economía.
En el nuevo escenario Latam, Avianca y Aeroméxico deberán revisar sus estimaciones del precio por galón de combustible que fue establecido en sus planes de reestructuración bajo el Capítulo 11 de la Ley de Quiebras de Estados Unidos. Serían las tres empresas más afectadas, según explica el consultor aeronáutico, porque cuentan con flotas de corto, mediano y largo alcance y sus costos unitarios son más altos. “Sobre todo considerando que la demanda de viajes de negocios y larga distancia todavía no regresa a volúmenes sostenibles”, dice.
En la región, el Grupo Latam -la mayor aerolínea latinoamericana- cuenta con coberturas por combustibles solo de un 25% por trimestre y abarca hasta la primera mitad de 2022, según una declaración de su CFO, Ramiro Alfonsín, dada al medio local La Tercera. El mismo ejecutivo aclaró, sin embargo, que esas coberturas apenas generan ganancias “acotadas”.
En México, las dos principales aerolíneas no están protegidas para la volatilidad en el precio del crudo. El Grupo Aeroméxico dejó establecido en su plan de reestructuración que no ejecutaría coberturas de combustible. Mientras que la low cost Volaris reportó en su último informe trimestral de 2021 que no tiene contratado ningún instrumento para garantizar el combustible a menor costo, aunque recientemente sostuvo que evitará subir las tarifas “en menor medida que sus competidores” usando su flota de última generación, según una publicación del medio especializado A21.
El de Azul es un movimiento que también está considerando su rival Latam y no solo para su unidad en Brasil. El CFO del grupo aéreo reconoció al medio chileno que están “adaptando su oferta a este contexto” e irán adaptando su capacidad en función de cómo se mueva el mercado. “Tenemos muchos escenarios y es difícil comentar cuánto vamos a estar volando en mayo o en junio”, dijo. En Brasil, Latam comunicó que el impacto “repercutirá en el aumento de los precios de los pasajes”.
En el caso de Colombia, la alta devaluación de la moneda (que en 2021 alcanzó el 14,4%) tiene en alerta a las compañías debido a que el 70% de los insumos que consumen están tasados en dólares. Cuando la divisa norteamericana y el combustible aumentan, a las aerolíneas no les queda más opción que subir los precios. En Perú, en cambio, la alerta fue lanzada por escasez de combustible debido a la paralización de la refinería de Repsol. El gremio de las aerolíneas en el país dijo que cuentan con un stock para proveer de carburantes a la aviación comercial hasta el 17 de marzo.
Aeroméxico es una de las empresas que puede sentir el impacto de la volatilidad
En medio de esta nueva turbulencia, las aerolíneas se verán ante un escenario de difíciles decisiones, explica Eliseo Llamazares, socio líder de Aviación y Turismo para KPMG en Latinoamérica. “O reducen su margen operacional, lo que impacta significativamente en su liquidez, o bien aumentan las tarifas, con lo cual van a sufrir una pérdida de demanda. Esa situación compleja es la que enfrentan todas las aerolíneas”, señaló.
El combustible representa el mayor costo de toda línea aérea. En promedio abarca entre el 30% y 40% de su gasto total cada año, de ahí que el aumento en su precio signifique un impacto tan considerable que -en muchos casos- debe ser contrarrestado con alzas en los tickets. En el último año el combustible llegó a encarecerse un 75%, pero solo en el último mes el precio se disparó hasta un 35%.
“La industria estaba preparada para soportar un precio en torno a los US$ 100 por barril, pero no para un incremento repentino de un 30%, que todavía puede verse incrementado”, explica Llamazares.
Armas Maes prevé un escenario en torno a los US$ 150 por barril (p/bbl) o US$ 3,6 por galón promedio de combustible (p/gal) para los próximos tres meses, aunque en el peor de los casos cree que puede llegar a US$ 180 p/bbl o US$ 4,3 p./gal, lo que estaría muy por encima de las estimaciones y capacidades de las aerolíneas. Para el tercer trimestre del año, los pronósticos del consultor empeoran hasta los US$ 225 p./bbl. o US$ 5,4 p./gal. en el escenario más radical.
“La afectación en la industria será importante porque las compañías todavía están con una debilidad por la pandemia”, señala el socio líder de KPMG. El experto se refiere a los niveles de endeudamiento al que tuvieron que acudir las compañías para obtener liquidez y poder sobrevivir. “Con ese endeudamiento no pueden reducir mucho el valor de los tickets porque ponen en riesgo su rentabilidad y su capacidad para cumplir con los compromisos financieros”, agrega.
Latam tiene cobertura de combustibles del 25%, le alcanza hasta mitad de 2022
Llamazares, por su parte, cree que las aerolíneas low cost -que en la región han tenido un repunte importante, encabezados por compañías como Volaris, Viva Air y JetSmart- también se verán afectadas aún cuando sus costos son menores. “Si se ven obligados a incrementar entre un 20% y 30% sus tarifas, sentirán el impacto porque repercutirá en el usuario último”, comenta.
Armas Maes cree que como estrategia, las aerolíneas pueden mitigar la volatilidad a corto y mediano plazo usando swaps (mecanismos de intercambio de flujos financieros), futuros y coberturas de manera proactiva (aunque pueden ser costosas en estos momento de tanta volatilidad y especulación) para cubrir sus necesidades de combustible de tres a 18 meses. Además, recomienda el uso de software para la planificación de rutas y utilizar datos históricos para analizar mejor las operaciones de bajo consumo de combustible, operar aeronaves de última generación e implementar iniciativas que ayuden a reducir el peso de los aviones.
Sin embargo, para Eliseo Llamazares, la mejor opción que tienen las aerolíneas es esperar. “Creo que se debe aguardar y confiar que así como hubo una escalada, de esa misma forma bajen rápidamente y solo sea un pico temporal”, dice.