Especialistas en hidrocarburos explican a qué se debe el fracaso del Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (FEPC)
JUAN SALDARRIAGA
Los precios de los combustibles en Perú continúan subiendo, empezando por el balón de GLP (10 kilos), el cual acaba de rebasar la barrera de los S/60 en varios puntos de la capital.
De acuerdo al último reporte de inflación del INEI, el GLP envasado o gas doméstico destaca como el producto que más se ha encarecido en Lima Metropolitana, anotando una variación de 10,5% en noviembre, seguido por el agua potable con 3,4% y las gasolinas con 3,1%.
Esto, a pesar de su reciente inclusión en el Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (FEPC), medida con la cual el gobierno esperaba frenar su alza de precio. Desde octubre, sin embargo, este ha venido creciendo mes a mes, borrando el efecto inicial de su incorporación al FEPC – cuando el balón de GLP descendió hasta S/10 -. ¿A qué se debe esto?
FEPC a la deriva
Semanas atrás se advirtió que el reingreso del GLP envasado al FEPC sería ineficaz y oneroso para el país, debido a que nos encontramos en un contexto de alza continua de los precios todos los combustibles a nivel internacional (el GLP es un ‘commodity’ como el petróleo).
Esto significa que el Gobierno tendrá que colocar dinero continuamente en el FEPC para moderar el alza del GLP.
Aurelio Ochoa, ex presidente de Perú-Petro, ha calculado que los S/200 millones asignados por el Gobierno para sostener este esfuerzo solo durarán 2 o 3 meses – contados desde setiembre pasado - y que el costo de esta política rondaría los S/1.000 millones a S/1.300 millones al año.
¿Pero, por qué el GLP tiende a subir de precio? De acuerdo a los analistas en energía, esto se explica por la reactivación económica post-pandemia.
Y también por la cercanía de la época invernal en el hemisferio norte, que obliga a las grandes economías globales – EE.UU., China, Rusia y los países europeos – a demandar más GLP para calefacción y otros usos afines, indica Gustavo Navarro, ex director general de hidrocarburos del MINEM.
La perspectiva es clara. “Los precios internacionales marcan la tendencia de los combustibles en el Perú y el mundo. Y lo que más sube es el GLP, porque su demanda ha aumentado significativamente, y se prevé que va a seguir subiendo hasta el 2022″, señala César Gutiérrez, experto en energía.
En este escenario, los especialistas en hidrocarburos advierten la necesidad de ajustar o reencausar el dinero del FEPC para darle un mejor uso.
Alternativas de solución
Por ejemplo, la Asociación de Envasadores de Plantas Envasadoras de Gas del Perú (ASEEG) ha solicitado al gobierno que “devuelva el FEPC a su estado primigenio”, esto es, que restaure la periodicidad bimensual de sus actualizaciones (hoy son mensuales) para evitar que el GLP suba de precio continuamente.
Los que están en desacuerdo con la inclusión del GLP envasado en el FEPC, por otro lado, aconsejan sacar este energético del fondo y recurrir al FISE. Esto es, dotar a este mecanismo de más recursos para permitir que un mayor número de peruanos en situación de pobreza pueda adquirir el preciado combustible.
“La idea es bajar el precio para la población que no puede comprar un balón de GLP, y no para los que sí pueden pagarlo”, aclara Luis Espinoza, ex viceministro de Energía del MINEM.
En todo caso, Gustavo Navarro anota que “si el gobierno quiere hacer un sacrificio de recursos importante”, este tendría que ir “con toda la fuerza que se pueda, a promover el uso del gas natural”.
Eso significa promover la construcción de gasoductos, la cual es la única manera de llevar este recurso de forma efectiva a los hogares peruanos.
La razón, explica el especialista, estriba en que al país “le sobra gas natural y le falta GLP”. Además de que se trata de un combustible más limpio, seguro y barato.
Excedentes de IGV
Cesar Gutiérrez considera, sin embargo, que no hace falta ir muy lejos. En su opinión, una medida rápida y racional para reponer la sangría de recursos del FEPC consiste en utilizar los excedentes de recaudación por el IGV aplicado al diésel, las gasolinas y el GLP.
“La recaudación por estos conceptos ha ido más allá del esperado (debido a la trepidante alza en sus precios). La idea es, entonces, sacrificar algo de esa recaudación para usarla en el FEPC”, señala.
De acuerdo a sus cálculos, el exceso de recaudación en dichos conceptos en enero-noviembre de 2021 asciende a S/374 millones para el GLP, S/296 millones para las gasolinas y S/220 millones para el diésel.
Esto es, casi S/900 millones que ayudarían a equilibrar el gasto efectuado en el FEPC hasta fines de año.
“El gobierno debe entender que los recursos del FEPC no son infinitos. La única variable para una racionalidad en el uso de este subsidio es el excedente del IGV no presupuestado. Después no hay otra variable”, advierte.