El petróleo ha cotizado a lo largo de esta semana en máximos desde 2014, con el barril de Brent llegando a rebasar los 88 dólares por barril. Pero la meteórica subida de los últimos meses podría no haber llegado a su fin, no solo por la posible continuidad de la recuperación de la economía y el incremento de la demanda, sino por la situación geopolítica entre Rusia y Ucrania.
Con más de 100.000 soldados rusos en la frontera con Ucrania, y con la comunidad internacional enfrascada en un tira y afloja para evitar que se acabe produciendo un conflicto bélico, uno de los factores a los que hay que vigilar es el crudo. Y es lo que ha hecho JPMorgan, quien en un informe a sus clientes ha advertido de que el precio del barril de Brent podría ascender hasta los 150 dólares, lo que supone un 76% más sobre los precios actuales, en el entorno de los 85 dólares.
"Las últimas tensiones geopolíticas entre Rusia y Ucrania aumentan el riesgo de un aumento significativo [del precio del crudo] este trimestre. Esto llega tras una ya elevada inflación - que alcanzó máximos de varias décadas en el último trimestre - y una economía global que está siendo golpeada por otra ola de la pandemia de Covid-19 que se suma a la fragilidad a corto plazo de lo que sería, de otra forma, una recuperación fundamentalmente sólida", indican los analistas de JPMorgan.
El gran peligro en lo que a la materia prima se refiere es la disrupción de la cadena de suministro del petróleo, que podría llevar el precio del barril hasta los 150 dólares si se produjese simplemente un recorte del suministro global del 2%, es decir, de 2,3 millones de barriles diarios.
De producirse esta situación, los analistas estiman una reducción del PIB global del 1,6%, mientras que la inflación a nivel mundial podría pasar del 3% hasta el 7,2% en el primer semestre de este año.
Pero la afectación para el conjunto de la economía no se limita únicamente al precio del petróleo, según Joseph Lupton y Bruce Kasman, autores del informe. Ambos apuntan que la imposición de sanciones a Rusia por parte de EEUU y sus aliados "impactarían negativamente en el sentimiento y en las condiciones financieras globales".
A ello se sumaría el comportamiento de los bancos centrales que, según el análisis de JPMorgan, tienden a percibir como una gran amenaza para el crecimiento económico los vaivenes del crudo relacionados con crisis geopolíticas. "En el contexto de un año de inflación ya elevada y políticas extremadamente acomodaticias, los bancos centrales pueden mostrar menos paciencia de lo normal, particularmente en [los mercados emergentes], donde la creciente aversión al riesgo global también puede ejercer presión a la baja sobre los valores de las divisas", señalan.
Pese a las advertencias de JPMorgan, no todas las casas de análisis resultan tan catastrofistas. Norbert Rucker, de Julius Baer, señalaba esta semana que el barril de crudo sí podría superar los 100 dólares en las próximas semanas, pero que "este nerviosismo tiende a durar semanas y no meses, y los ánimos deberían enfriarse finalmente. De cara al futuro, el apoyo fundamental a los precios del petróleo debería desaparecer".