Mercado de Metales y Futuro sentó las bases teóricas para un criptoactivo que sea aceptado como prenda de cambio en el mercado de los hidrocarburos
Mucho se habla de las criptomonedas, pero poco se entiende aún su significado y utilidad, entre los actores económicos tradicionales, como es el caso del sector de Estaciones de Servicio.
Las criptomonedas como se las conoce actualmente, no tienen ninguna aceptación ni habilitación legal para ser utilizadas como medio de pago en las expendedoras de combustibles. No existe aún una forma de abonar la carga con bitcoins, Ethereum, o fondos similares.
Sucede que de acuerdo a lo planteado por Pablo Rutigliano, no se vislumbra por el momento una relación de confianza, llamada también “trazabilidad”, entre un activo virtual ubicado en internet y un recurso concreto y tangible a los sentidos humanos como la nafta.
En ese sentido, el economista planteó un modelo evolutivo de la denominada “cadena de valor”, que le dé una seguridad a quienes utilicen una criptomoneda y en este caso, a los estacioneros, para que la tengan como un capital concreto en su ecosistema económico.
La tokenización, es decir, la securitización de esta moneda 4.0, estaría basada en las reservas concretas de crudo de la Argentina, regida por el índice de precio internacional del petróleo, comparado el caso como lo fue la moneda tradicional, con reservas en oro.
“Es posible realizar un sistema de procesos de precio para darle estabilidad a la criptomoneda, vinculada con esta cadena de valores estructurada, como vector de confianza social y transformarla en medio de pago”, explicó el experto.
Finalmente justificó su proyecto al advertir que tal cual funcionan las actuales bitcoins y demás tipos de “blockchains”, causan un ambiente propicio únicamente para las burbujas especulativas que llevan al precio de estas monedas a una distorsión anormal, con lo cual, se torna imposible que sirvan para darle valor a un producto muy sensible como el combustible fósil.