Los precios del crudo estadounidense superaron los US$ 80 por barril el mes pasado, por primera vez desde 2014
Las grandes petroleras no están interesadas en gastar más en la ampliación de la capacidad para satisfacer la creciente demanda de energía tras la crisis de la COVID-19 y, en lugar de ello, planean devolver más efectivo a los accionistas que esperaron pacientemente a ver un cambio en sus fortunas.
Ese mensaje lo dejaron claro las dos mayores petroleras estadounidenses, Exxon Mobil (NYSE:XOM) y Chevron (NYSE:CVX), así como el gigante europeo Royal Dutch Shell (LON:RDSb).
Las acciones petroleras están subiendo
El ETF Vanguard Energy Index Fund -cuyas 10 principales participaciones incluyen a Exxon y Chevron- ha subido más del 55% en el año.
El fondo está superando con creces al S&P 500, que ha ganado un 22% durante el mismo periodo. Este rendimiento ha sido respaldado por ganancias apreciables.
Días atrás, la publicación de los resultados del tercer trimestre de 2021 de Chevron mostró que generó el mayor flujo de caja libre de sus 142 años de historia durante el tercer trimestre. La empresa con sede en San Ramón, California dijo a los inversores que tiene la intención de mantener el gasto de capital un 20% por debajo de los niveles anteriores a la COVID el próximo año, al tiempo que aumenta la recompra de acciones.
Su presupuesto de capital para 2022 se situará en el extremo inferior de su rango de US$ 15.000 a 17.000 millones, según el director financiero Pierre Breber, un 60% por debajo de los niveles de 2014.
"Con el tiempo, la gran mayoría del exceso de efectivo volverá a los accionistas en la forma de mayores dividendos y la recompra", comentaron analistas.
Las acciones cerraron a US$ 114.49 al cierre de la semana bursátil. Chevron paga un dividendo trimestral de US$ 1.34 por acción, lo que supone una rentabilidad anual de alrededor del 4.74%.
Exxon aumentó su dividendo trimestral el miércoles en 1 centavo, su primer aumento de este tipo desde 2019.
Durante su publicación de resultados del tercer trimestre el viernes, la compañía con sede en Irving, Texas, informó que había generado US$ 12.000 millones en efectivo de las operaciones. XOM paga un dividendo trimestral de US$ 0.88 por acción, con una rentabilidad anual del 5.47%.
"El flujo de caja libre cubrió con creces el dividendo y US$ 4.000 millones de reducción de deuda adicional", según el director general de Exxon, Darren Woods.
"Con los progresos realizados para restablecer la solidez de nuestro balance, esta semana anunciamos un aumento del dividendo que mantiene 39 años consecutivos de crecimiento anual del mismo", agregó Woods.
Entre las grandes petroleras, Exxon es la opción favorita de los analistas de Goldman Sachs, que consideran que la rentabilidad por dividendo de la acción, que es la más alta entre las grandes petroleras estadounidenses, está "mal valorada en relación con el flujo de caja libre sostenible."
"Creemos que la base de activos diferenciada, cuando se combina con nuestra visión constructiva del petróleo, impulsará correcciones positivas de los beneficios", comentaron desde Goldman Sachs.
Exxon cerró el viernes a US$ 64.47, por debajo del objetivo a 12 meses de Goldman de US$ 68.
Los gastos de capital aumentarán el próximo año, según indicaron las grandes empresas energéticas, pero los aumentos se producen a partir de la base excepcionalmente baja de 2021 y dentro de los marcos establecidos antes de la reciente subida de los precios de los combustibles fósiles.
Esta nueva dirección es una gran noticia para los inversores que apostaron por el cambio de rumbo del sector durante el momento álgido, cuando el repentino desplome de los precios del petróleo obligó a algunos de estos productores a recortar sus dividendos y a detener sus planes de recompra de acciones. Durante ese periodo se endeudaron fuertemente para cubrir el pago de dividendos.
Los precios del crudo estadounidense superaron los US$ 80 por barril el mes pasado, por primera vez desde 2014, ya que la demanda se recupera con fuerza de la desaceleración impulsada por el COVID-19.
La demanda mundial de energía está repuntando más rápido de lo previsto, y la producción mundial de petróleo, aunque sigue aumentando, está luchando por ponerse al día con el aumento del consumo.
Conclusión
Las acciones de las grandes petroleras siguen siendo atractivas a medida que la demanda de energía repunta con fuerza tras el desplome del COVID.
Las últimas ganancias de las empresas demuestran que los inversores en estos valores serán recompensados generosamente con subidas de dividendos y recompras de acciones.