José Luis Sureda, destacado referente del sector petrolero argentino, pasó largos años en Afganistán y otros países de la región. En diálogo con EnerNews / Mining Press, dio claves valiosas del fenómeno talibán. En una entrevista sin desperdicios, Sureda brindó también su agudo análisis sobre la Transición Energética, la pandemia, el reseteo global y los desafíos del incierto mundo que viene.
Algunas de las cosas que dijo Sureda a nuestros diarios.
+ Estuve en Asia Central unos cinco años. En Afganistán estuve 6 o 7 veces. Es un país de varias “tribus” y por voluntad de los afganos nunca hubiese sido una sola nación, hubiese estado separado por regiones. Como Kurdistán ,que abarca una parte de Turquía y otra parte de Siria e Irán. Los talibanes fueron promovidos por Estados Unidos usando a Pakistán como proxy y captaron mucha adhesión en los pueblos rurales del interior de Afganistán.
+ Después de Bin Laden, Estados Unidos invadió, fue un acto de rabia por lo de las Torres Gemelas y terminó como empezó. Sin saber por qué, por hartazgo o por convicción de que jamás iban a poder controlar Afganistán, nunca nadie pudo, ni los rusos, ni ellos ni los ingleses.
+ El Estado tiene una concepción muy diferente. La ley es la sharia, dogmas y costumbres dictadas por los regentes, los líderes. Es un Estado autocrático basado en la discrecionalidad. Es muy difícil entenderse con ellos porque tienen una manera binaria de ver la vida: o sos amigo o no sos amigo. Si sos amigo te van a defender con su vida, si sos enemigo te van a matar, así de simple y sin tonos grises.
+ Hoy se ven avances como a los jefes con un cuadro detrás. En los ’90 no admitían una foto, un cuadro, una película, los cines estaban prohibidos, las mujeres no podían estudiar y eran absolutamente esclavas. No sé si están cuidando las formas, vamos a ver si dura. La raíz de todo es su enorme peso cultural.
+ Afganistán ha perdido el valor estratégico para los Estados Unidos en los ’90 por su explosivo desarrollo del shale oil y gas, que le ha dado una independencia energética importante pero sin tanta presión de importar de países hostiles. No creo que Afganistán no tenga un rol importante para jugar en la transición energética
Kabul 1997: Sureda y talibanes negociando el gasoducto
+ En 1996 llevamos a geólogos argentinos a Afganistán para evaluar la potencialidad del cobre. El veredicto fue que que no era ni cerca Chile. Tenía recursos, pero no extraordinarios. Leí ahora sobre una enorme cantidad de cobre, no sé cómo cambió tanto la visión.
+ Estuve en Turkmenistán, Uzbekistán, Kazajstán, Pakistán, Rusia, Tayikistán, Kirguistán, Azerbaiyán, Todos independizados de la URSS, que quedaron dispersos y desorientados y tratando de sobrevivir. La base estaba en Turkmenistán, pero también en Pakistán.Los talibanes tomaron Kabul en septiembre de 1996, nosotros fuimos a fin de año y alquilamos la ex embajada de Alemania y la usamos como oficina y hotel hasta 1998.
+ Había un abismo entre la capital y la vida rural. Kabul tenía universidad, donde estudiaban mujeres, con costumbres occidentales. Los talibanes abolieron todo. Pero en la parte rural, las costumbres y creencias son muy similares a los talibanes. Una gran diferencia para poder gobernar el país, además de los problemas de las diferencias etnias y lenguas. Son más de 20.000.000 de habitantes y hay tres lenguas. Siempre fue derrotado el colonialismo. Ellos dicen “nosotros jamás invadimos otro país y a nosotros todos nos invadieron ¿por qué no nos dejan vivir en paz?" Quieren vivir a su manera, no les importa vivir en la Edad Media. Ojalá haya flexibilidad y tolerancia a costumbres ajenas que permitan una sociedad más libre.
EL PRESENTE Y EL FUTURO DEL MUNDO
+ La vida será cada vez más incierta, el factor será la incertidumbre en el mundo. Las dinámicas hacen que todos los procesos sociales y económicos sean de altísima velocidad y por lo tanto difícil previsión.
+ Quieren llevar la Transición Energética a un ritmo imposible de sostener, a menos que el mundo esté dispuesto a bajar su estándar de vida. Hay una correlación estrecha entre el crecimiento del PBI y el consumo de energía. si uno quiere abatir el consumo de energía, tiene que empobrecerse, si se quiere hacer a esta velocidad es una locura total. La gente no va a soportar una caída dramática en la calidad de vida.
+ Hay una extraordinaria coincidencia con la pandemia, si es tal. Está muy en boga hablar del cambio climático, castigos, penalización a la humanidad, una especie de plaga bíblica. Lo ha dicho el Papa: la pandemi es una respuesta a que el hombre no ha cuidado el medio ambiente. Una posición dogmática no soportada por la ciencia, donde la culpa es un elemento importantísimo. Un dogma no se discute, se obedece o se rechaza, perdiendo racionalidad. Creo que está relacionado en las causas, que el Covid es un invento humano, creo que no es una epidemia que nació pese a la voluntad del hombre, sino que es deliberado.
+ El costo de la transición energética va a ser enorme. Hay un plan, impulsado a través de Davos, donde filósofos y empresarios, como George Soros que lo dicen. Lee llaman “el gran reset” o empezar de nuevo. Una teoría de redistribución de la riqueza, donde los países ricos van a generar los recursos necesarios para la igualación social, una especie de socialismo global. Por ejemplo, Argentina se convertiría en un gran productor de alimentos y el resto vendría de los países centrales. Esto tiene un montón de implicancias, es una teoría que el Globalismo, que tiene a filósofos, empresarios como Bill Gates, sumamente inquietante, que significa resignar la independencia.
+ En 1990 comenzó el proceso llamado globalización, un proceso de desarrollo acelerado del comercio internacional a través de corporaciones empresas. El globalismo avanza como un proceso a través de los Estados. Esto es algo absolutamente diferente. La punta del Iceberg en este proceso de globalización se llama “Transición Energética cueste lo que cueste” y la herramienta para impulsarla es el terror. En un año ya estamos envueltos en el terror por el cambio climático, la pandemia y ahora en el terror por la posible vuelta del terrorismo armado. Al mundo lo están bombardeando con el terror y esto es algo muy inquietante.
+La electromovilidad va a llegar pero hoy pueden comprar coches eléctricos los que tienen plata, son una especie de juguete de los ricos. Para poder masificarlos necesitamos que sea accesible al salario promedio mundial. Pero también hay una sola manera de llevarla adelante, que es a través de la mega minería, que es resistida por los mismos movimientos ecologistas que abonan la teoría de que hay que terminar con el consumo de combustibles fósiles. La disyuntiva es clara: combustibles fósiles o mega minería. Hoy no hay otra cosa.
+ Todo dependerá de la habilidad de los gobiernos para poner los pies sobre la tierra. Hoy en Europa, el precio de la energía está subiendo tremendamente. Para una inflación como la de España, que suba 50% en seis meses es un golpe durísimo. Esta suba obedece a dos razones fundamentales: los combustibles fósiles están subiendo aceleradamente por el desaliento a las inversiones hidrocarburíferas. El segundo factor son los costos de desarrollo de las energías renovables, fuertemente subsidiadas y que le imponen grandes costos a los sistemas energéticos. Los precios de la energía sean intolerables para la clase trabajadora, en España, Reino Unido, donde usted quiera. Si eso no se resuelve, habrá problemas sociales.
+ Las petroleras van a hacer lo mismo que hizo el hombre siempre: adaptarse a los cambios. Están comenzando a mirar e invertir en energías verdes, aunque el negocio fundamental y su razón de ser es y seguirán siendo los hidrocarburos. Están ganando tanto dinero como hacía muchos años no ganaban. Ese aumento de precios se debe al desaliento de los gobiernos. Joe Biden en prohibió la construcción de un oleoducto que venía de Canadá e iba a alimentar a EE.UU., aumentando la oferta y bajando los precios. Un mes después, Biden pidió a OPEP+ que abra las canillas para que aumente la oferta y los precios bajen. Son víctimas de sus propias malas decisiones. La transición debe ocurrir, pero la velocidad no la imponen los políticos, sino la realidad. Muchas veces los políticos tienen poco que ver con la realidad.
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