El secretario de Energía brindó detalles acerca de la normativa que actualiza el régimen legal del biocombustible, la cual ya cuenta con media sanción en Diputados
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"Nos parece un trabajo positivo en el orden de dar previsibilidad al conjunto de las políticas energéticas en un horizonte de mediano y largo plazo, por eso celebramos la media sanción y ahora la discusión en el Senado", consideró Martínez al iniciar su presentación.
El secretario recordó que el origen de la legislación en la materia se remonta a la gestión del presidente Néstor Kirchner, quien en el año 2006 impulsó la sanción de la ley 26.093 con el objetivo de fomentar el desarrollo de la industria y generar más puestos de trabajo en el interior del país. En ese sentido, consideró que el trabajo de la Secretaría y de los legisladores se sitúa en el mismo camino para continuar garantizado las condiciones para la actividad y, a la vez, favorecer el camino hacia una transición energética.
Al respecto, afirmó que "a partir de esa ley, ya nadie discute que los biocombustibles son una gran herramienta en el camino de la transición energética, de la que la Argentina está participando con una matriz diversificada".
Sobre la situación del mercado del biocombustible en nuestro país, recordó que "al asumir en la Secretaría nos encontramos con problemas en el sector, pero gracias al diálogo pudimos avanzar en un esquema de consenso con los integrantes de la cadena y generamos un sendero de precios para rescatar la actividad".
El secretario consideró que en un mismo camino de diálogo tanto su cartera como la Cámara de Diputados, a instancias de la propuesta del presidente de bloque del Frente de Todos, Máximo Kirchner, buscaron colaborar con una propuesta que actualice y mantenga los objetivos de la ley original para contar con "un régimen que establezca un plazo que dé inversiones y dé precisiones a las regiones para transformar la soja, el maíz o la caña en energía y en producción y cuide el trabajo de los argentinos y las argentinas".
Martínez explicó que "los niveles de corte y precio han sido solicitados y consensuados con los sectores para buscar que las plantas se mantengan en plena producción, respetar ese espíritu de trabajo es lo que han buscado los legisladores de la Cámara de Diputados con la media sanción".
El secretario destacó que, en función de dar certidumbre y respuesta a las demandas del sector, el artículo 5 define taxativamente un límite para quienes pueden integrar esta cadena productiva: "Las empresas que produzcan y/o destilen hidrocarburos no podrán ser titulares o tener participación en empresas que produzcan y/o destilen biocombustibles". En ese sentido, Martínez aclaró que "sin perjuicio de considerarlas como industrias que pueden complementarse, aquí dejamos asentado en forma específica quiénes pueden considerarse o no dentro del sector de los bios".
El artículo 8 establece la mezcla obligatoria en el caso del biodiesel, sobre lo cual el secretario detalló: "Esto fue consensuado con los sectores y nos permitió tener un precio y un corte que nos permite estar en actividad y trabajando; de ahí que el esquema cuente con la posibilidad de subir y bajar el corte en función del precio para que no se nos paralice la actividad en las plantas y cuidando los puestos de trabajo".
El artículo 9 hace lo propio para el bioetanol, mantiene el porcentaje actual y lo separa en 6% de caña y 6% de maíz. El secretario fundamentó el motivo de esa separación en la diferente lógica de cada producto: "Al no ser un commoditie el precio de la caña es más previsible, mientras que en el caso del maíz hay otras variaciones". Y recalcó: "Lo que intenta la norma es tener un instrumento que le permita al Estado poder dar el precio que permita cubrir los costos".
Martínez también destacó que, en su artículo 15, la nueva ley crea una "Comisión de Biocombustibles", donde participarán todos los sectores que, desde el Estado, puedan aportar a ajustar y sostener una adecuada planificación de la política de combustibles a mediano y largo plazo. En ese mismo artículo también se establece la creación de un "Consejo de Provincias Productoras" en un esquema similar al existente para los hidrocarburos con la Ofephi, lo que permitirá garantizar el aporte del conocimiento y la visión de las provincias involucradas.
Finalmente, el secretario destacó que al sancionar una normativa que estará vigente hasta el 2030 se contará con una herramienta fundamental para planificar un horizonte de inversiones que permita la modernización de las plantas y la ampliación de la actividad en las economías regionales.
La Ley que regula la actividad de la producción de biocombustibles en nuestro país estipulaba un plazo de vigencia de 15 años, y fue prorrogada en mayo último hasta la sanción del marco regulatorio que debe actualizarla. En el marco de ese proceso, la Cámara de Diputados el viernes pasado dio media sanción a una nueva ley que en el día de hoy comenzó a ser analizada en comisiones del Senado con vistas a su próximo tratamiento en el recinto.
Quién es quién en biocombustibles
JAVIER LEWKOWICZ/Página 12
El Senado comienza este miércoles el debate del proyecto de ley para definir un nuevo régimen de promoción al sector del biocombustible. La expectativa es que la semana próxima se sancione, luego de la votación favorable de Diputados. Implica una parcial marcha atrás de un régimen que funcionó durante quince años y despierta posiciones muy encontradas. A continuación, las claves:
¿Qué son los biocombustibles?
Son combustibles obtenidos a partir de recursos renovables, por lo cual tienden a ser considerados una alternativa más sustentable a los fósiles. Los más difundidos son el biodiesel y el bioetanol, producidos en base a cultivos agrícolas destinados a la alimentación humana. En el caso argentino se fabrican, respectivamente, a partir del aceite de soja y de la caña de azúcar o de la biomasa derivada del maíz.
¿Qué ventajas tienen?
Los países productores mejoran su seguridad energética. El caso más emblemático es Estados Unidos, que tuvo un fuerte avance de cara a una potencial escasez de combustible fósil y previo al boom de las explotaciones no convencionales de hidrocarburos. En el caso argentino, también hay un componente de divisas asociado a la sustitución de combustibles que de otro modo deberían importarse. En el biodiesel, el país es un exportador fuerte, lo cual supone la agregación de valor a la tonelada de soja y generación de empleo, explica un reciente documento del think tank Fundar.
¿Cuál es el saldo en materia ambiental?
Se calcula que la utilización de biocombustibles reduce la emisión de dióxido de carbono --principal gas de efecto invernadero-- en relación a los combustibles fósiles en un 78 por ciento. Sin embargo, ese efecto positivo es reducido por el consumo de combustible necesario para la producción agrícola, por ejemplo, en la producción de fertilizantes y para el uso de la maquinaria.
Por otro lado, hay cuestionamientos vinculados al uso de la tierra y la expansión de la frontera agrícola y a la competencia con la producción de alimentos destinados a consumo, que puede impactar en el encarecimiento de éstos últimos.
¿Cómo es la promoción en Argentina?
El régimen de promoción nacional de 2006 estableció por quince años una mezcla obligatoria de biocombustibles del 5 por ciento de bioetanol en naftas y 5 por ciento de biodiesel en gasoil a partir de 2010 y luego se incrementó hasta el 12 y 10 por ciento, respectivamente. Además, se establecieron una larga serie de beneficios impositivos a los productores de biocombustibles.
El impacto fue notable: en diez años, la producción de biodiesel pasó de 1 millón de toneladas a 2,1 millones y el bioetanol se multiplicó por cinco, de 23.300 metros cúbicos a 1,1 millones de metros cúbicos. El régimen promocional expiró el pasado 12 de mayo y fue prorrogado de forma provisoria hasta el 12 de julio.
¿Cómo se compone el sector en el país?
Hay 36 empresas que producen biodiesel y 19 empresas de bioetanol. En biodiesel, hay grandes empresas integradas, ligadas a las cerealeras y con perfil exportador, junto con pymes que venden al mercado interno.
Más de la mitad de la producción tiene destino de exportación. En bioetanol, las empresas son medianas y están orientadas al mercado doméstico. El sector emplea a unas 4500 personas de forma directa.
¿En qué consiste el proyecto del nuevo régimen?
Con el impulso del oficialismo, el nuevo esquema contempla hasta 2030 una reducción del corte del 10 al 5 por ciento para el biodiesel y lo mantiene para el bioetanol en un 12 por ciento, en partes iguales para maíz y caña de azúcar.
A su vez, permite al gobierno reducir al 3 por ciento el corte ante subas de los precios agrícolas, salvo para la caña, que mantiene su cuota del 6 por ciento. Adicionalmente, establece que para el abastecimiento al mercado interno tendrán fuerte prioridad las empresas pymes: las firmas que accedan al régimen no podrán producir más de 50 mil toneladas de biodiesel y 90 mil metros cúbicos de bioetanol por año.
Apoyos y críticas
Como el proyecto prevé la baja en el corte del biodiesel y la posibilidad de aplicar reducciones adicionales, lo cual implica un incremento de la demanda de combustibles fósiles, las provincias petroleras junto a las empresas de ese sector apoyan la iniciativa. También hay acompañamiento de parte del complejo azucarero, que queda mejor parado que el maíz y la soja. Así, la votación en Diputados logró el apoyo de representantes de Juntos por el Cambio de Tucumán y Jujuy. En cambio, las grandes aceiteras son las principales detractoras, junto con representantes legislativos de provincias con peso del sector, como Córdoba y Santa Fe, recuerda el informe de Fundar.
Mercado interno y exportaciones
Argentina es el principal exportador de biodiesel. Sin embargo, en el mercado externo se han registrado problemas desde 2016 por la aplicación de medidas antidumping tanto en la UE como en EE.UU. contra el biodiesel argentino.
Encima, las perspectivas no son muy alentadoras, ya que Europa puso un techo a los bio que reduce las mezclas actuales para 2030 y en Estados Unidos podría pasar algo parecido. Por ello, las grandes empresas quisieran poder vender tanto al exterior como en el mercado local, algo que ni el régimen anterior ni el próximo permiten.