Desde 1950, la Argentina se vio afectada por crisis que hicieron que el país sufra más tiempo de recesión que cualquier otro, excepto la República Democrática del Congo
BENEDICT MANDER
El gobierno argentino afirma que puede duplicar las exportaciones en los próximos cinco años, a pesar de una economía en dificultades y de la suspensión el mes pasado de una de sus exportaciones clave: la carne de vacuno.
Argentina es uno de los países más afectados por el coronavirus, el que agravó la crisis económica que se precipitó hace tres años. La inflación es del 49% y las negociaciones con el FMI sobre el reembolso de un préstamo de US$ 44.000 millone se han estancado, lo que desconcierta a los inversores.
Aun así, el ministro de Producción, Matías Kulfas, insiste en que la economía está cambiando de rumbo.
"Este es un momento crucial en el que están madurando muchas inversiones que van a permitir un salto significativo en las exportaciones", declaró Kulfas al Financial Times.
Kulfas sostiene que los nuevos proyectos en sectores como la minería, la energía, la industria manufacturera y la automoción podrían llevar a duplicar las exportaciones de unos US$ 65.000 millones en los próximos cinco años.
Los economistas y analistas privados rechazan esta previsión por considerarla excesivamente optimista. Aunque el FMI prevé un crecimiento del 5,8% este año, ya que la potencia agrícola se beneficia del auge de los precios de las materias primas, la economía se contrajo un 10% el año pasado, por lo que no está ni siquiera cerca de volver a la situación anterior a la pandemia.
Kulfas citó los anuncios de inversión por valor de unos US$ 20.000 millones desde que el presidente Alberto Fernández asumió el poder en diciembre de 2019. Dijo que solo los nuevos proyectos mineros podrían añadir unos US$ 12.000 millones a las exportaciones, mientras que se espera que la floreciente economía del conocimiento de Argentina aporte otros US$ 4000 millones en los próximos años.
"El hecho es que el potencial existe y la demanda internacional también. Ésa es la realidad. Luego veremos hasta qué punto tenemos éxito en [garantizar que todos estos proyectos] realmente se lleven a cabo", dijo Kulfas, subrayando que mucho depende también de la rapidez con que avancen los proyectos.
Aunque muchos coinciden en que impulsar las exportaciones es el camino más claro para garantizar un crecimiento económico sostenido en un país con una escasez endémica de divisas, Argentina siempre ha tenido dificultades para hacerlo.
Desde 1950, la economía se vio afectada por repetidas crisis que hicieron que el país sufra más tiempo de recesión que cualquier otro, excepto la República Democrática del Congo.
"Al ritmo que van, no veo a Argentina cerca [de duplicar las exportaciones en los próximos cinco años]", dijo Martín Rapetti, un economista local.
Sin embargo, Rapetti está de acuerdo en que el gobierno se está centrando en los sectores adecuados. "Lo que no veo son señales de que vayan a aplicar las políticas para que esto ocurra", añadió, temiendo que otros líderes más radicales de la diversa coalición gobernante puedan socavar los esfuerzos de Kulfas.
El mes pasado se suspendieron las exportaciones de carne vacuna durante 30 días después de que los precios locales se duplicaran en el último año, afectando al consumo interno de uno de los productos más emblemáticos del país. A muchos funcionarios les preocupaba que esto pudiera perjudicar la popularidad del gobierno antes de las elecciones intermedias clave de noviembre.
Un productor local se burló de las esperanzas de Kulfas de duplicar las exportaciones de carne vacuna en las circunstancias actuales: "No será posible con [impuestos a la exportación] y un tipo de cambio controlado...Estamos perdiendo clientes cada día, y algunos de ellos serán difíciles de recuperar".
La propensión del gobierno a intervenir en todos los sectores de la economía -desde el control de precios y divisas y la congelación de aranceles hasta las amenazas de nacionalizaciones- ha hecho temer a muchos que no se produzca la inversión privada necesaria para impulsar las exportaciones. A estos temores se suma la creciente influencia de la vicepresidenta, la exmandataria Cristina Fernández, conocida por su constante intervención en la economía.
Kulfas está de acuerdo en que la previsibilidad de la política es esencial para la inversión. "Es una parte importante de lo que permite que las inversiones se mantengan en el tiempo. Lamentablemente, nuestro punto de partida fue muy negativo", dijo, señalando la necesidad de reestructurar la deuda pública argentina "que genera mucha incertidumbre", así como un abultado déficit fiscal y unas reservas de divisas agotadas.
Mientras el gobierno intenta arreglar estos problemas, Kulfas insiste en que las inversiones han seguido llegando y que la economía se está recuperando. Señala que el sector industrial ya está produciendo más que en 2019, antes de que llegara el coronavirus.
"Tenemos una economía que hoy se mueve a diferentes velocidades. Hay sectores como la industria, la construcción y la agroindustria que crecen, y en algunos casos crecen mucho, mientras que otros sectores [como el turismo] han sido muy golpeados", dijo Kulfas.
Negó que hubiera un éxodo de empresas extranjeras de Argentina desde que Fernández llegó al poder. Dijo que la salida de Walmart el año pasado se debió a un plan de reestructuración internacional, y que la empresa local que compró el negocio había seguido invirtiendo.
"Estamos viendo lo contrario [de un éxodo], muchos sectores se están posicionando porque ven que Argentina está en un punto de inflexión", dijo.
Aun así, Emily Hersh, socia directora de DCDB Group, una empresa de asesoramiento financiero con oficinas en Buenos Aires, se muestra escéptica: "No hay muchos bolsillos profundos que quieran poner dinero en serio en Argentina ahora mismo".
Que la incipiente y desigual recuperación económica de Argentina este año sea más duradera depende en gran medida de la capacidad del país para modernizar su economía, afirma Kulfas, que se centra en el desarrollo de nuevos sectores como el litio, las energías renovables y el cannabis medicinal.
"Mucha gente me pregunta si realmente cree que es el momento de un programa de digitalización .. .[o] para hablar de la revolución verde? Y yo digo que sí. Es ahora. Porque cada año que pasa, nos vamos a quedar más atrás de los cambios que se están produciendo en el mundo. . . y perderemos el tren".