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EMPRESAS
Exxon: Entre los objetivos climáticos y ganancias
NY TIMES/ENERNEWS

Lograr que una empresa con US$ 265.000 millones en ingresos en 2019 haga el giro hacia una energía será un proceso difícil

30/05/2021

PETER EAVIS * Y CLIFFORD KRAUSS **

La creciente urgencia de abordar el cambio climático y las preocupaciones sobre el desempeño financiero de ExxonMobil se alinearon esta semana para que los inversionistas activistas pudieran nombrar a dos miembros en el consejo de administración de la empresa.

Sin embargo, no queda claro si los activistas podrán cumplir su doble objetivo: reducir las emisiones que están calentando el planeta y elevar las ganancias y el precio de las acciones de Exxon. Las tensiones potenciales entre esos objetivos podrían sepultar el esfuerzo de los inversionistas por transformar la empresa y la industria petrolera.

Lograr que Exxon, una empresa gigantesca con 265.000 millones de dólares en ingresos en 2019 y yacimientos de gas y petróleo en todo el mundo, haga el giro hacia una energía más limpia tardará años y será un proceso difícil. Es poco probable que produzca rendimientos rápidos y tal vez disminuyan las ganancias durante un tiempo, mientras la compañía gasta una pequeña fortuna en reestructurarse.

Además, las firmas de inversión más grandes, las cuales brindaron un apoyo crucial a los activistas y controlan una buena parte de la participación de Exxon, tal vez son demasiado tímidas como para mantener la presión sobre los ejecutivos y los consejeros de la empresa que están decididos a resistirse a los grandes cambios.

El manifiesto que organizó Engine No. 1, el fondo de cobertura con una participación diminuta en Exxon que lideró el esfuerzo disidente, no es particularmente extremo. Tampoco contiene muchos detalles. Las dos personas que obtuvieron los lugares en el consejo rechazaron solicitudes de entrevistas, tras citar sus nuevos cargos.

“Dos votos en un consejo con una docena de consejeros no garantiza el éxito”, opinó Dan Becker, director de la Campaña de Transporte Climático Seguro del Centro para la Diversidad Biológica. No obstante, Becker sostiene que con eso “basta para llevar un mensaje” al resto del consejo. “¿Cambiará todo? Lo más probable es que no sea rápido”.

La victoria de Engine No. 1, que fue inesperada y se dio pese a una feroz oposición de la gerencia, ha dejado un recordatorio estremecedor de los peligros de hacer muy poco por cambiar, y ejecutivos veteranos de la industria petrolera aseguran que alentará a los activistas a presionar por un cambio en otras empresas como Chevron, la segunda petrolera más grande de Estados Unidos después de Exxon.

“Este es un ejemplo del efecto dominó”, opinó Jorge Piñón, quien fue un alto ejecutivo de Amoco y BP, y ahora trabaja en la Universidad de Texas, campus Austin. “Ha caído una pieza y habrá otras que le sigan. Exxon y Chevron van a sufrir bastante presión que, en mi opinión, no van a soportar y tendrán que rendirse frente a las nuevas demandas”.

Como los gobiernos de todo el mundo están realizando compromisos ambiciosos para reducir las emisiones, entre ellos ofrecer incentivos para los vehículos eléctricos, y les están exigiendo a las empresas eléctricas que cierren sus plantas impulsadas por combustibles fósiles, la demanda de los principales productos de Exxon podría disminuir y esto debilitaría las ganancias. Los inversionistas aseguran que Exxon y Chevron se han tardado en adaptarse en comparación con las petroleras europeas como BP y Royal Dutch Shell.

“Si quieres cotizar en los mercados públicos en una industria demandante de carbono, tendrás que convencer a los inversionistas de que sigues teniendo un negocio viable en un futuro bajo en emisiones de carbono”, comentó Mark Viviano, socio gerente en Kimmeridge, una firma de capital privada enfocada en el sector energético.

La gerencia de Exxon ha dicho que está consciente de que debe prepararse para un futuro con bajas emisiones de carbono y respalda las metas del Acuerdo de París. Sin embargo, la empresa rechazó la energía solar hace décadas y sus esfuerzos actuales para reconstruirse hacia una transición energética dependen de algunas ideas muy ambiciosas que tal vez no funcionen.

Exxon es una empresa líder mundial en la captación del carbono de la industria y su almacenamiento bajo suelo, y en semanas recientes ha propuesto una enorme captura de carbono con un valor de US$ 100.000 millones y un proyecto de almacenamiento a lo largo del canal de navegación de Houston que podría ser un modelo para el mundo.

No obstante, para que el plan sea viable en términos económicos, el gobierno federal tendría que imponer un impuesto al carbono u otro tipo de precio al carbono, una propuesta complicada para los círculos de poder en Washington.

Exxon también ha trabajado durante años para crear biocombustibles avanzados a partir de algas, un proyecto que han abandonado otras empresas. Además, mantiene una fuerte apuesta en la exploración del petróleo y el gas en una época en la que la demanda de esos productos podría alcanzar máximos.

Los accionistas votaron por mantener a Darren Woods como director ejecutivo y presidente, una maniobra que, según un informe de investigación de Morgan Stanley, es un respaldo hacia su estrategia para gastar menos en proyectos de inversión, reducir costos y continuar pagando dividendos generosos.

“No estoy seguro de que Exxon vaya a cambiar su manera de enfrentar la transición energética”, opinó Mark Boling, exvicepresidente ejecutivo de Southwestern Energy, una empresa de gas y petróleo de Texas. “Creo que han tomado una decisión sobre cómo les va a ir y unos miembros nuevos no van a hacer la diferencia”.

“Hemos redefinido lo que es posible”, dijo Chris James, fundador de Engine No. 1, en una entrevista después de la votación. “Nuestro objetivo general es lograr una mayor transparencia, lo que aporta responsabilidad, transparencia sobre los impactos de lo que hace la empresa, así como responsabilidad sobre cómo gestionar esos impactos”.

Los dos nominados de Engine No. 1 que ganaron las elecciones hasta ahora, Gregory Goff y Kaisa Hietala, tienen una gran experiencia en la industria de la energía. Goff fue director ejecutivo de Andeavor, una empresa de refinación y mercadeo, mientras que Hietala fue vicepresidenta ejecutiva de Neste, una refinería finlandesa y pionera en biocombustibles.

Los gerentes de Engine No. 1 se muestran cautelosos y modestos en las entrevistas. No hacen pronunciamientos descarados ni insultan a Exxon como suelen hacer muchos activistas climáticos.

En las entrevistas, los administradores de Engine No. 1 parecen precavidos y modestos. No dan pronunciamientos impulsivos ni lanzan insultos hacia Exxon como suelen hacerlo muchos activistas climáticos.

“No se trata de lograr un solo gran cambio”, comentó Charlie Penner, director de gestión de activos de Engine No. 1. “Nada va a pasar de la noche a la mañana”.

Los votos de las gigantescas firmas de gestión de activos con grandes participaciones en Exxon fueron cruciales para garantizar la victoria de los nominados de Engine No. 1. Sin embargo, ahora no queda claro cómo los gestores rígidos de activos que votaron por los candidatos del fondo de cobertura —como BlackRock, el segundo mayor accionista en Exxon, y Vanguard, el principal—, buscarán objetivos enfocados en el clima.

En años recientes, Laurence D. Fink, director ejecutivo de BlackRock, ha declarado que considera el cambio climático como una gran amenaza, y su firma a menudo ha usado su enorme número de votos para influir en las empresas y, con frecuencia, en consejeros específicos.

Para explicar sus votos en Exxon, BlackRock comentó que la empresa no había hecho suficiente para evaluar el impacto de una reducción en la demanda de combustibles fósiles y afirmó que eso tenía “el potencial de socavar la sustentabilidad financiera de la empresa a largo plazo”.

Estos grandes inversores tienen mucha fe en las empresas y en el afán de lucro para realizar cambios que pueden costar billones de dólares. Este año, Fink escribió que tenía “un gran optimismo sobre el futuro del capitalismo y la salud futura de la economía, no a pesar de la transición energética, sino gracias a ella”.

Pero los inversionistas no siempre han recompensado a las empresas que han anunciado planes ambiciosos para reducir las emisiones y avanzar hacia una energía más limpia.

Durante los últimos cinco años, las acciones de Exxon han caído alrededor de un tercio, un período durante el cual el índice bursátil S&P 500 subió alrededor del 100 por ciento. A sus acciones les ha ido peor que a las de otras grandes compañías petroleras. Sin embargo, las acciones de BP y Shell, dos empresas europeas que están invirtiendo mucho en fuentes de energía más limpias, también son más bajas: BP ha bajado más del 17 por ciento en cinco años y Shell ha bajado más del 26 por ciento.

A pesar de sus esfuerzos, las empresas de energía en su conjunto no han reducido las emisiones lo suficiente como para evitar que las temperaturas se eleven por encima de los niveles que los científicos creen que son peligrosos para el planeta, y muchos expertos piden cambios de mayor alcance. La Agencia Internacional de Energía dijo la semana pasada que los países deben dejar de aprobar nuevos campos de petróleo y gas para que el mundo alcance cero emisiones netas de carbono para 2050.

Roberta Giordano, vocera del programa de finanzas en Sunrise Project, un grupo ambientalista, comentó que BlackRock, Vanguard y otros gestores de activos necesitaban ir mucho más allá y comenzar por la destitución de Wood como director ejecutivo de Exxon.

“Una vez más, en esta temporada de accionistas, BlackRock no ha usado por completo su inmenso número de votos para apoyar el clima”, opinó Giordano.

No obstante, para algunos analistas más optimistas, Exxon podría ayudar a reducir las emisiones en el mundo y ganar dinero haciéndolo. Por ejemplo, la experiencia de la empresa en la perforación mar adentro podría servir para construir parques eólicos en el mar, opinó Geoffrey Heal, profesor de la Escuela de Negocios de la Universidad de Columbia. Además, Exxon podría invertir más en tecnologías que eliminen el carbono de la atmósfera y ayudar a volverlas más accesibles.

“Si yo fuera uno de los consejeros, presionaría para que se hiciera eso”, comentó Heal.

* Reportero radicado en Nueva York que cubre empresas y mercados

** Corresponsal nacional de negocios de energía con sede en Houston, jefe de la corresponsalía en Buenos Aires y Toronto, autor de Inside Central America: Its People, Politics, and History


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