El ministro de Energía y Minería, Juan Carlos Jobet, dijo a que a medida que se aceleran las agendas de energía renovable y electromovilidad, la demanda de cobre aumentará
El funcionario que supervisa la mayor industria de cobre del mundo no pierde el sueño por el reciente retroceso de los precios, y dice que la tendencia subyacente de aumento de la demanda sigue intacta a pesar de las fluctuaciones diarias del mercado que son difíciles de interpretar.
El cobre subió a su nivel más alto en casi una década el mes pasado debido a las cuantiosas compras de China y a medida que los inversionistas se agolpaban en las materias primas ante la posibilidad de que las vacunas y los estímulos desencadenen una fuerte recuperación global.
Desde entonces, los futuros han retrocedido cerca de 6% mientras el dólar y los rendimientos de los bonos suben.
El ministro de Energía y Minería, Juan Carlos Jobet, al ser consultado si había notado algún enfriamiento en la demanda china, señaló que no cree que haya una sola causa detrás de esa pequeña caída en el precio, y agregó que no pone mucha atención a los movimientos diarios en los precios.
Jobet cree que, en el mediano plazo, a medida que se aceleran las agendas de energía renovable y electromovilidad, la demanda de cobre aumentará, y esa es la tendencia más permanente.
Jobet dijo en una entrevista que el compromiso de China de ser carbono neutral en 2060 y el cambio de gobierno en Estados Unidos se encuentran entre los recientes eventos que respaldan el crecimiento de la demanda de cobre, mientras que los proveedores mantendrán su disciplina después de las lecciones aprendidas en el último superciclo.
Aun así, el gobierno calcula un total de US$ 74.000 millones en proyectos en desarrollo durante la próxima década en Chile, país que representa más de una cuarta parte de la producción mundial de cobre.
La cifra se compara con una estimación de CRU Group de que el cobre necesitará más de US$ 100.000 millones en inversiones para satisfacer el crecimiento proyectado de la demanda para 2030 en medio de la electrificación global.
El ministro dijo que ve una industria que es moderadamente optimista sobre los fundamentos, pero que no se apresurará a tomar decisiones de inversión que tengan implicaciones a largo plazo debido a un cambio a corto plazo en el precio.
Si bien un escenario de precios más fuerte por más tiempo podría hacer que algunos proyectos de alto costo sean más atractivos de desarrollar, eso sería al margen, dijo Jobet. “No creo que las empresas cambien esos planes debido a lo que sucedió con los precios en los últimos meses”, indicó.
La capacidad de la industria de obtener permisos para satisfacer la creciente oferta dependerá en gran medida de convencer a las partes interesadas de que está haciendo lo suficiente en las áreas ambiental, social y de gobierno, dijo.
Las compañías mineras están transitando hacia las energías renovables, utilizando más agua de mar y tomando algunas medidas iniciales para reemplazar el diésel con hidrógeno verde o baterías.
Según el ministro, el desafío de las empresas es mejorar su relación no solo con las comunidades locales, sino también esbozar y dibujar en la mente de una población más amplia una visión de lo que será la minería en el futuro.
¿Cómo se le explica a la población en general que el cobre chileno será esencial para que el mundo sea carbono neutral?, preguntó.
Por ahora, la industria chilena se enfrenta a un aumento de los casos de Covid-19 en las zonas mineras. El año pasado, las minas en la nación sudamericana lograron mantener la producción durante la pandemia y continuaron haciéndolo este año, dijo Jobet.