El FPV prueba su propia medicina en YCRT. Más burocratización, discursos, gremio pide volver a “Fase 1” quieren obtener un aumento “mínimo” del 46%
RUBÉN LASAGNO
Las autoridades de YCRT convocaron a los dirigentes gremiales a fin de anunciar la salida del Ingeniero Federico Vera en la Gerencia de Explotación, donde pasa a revistar el Ing. José Soruco y asimismo se informó sobre la fusión de las subgerencias de Energía la cual tendrá bajo su órbita a las dos usinas ( 21 y 240) con responsabilidad del Ing Eduardo Vílchez.
Fue una reunión virtual donde estuvieron presentes el Coordinador General de YCRT Lucas Gaincerain, el Gerente de Administración de Recursos Humanos, Facundo Damián Griguella, el Eduardo Vilchez, el Gerente General Central Termoeléctrica 14 Mineros y el mencionado Soruco.
La confirmación de lo tratado allí la hizo Luis Avendaño, Secretario General de Luz y Fuerza Cuenca Carbonífera, a medios de la cuenca y que reflejan otros medios en Río Gallegos.
Extractada la entrevista a Avendaño en el medio Patagonia Nexo, queda claro que los sindicatos de YCRT no quieren volver a trabajar. De hecho y como lo hemos apuntado aquí en varias notas desde el año pasado es que YCRT permanece inactiva por decisión de los propios gremios desde el 12 de agosto de 2019, cuando el gobierno de Mauricio Macri perdió las PASO y con el aval del Frente para la Victoria (provincial y nacional), los sindicatos se revelaron contra la intervención de ese momento a cargo de Omar Zeidán (JxC), quien luego de eso ya no tenía poder de decisión sobre la empresa.
Así asumió la intervención meses después AníbalFernández (con YCRT inactiva), echó a 417 trabajadores (en plena pandemia) y así continuó hasta que la cuarentena decretada creó un microclima que favoreció la decisión de no volver a la actividad minera por el resto del año 2020 y hasta la actualidad. La interesante aclaración es que la minería privada fue “escencial”, pero la estatal como YCRT, no.
El titular de Luz y Fuerza de la cuenca dijo “Vemos con buenos ojos el tema de que el ingeniero Soruco, reemplace a Vera. Vera era un hombre que lamentablemente en el trascurso del año que estuvo, estuvo ausente. Creo que jamás ingresó a mina y era un hombre bastante difícil para establecer el dialogo. Soruco cuenta con experiencia, porque no solamente conoce nuestro Yacimiento y su historia, sino que también conoce a la gente” dijo Avendaño con algunas perlitas: dijo que Vera estuvo ausente en el transcurso del año, como si ellos (gremios y afiliados) sí hubieran estado trabajando.
“Por otro lado nosotros habíamos planteado desde hace tiempo que Energía tenía que ser una Gerencia y que tenía que estar a cargo, justamente del Ing. Vilches y eso se terminó concretando”. Esto convalida la información aportada por las fuentes a OPI de que a pesar de no funcionar YCRT, la cual hace más de un año y medio que no saca carbón, no deja de burocratizarse y sigue incorporando gente foránea.
Luego Avendaño dijo “el proyecto de todos es que a partir de marzo el yacimiento arranque con la producción de carbón, con la obra de la usina de 240 Mw y se termine con lo que resta de la usina de 21 Mw para poder concretar el proyecto de darle valor agregado a nuestro carbón y comenzar a generar energía y vender esa energía al interconectado y generar recursos económicos para el estado nacional”. Todo es lo que en la jerga se denomina “una zaraza”.
Si hubieran querido trabajar podrían haberlo hecho hace un año, sin embargo la máquina de impedir sindical, se opuso al funcionamiento de la empresa y la conducción de Fernández, mordiéndose los codos, no pudo abrir la boca porque han sido sus aliados durante cuatro años y ahora el gobierno no encuentra argumentos para oponérseles.
Avendaño, luego de decir lo que dijo en los párrafos que transcribimos del sitio “Patagonia nexo” de Río Turbio, se refirió a la cantidad de contagios que hay en la cuenca, mayor que en el 2020 y dando vuelta sobre sus talones en clara opinión contradictoria a lo dicho segundos antes, afirmó “En una reunión que tuvimos con el intendente (Darío Menna) le dijimos que si la realidad no cambia, eso va a ser un obstáculo para poder arrancar con la empresa de la forma que se pretende”.
El análisis es simple: si el año pasado cuando los contagios eran menores y más controlados, no trabajaron, este año, con contagios descontrolados, tiene una excusa mayor para no volver.
Inmediatamente Avendaño pasó el aviso y dijo “Es una cuestión que está vigente y que hoy salta a la realidad ya que nos encontramos con 40 casos positivos y si el COE local no toma medidas urgentes y estrictas, yo creo que va a ser difícil que para marzo las condiciones sanitarias estén dadas para poder arrancar con nuestro yacimiento”.
Pero ¿Cómo?, ¿Dónde quedaron los planes de Avendaño de empezar “con todo en marzo” en la producción de carbón y la terminación de la obra de la usina de 240 Mw?. Lo dijo en la misma entrevista segundos antes. ¿Mintió al principio o mintió al final? ¿O simplemente mintió?.
Pero como quien dijo A, puede decir B, nada impide que diga C, entonces ahí nomas el dirigente agregó que el principal objetivo es “preservar la salud ante todo y con respecto al proyecto de la usina están todos de acuerdo de llevarlo adelante”. Es decir un NO y un Si en el mismo párrafo, como para decir que se quiere pero no se puede.
“Eso es algo que todos en claro pero no se puede dar a cualquier precio. Y a lo mejor disentimos con las autoridades de la empresa y las autoridades locales”, dijo a reglón seguido, porque, claro, desde la intervención los están mirando con cara de “¿Y ahora qué? ” “Les pusimos todas las fichas, pero uds siguen haciendo lo que le hacían a Macri?”, esperando que se dignen a volver al trabajo y no solo cobrar el sueldo estando en sus casas desde hace un año y medio.
Porque todo esto, además de ser un lastre económico-financiero para el gobierno nacional, es un baldón político que pone a todos bajo la lupa, incluyendo al presidente Alberto Fernández.
Si al lector le parecía que el tema de la pandemia era el único factor que impedía volver a la actividad a YCRT, se equivoca. Avendaño habló del incremento del costo de vida y opinó “…tiene que haber un incremento salarial en serio y que es una de las condiciones que se tienen que dar para poder arrancar y concretar los descripto anteriormente que tiene que ver con la puesta en marcha del yacimiento”, advirtió.
Es decir, además de la pandemia que les impide trabajar, dicho está que si el personal no tiene un sustancial aumento salarial, no volverán a las tareas.
Y continuó diciendo “de esta forma va a ser muy difícil todo porque por un lado tenemos la cuestión sanitaria y la realidad de la localidad y por otro lado la cuestión salarial y las situaciones complejas de nuestros compañeros del yacimiento”.
A esta altura podemos contar varios problemas para volver al trabajo: la pandemia, la realidad sanitaria de la cuenca, la cuestión salarial y “otras situaciones complejas” de los compañeros de Avendaño, que no especifica. Indudablemente son más las restricciones para volver a trabajar, que la esperanza de producir.
Siguiendo con la argumentación de los salarios dijo “Una canasta básica está en alrededor de 100.000 o 120.000 mil pesos y la media salarial de nuestro yacimiento esta en 40, 45.000 pesos” y aclaró “Desde Luz y Fuerza se lo planteamos al Lucas Gaincerain. Nosotros decimos que si no hay una recomposición salarial en serio y si la cuestión sanitaria no se modifica, va a ser todo muy difícil para poder arrancar.
Lamentablemente; porque el objetivo que tiene la empresa es el objetivo de todos. Pero tampoco se puede hacer a costa de cualquier precio. Eso se lo dejamos claro en la reunión”, afirmó el gremialista.
Es decir, en la reunión les pasó el avisito: si no resuelven el problema sanitario (cosa imposible de hacer) y si no hay aumento, olvídense de que volvemos a trabajar.
Y cerró con una frase antológica “Por eso digo, una de las condiciones aparte de las sanitarias que son de público conocimiento, desde Luz y Fuerza estamos exigiendo un resarcimiento salarial en serio y cuando decimos en serio estamos hablando de que mínimamente el porcentaje debe abarcar el 46 por ciento del índice de inflación del 2020”, concluyó. El aviso fue claro: ponga la plata y desde el 46% en adelante hablamos, con menos ni se presenten en la mesa.
El Frente para la Victoria fue durante 12 años el iniciador de una dependencia institucional de los gremios en YCRT. Con ellos conjugó toda suerte de acuerdos, inclusive para que la dirigencia hiciera la vista gorda a los negociados que oportunamente fueron denunciados en la justicia.
Nadie objetaba las “inversiones” porque en épocas de vacas gordas, el Estado nacional regaba con dádivas, cargos, suplementos, premios y todo tipo de beneficios a quienes estaban trabajando allí o se jubilaban. En épocas del macrismo los sindicatos y el FPV hicieron causa común para combatir a la intervención de ese momento. La instalación permanente de paros y desmanes por parte de activistas políticos, fue una constante.
En el ideario sindical se generó un pensamiento aleatorio al de la producción de YCRT: de que se podía vivir presionando (sea quien fuera que esté) y que eso les aseguraba vivir sin trabajar, reclamar poniendo por delante la necesidad de los afiliados y negociar en la actualidad con los que volvieron, porque en los últimos años fueron socios y “entre bomberos no se van a pisar la manguera”, metáfora acorde al silencio sepulcral que hace Aníbal Fernández a quien le llevan parada YCRT hace más de un año y ya nadie se cree el verso de la pandemia.
Hoy el gobierno nacional kircherista, toma de su propia medicina. El FPV pensó ser oposición durante mucho más tiempo y se preparó para destruir virtualmente a YCRT. Como aquel dicho machista de los femicidas de los años 20, cuando el ultraje a la mujer era casi una cuestión de conducta social en el argot manguero “Si no sos mía, no vas a ser de nadie”, los sindicatos internos de YCRT se propusieron mostrar de facto, el poder que tiene el trabajador y destruir el yacimiento: obvio, si nadie labura, la empresa no funciona pero insumo millonarios fondos mensuales. Y así están desde hace más de un año y medio.
Ahora la encrucijada es del gobierno nacional. La única opción (tal como lo ven los sindicatos) es abrir la billetera. Y los Fernández no saben de dónde sacar fondos. La época de las vacas gordas se fue por la borda con la corrupción desembozada de años anteriores.
YCRT es un débil reflejo de lo que debería ser un yacimiento único de carbón en el país y sus más de 2000 trabajadores son espectadores de un futuro incierto, ante un posible cambio de gobierno en el 2023, pero hay un elemento más que aparentemente los sindicatos no advierten: es que el propio sector político con el cual ellos pergeñaron la caída del yacimientos en manos de la oposición, ahora son el objetivo de sus maniobras dolosas y entonces, cabe preguntarse cuánto tardarán desde la presidencia en enojarse, porque en el país YCRT ha pasado a ser el mal ejemplo de una gestión K donde el valor de la producción, en plena crisis económica de la Argentina, no parece ser la urgencia.