Según AIE el consumo del petróleo puede hundirse este año alrededor del 8,4% hasta los 91,7
INGRID GUTIÉRREZ
El frío invierno se ha colado de lleno en el mercado del petróleo y amenaza con congelar las expectativas para el segundo semestre de las principales firmas del sector en Europa. Royal Dutch Shell, Repsol, Total, BP se enfrentan a un panorama cada vez más sombrío.
La Agencia Internacional de la Energía (AIE) ha dado a conocer unas perspectivas poco halagüeñas a causa de unos rebrotes de coronavirus que amenazan con poner de nuevo en jaque tanto la demanda, como la economía en general.
El consumo mundial de 'oro negro' puede hundirse este año alrededor del 8,4% hasta los 91,7 millones de barriles diarios, según cálculos del organismo. Retrocedería así a niveles de 2013 cuando los últimos coletazos de la crisis financiera llevaron el crecimiento global a niveles raquíticos.
Los responsables de la AIE reconocen la dificultad de atinar con las perspectivas cuando hay "pocos signos" de que la pandemia vaya a mejorar en los próximos meses puesto que, si bien Estados Unidos, Japón o Corea muestran datos más esperanzadores, las cifras de contagios en Europa empeoran progresivamente y están provocando un nuevo endurecimiento de las medidas de lucha contra la enfermedad. Los recientes casos de confinamientos locales, la prolongación del teletrabajo y la fragilidad del sector aéreo ahondan en esta idea.
La pasada semana, la petrolera estatal saudí Aramco, la mayor del mundo, redujo los precios de venta oficiales para su petróleo ligero, mostrando un claro síntoma de debilidad en la demanda. Al mismo tiempo y como recuerda Sergio Ávila, analista del bróker IG, la temporada alta en los viajes toca a su fin, en un año en el que los desplazamientos han caído con fuerza por las restricciones que ha impuesto la lucha contra la Covid-19. "Ahora, con el coronavirus de nuevo en el punto de mira, se espera que el consumo de carburantes caiga aún más", asegura el experto y recuerda además cómo el desplome de los precios del petróleo el pasado marzo fue uno de los factores determinantes para la venta masiva en los mercados de renta variable.
Desde el máximo que alcanzó a comienzos de año, el STOXX Europe 600 Oil & Gas -el índice que engloba a la veintena de petroleras y gasistas más representativas a nivel europeo- se hunde un 38,4% hasta los 204 puntos. Bien es cierto que, a la vez, ha conseguido recuperar un 36% desde el mínimo que marcó el pasado mes de marzo en pleno 'crash' en los mercados. Las compañías del sector han tratado de ir capeando el temporal en bolsa con más o menos suerte. En el caso de Repsol, se ha visto obligada a recurrir a la compra de acciones propias en el último mes para tratar de frenar el desplome de la cotización hasta los mínimos registrados durante la pandemia, cuando sus títulos llegaron a cotizar por debajo de los 6 euros (cerraron en 5,71 euros el 19 de marzo).
La petrolera española, que ha sufrido además un fuerte deterioro de su patrimonio por el desplome del crudo y por el 'golpe' del virus a las divisas emergentes, se anotó unas pérdidas de 2.484 millones de euros durante el primer semestre del año, frente a unas ganancias de 1.133 millones en el mismo período del año previo. En lo que llevamos de año se ha dejado por el camino más de la mitad de su valor en bolsa (-51,11%), que asciende actualmente a 10.493 millones de euros.
El castigo ha sido muy similar para la holandesa Royal Dutch Shell (-54,52%), la tercera petrolera del mundo en términos de ingresos tras Aramco y la china Sinopec, mientras que las acciones de la francesa Total se dejan un 34,32% desde enero, las de la británica BP un 45,87% y las de la italiana Eni un 44,28%. Las acciones de la portuguesa Galp retroceden un 39,73% en el mismo periodo. Si se tiene en cuenta la recuperación desde que se iniciaron las primeras medidas de desescalada, las compañías que tienen una mayor presencia en downstream (en la distribución y el refino) son las que mejor se han comportado en Bolsa, como es el caso por ejemplo de Repsol, Total, Eni o BP, puesto que todas ellas cuentan con gasolineras.
Con la crisis del coronavirus como trasfondo y la apuesta de los gobiernos e instituciones europeas por la descarbonización paulatina de la economía, estas compañías se van a ver obligadas a adelantar el 'giro verde' en su hoja de ruta para poder hacer frente al desplome de precios del crudo y del gas y la menor demanda de combustibles. En el caso de Repsol, cuyo plan se concretará hacia finales de año, la reconversión de las cinco refinerías de la petrolera en España ocupa un lugar destacado.