Corrió como reguero de pólvora. "Super cepo frena inversiones" dijeron fuentes de la Cámara Argentina de Empresarios Mineros (CAEM) en una charla en off a uno de los diarios económicos de la Argentina y rápidamente fue trendtopic en las redes habitadas por el sector.
No porque la noticia sea sorpresa, sino porque ocurrió el mismo día en que Argentina estaba groggy tras la medida monetaria que pone en aprietos a las empresas que producen o comercian algo en el país, relacionadas con los mercados globales.
Mining Press quiso saber algo más acerca del mensaje dado en un día de aquellos. Las mismas fuentes ratificaron lo dicho aunque señalaron que en el diálogo con El Cronista también habían resaltado los esfuerzos que está haciendo la Secretaría de Minería de la Nación por torcer rumbos.
(O mejor dicho, por enderezar la letra chica de fórmulas de un gobierno que no da pie con bola, podría decir el sector minero).
Tamaña tarea le cabe ahora al equipo de Alberto Hensel que este martes, el mismo día en el que se ponía la frutilla de la torta al súper cepo, decía en un foro de abogados, que con cuidado las inversiones van a llegar.
Productoras y exploradoras mineras, como sus pares del agro, la industria y los servicios deberán ir a peticionar trabajosas excepciones, un clásico de la Argentina prometedora pero decadente.
Siguiendo la modalidad off the record, diversas fuentes del empresariado minero recordaban ayer a Mining Press que están acostumbradas a estas sorpresas, cómo ocurrió durante los dos primeros gobiernos kás con el fin de la libre disponibilidad de divisas, la resolución M&M (Moreno más Mayoral), la liquidación de las exportaciones. Y durante el macrismo con la frustrada vuelta de las retenciones mineras de KMMG (de los opositores Kicillof, Máximo, Massa, Gioja) y finalmente el regreso de las retenciones a la exportación en 2019.
Hensel, antes de concretar su anunciado PEDMA, tendrá también que seguir pulseando para que sus promesas se verifiquen en la realidad y no naufraguen como un barco de papel en la maraña burocrática de un Estado que en la pandemia funciona a media máquina.
Hace unos días la Cámara Federal de Mendoza rechazó la apelación de Minera Andina del Sol de que las retenciones liquidadas sean del 8% (como anunció Hensel el 7 de mayo, día de la minería) y no del 12% como dictan las actuales normas supra económicas.
En esta semana trágica la minería no podía ser menos, cayó en la encerrona de todo el universo económico ligado con la Argentina. Cualquier ilusión de que el acuerdo con los bonistas traería "tranquilidad" (palabra preferida en el catecismo albertista se estrelló contra la falta absoluta de dólares y la super abundancia de pesos).
Pero en el caso de la industria minera, la burocracia estatal prefiere no entrar en detalles de números e impuestos y sólo fijarse en los buenos precios que tienen los metales. Recientemente se conocieron los índices de inversión directa para la región y la Argentina está rezagada por sus marasmos políticos con respecto a países mineros como Perú, Chile, Brasil y otros.
La política económica puede engalanar o arruinar una fiesta, basta con ver lo que ocurre en México, pero para qué ir tan lejos.
Las nuevas disposiciones del Banco Central, que limitan la capacidad de las empresas para pagar sus deudas en el exterior, pone en dudas los proyectos a largo de la industria minera, inversiones que superan los u$s 25.000 millones. Así lo sugirieron fuentes vinculadas con la Cámara Argentina de Empresarios Mineros (CAEM), en base a un diagnóstico que la entidad realizó de la situación.
“Lo más inmediato se va a poner on hold”, aseguraron. La espada, hoy, pende sobre u$s 2500 millones a decidir sobre proyectos de cobre en San Juan y Catamarca, operaciones de litio que estaban previstas para el año próximo e iniciativas de ampliación de Veladero(oro y plata) que, ahora, se deberían revisar. En total, se habla de seis proyectos nuevos, dos existentes y dos en construcción, que se podrían frenar.
El martes, el Banco Central dispuso que las empresas que deban afrontar vencimientos externos entre el 15 de octubre y el 31 de diciembre, sólo accederán, como máximo, al 40% de los compromisos de capital que necesiten, siempre y cuando, no superen el u$s 1 millón mensual. En la práctica, a corto plazo, esto obliga masivamente a las compañías a un presuroso reperfilamiento, con alto riesgo de default. A largo, además, suma incertidumbre sobre la obtención de nuevo financiamiento.
“De repente, se empezaron a cerrar todas las formas habidas y por haber de generar inversiones productivas. La minería es un sector con una balanza netamente exportadora. Pero, también, exige, por años, inversiones que no tienen repago”, explicó una calificada fuente del sector. “Muchas inversiones en exploración quedan en la nada porque los proyectos no avanzan. Pero todo ese dinero queda en el país”, agregó.
Sin embargo, advirtió que las recientes medidas del BCRA interrumpirán grandes proyectos en carpeta, de alto potencial. “Se cortan las vías de financiamiento. Y, a los que ya vinieron, se los puso contra la pared porque están obligados a negociar, en 15 días, toda su deuda”, resaltó.
Como todas las mineras que operan en el país exportan, ninguna está exenta de deuda con el exterior. Además de los plazos para refinanciar, la nueva resolución las obliga a repagar $ 130 por dólar, cuando, por efecto de las retenciones, exportan a un tipo de cambio de más de $ 60. En consecuencia, el costo financiero se suma al de los insumos, ya que, al ser importados, ya están cotizados en $ 130.
“A menos de 24 horas del cachetazo, tenemos los ojos negros. Y el escenario tampoco es alentador para los que tengan que venir”, advirtieron. En CAEM, calculan un pipeline de inversiones por u$s 25.000 millones y u$s 35.000 millones a largo plazo. “Es muy difícil decidir un proyecto minero hoy, cuando hay que enterrar u$s 3000 millones. Si no se pueden devolver aportes de capital ni préstamos financieros, el panorama es muy desalentador. Hay inversiones que no se harán por la política cambiaria y por esta decisión del BCRA”, resaltaron.
Por ello, el sector insistirá en conseguir algunas flexibilizaciones. El año pasado, la minería tributó u$s 270 millones en retenciones. Al margen de estar convencidos de que, con eliminarlas, en un año, habría mayor recaudación fiscal que lo que se junta por ese impuesto, la propuesta es dejar entre 30% y 40% de lo exportado en el exterior, para poder cumplir con obligaciones fuera del país.