"Entre 2003 y 2019 se gastaron u$s 91.000 millones en importación de energía (mayormente GNL)"
DAVID MOTTURA
José Luis Sureda, ingeniero químico y consultor en temas de energía, destacó que el proyecto de Vaca Muerta ligado a la exportación de GNL significa para el país ingresos por divisas y sustitución de importaciones, pero también cambiar la mirada que tiene el país en sus relaciones bilaterales, principalmente con grandes consumidores como China, Japón y Corea del Sur. Fue en el marco de una conferencia online organizada por CLUSTERciar, donde compartió panel para hablar del shale gas.
En primer lugar, Sureda indicó que entre 2003 y 2019 se gastaron u$s 91.000 millones en importación de energía (mayormente GNL y también gas de Bolivia, gasoil y un poco de electricidad). "Estos dólares fueron gastados en algo que nosotros podemos producir. Tenemos una gran oportunidad de que esos u$s 91.000 millones se conviertan en ingresos para la Argentina. Y eso se llama Vaca Muerta", apuntó el consultor.
¿Cuál sería el presupuesto de un proyecto de GNL? Según los cálculos de Sureda, una planta de cinco millones de toneladas anuales de GNL costaría u$s 5000 millones, a lo que debe sumarse un mínimo de 12 barcos con un costo de u$s 200 millones por unidad para garantizar envíos desde Bahía Blanca hasta Asia. Al mismo tiempo, otros u$s 1500 representarían la inversión para transportar desde Tratayén hasta Bahía Blanca el gas natural. ¿Cuánto gas se necesitaría? Unos 20 millones de metros cúbicos por día para alimentar esa planta, nada menos que u$s 3000 de inversión en upstream.
"Algunos lo pueden ver como una pesada carga, pero yo lo veo como una enorme oportunidad. Un ejemplo es Fortín de Piedra, en Neuquén, donde trabajaron 1000 pymes de todo el país para hacer un desarrollo de 17 MMm3/d de gas", destacó Sureda. "Desde el momento en que usted toma la decisión hasta que carga el primer buque, van a pasar entre cinco y seis años. Además, de toda la infraestructura local para movilizar los recursos", apuntó. Es un motor para la economía pospandemia.
"La capacidad de propagación económica que tiene una inversión de esta envergadura es enorme y transformadora. Cuando uno va a hacer un proyecto de gas natural licuado tiene que ser consciente que es un proyecto que tiene un alto impacto en las relaciones bilaterales entre el comprador y el vendedor", señaló Sureda en su exposición. "Llegaría un flujo de inversiones extranjera directa para movilizar el gas de Vaca Muerta. Ahí no termina la historia, ahí empieza", agregó.
"No puede cortarse solo, para decirlo de una manera llana, el ministro de Relaciones Exteriores a hablar con autoridades de Japón y que los productores se enteren por los diarios. Tienen que haber una gestión articulada con los pies sobre la tierra, porque es un proyecto de magnitud que atrae capitales de afuera", remarcó el ingeniero químico y ex subsecretario de Hidrocarburos de la Nación.
Sureda apuntó, en ese sentido, que los funcionarios de la Argentina tienen que tener "apego al cumplimiento de las regulaciones" y adaptarse a las reglas que impone la industria en el mundo.