MIGUEL PEIRANO *
El sector energético tiene un futuro extraordinario y cumplirá un papel significativo en la disponibilidad de divisas del país. La potencialidad del sector es reconocida por los estudios técnicos existentes y por su propia dinámica en los últimos años.
Los recursos de hidrocarburos no convencionales y convencionales, la explotación off shore y las energías renovables generarán un dinamismo de inversiones y exportaciones que le podrían permitir al país mejorar sustancialmente su realidad.
El saldo exportador y las inversiones que implican ingreso de divisas serán muy importantes en términos macroeconómicos.
La Cámara Argentina de la Energía (CADE), en base a un trabajo con datos de las empresas y estimaciones de especialistas del sector, actualizó las proyecciones de inversión y saldo comercial para el sector de exploración, producción y comercialización de hidrocarburos en el período 2023 a 2030. Claramente estas cifras dependen del conjunto de supuestos que se consideren.
En un escenario con supuestos moderados en términos de su impacto positivo para el sector, las inversiones en divisas esperadas se estiman entre US$ 6000 y US$ 8000 millones anuales en concepto de obras de infraestructura e inversiones en gas y petróleo (convencional y no convencional).
Asimismo, en este escenario ‘moderado', el saldo comercial oscila entre US$ 7000 y US$ 10.000 millones anuales entre los años 2025 al 2030.
Cuando los supuestos son más favorables en términos de inversiones en plantas de GNL, en las propias condiciones macroeconómicas y por ende en la dinámica del sector, las proyecciones crecen significativamente tanto en materia de inversiones como de saldo comercial. Este escenario permitiría alcanzar niveles de superávit comercial superiores a los US$ 20.000 millones hacia el 2030 e inversiones que superan los US$ 10.000 millones anuales.
Por supuesto que estas proyecciones también dependerán de los precios internacionales, pero lo significativo es remarcar la importancia que las cifras tienen en cualquiera de los escenarios.
De todos modos, para garantizar que esa mayor potencialidad se efectivice, hay señales en materia de reglas para el sector que son determinantes.
El acceso a divisas es clave para la dinámica del sector energético, que tiene inversiones a gran escala, actores que participan en el escenario mundial o que fondean su expansión con créditos externos e importaciones ineludibles. También los criterios para la formación de precios y el desarrollo de las obras de infraestructura son claves. Si el comportamiento del sector es estimulado por políticas sectoriales adecuadas, su aporte de divisas colaborará muy significativamente a que la Argentina mejore sensiblemente sus cuentas externas y supere las restricciones presentes.
También existe una enorme oportunidad para un mayor desarrollo de la industria nacional traccionada por la dinámica del sector energético y el abastecimiento a precios competitivos. La posibilidad que los recursos naturales den lugar al desarrollo económico se relaciona con la capacidad de adoptar decisiones en todos los planos, como la industrialización, la innovación e integración internacional.
Los extraordinarios recursos naturales con los que contamos deben transformarse en producciones cada vez más competitivas, integradas en cadenas de valor y generadoras de una economía diversificada sectorialmente y con mayor empleo calificado.
* CEO de la Cámara Argentina de Energía (CADE) y ex ministro y Economía de la Producción