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ANÁLISIS
Escribe Alonso: Aquellas viejas fundiciones de plomo
EL TRIBUNO/MINING PRESS
04/09/2023

RICARDO N. ALONSO *

A pocos metros de la Estación Mojotoro del FFCC General Belgrano, entre las ciudades de Salta y General Güemes, existió en la primera mitad del siglo XX, una importante fundición de plomo de la cual ya no quedan registros. Dicha fundición metalúrgica se alimentaba de minerales metalíferos o menas de plomo, plata y zinc provenientes del distrito Pumahuasi en Jujuy, cerca de la frontera con Bolivia y también de viejas escombreras de la Puna salteña en inmediaciones de San Antonio de los Cobres.

Su ubicación en Mojotoro, entonces una importante estación ferroviaria como se deduce de las construcciones que todavía se conservan, tenían que ver con la posibilidad de llevar hasta allí el mineral por tren y con la abundante provisión de leña y el agua de un río de carácter permanente.

También funcionaban en el norte argentino la fundición "La Plomífera" (Jujuy) de Antonio Lavazza, la de los señores Ribot y Cía., en Palomitas (Salta) y la de "Bach Hermanos" en La Quiaca.

Téngase presente que el plomo fue un mineral crítico durante las dos guerras mundiales. El plomo se disparaba en los campos de batalla y las balas se perdían y era irrecuperable. Además de generar un problema de contaminación de los suelos y de las aguas. También el plomo tenía otros múltiples usos como las cañerías de transporte de agua que luego fueron completamente reemplazadas. Además se usaba en municiones, aleaciones, soldaduras, vidrio, baterías de plomo-ácido, pinturas, sellos de botellas, etcétera.

Este artículo busca recuperar la memoria de aquellas viejas fundiciones y que fuera parcialmente abordado en mi libro "Historia de la Minería de Salta y Jujuy, siglos XV a XX" (Mundo Gráfico, 332 p., 2010, Salta).


PIONEROS DE MOJOTORO
Los diarios de la época son una de las pocas fuentes a las cuales recurrir. Precisamente en la página 69, del número extraordinario del diario La Provincia, del 17 de junio de 1921, salió publicado en la sección "Industria Minera Salteña", un artículo titulado la "Fundición de Mojotoro" de Levilly y Cía., escrito por el metalurgista Francisco Sabatié, acompañado por una estupenda foto panorámica de las instalaciones.

Francisco Sabatié Branet, fue un ingeniero francés nacido en 1860. Era hijo de don Carlos Sabatié y doña María Branet. A poco de arribar a la República Argentina desarrolló actividades relacionadas con la metalurgia, en el propio Buenos Aires y en otros centros del sur del país. Fue el director de la usina minera de Mojotoro, la que contaba con tres hornos de fundición de metales (estaño, plomo y plata), propiedad de la firma Levilly & Compañía, cuyos dueños eran los ingenieros Olivier Levilly y Emilio Fressart, también franceses. Esta información me la supo compartir Roberto G. Vitry, de sus archivos personales sobre los franceses en Salta, obra que dejó inédita.

Decía la noticia publicada aquel 17 de junio de 1921 en el diario La Provincia y en ocasión del centenario de la muerte del general Martín Miguel de Güemes: "Hace ya cerca de cinco años que, sin mayores pretensiones ni publicidad, trabaja, quieta y silenciosamente la usina de Mojotoro; produciendo más o menos la tercera parte del lingote indígena, que a su vez representa el 60% del plomo total utilizado en la república. Sus fundadores fueron el ingeniero Olivier Levilly y el señor Emilio Fressart, cuyas iniciativas han bien merecido de la provincia de Salta y de la industria argentina; la empresa gira actualmente bajo el rubro de Levilly y Cía".

Luego señalaba que: "La guerra mundial, al obligar a abastecernos con nuestros propios recursos, creó necesariamente la industria del plomo, del cual se necesitaron cantidades increíbles para la soldadura de latas de conserva que se remitieron a los frentes. En estas circunstancias, la usina de Mojotoro proporcionó buena parte del plomo que necesitara el frigorífico Swift, cuyo representante entre nosotros era entonces el muy conocido señor Frank Button".

Describe a la Fundición de Mojotoro diciendo que: "La usina se compone de tres hornos de calcina, un horno de Water Jackett, y todos sus accesorios, quebradores, pulverizadores, ventiladores, bombas, instalaciones eléctricas, etc., ocupando una energía de 40 a 45 caballos. Ella misma fabrica su carbón en carboneras de tipo especial; su producción de régimen es tan solo de 100 toneladas de plomo mensual, que la usina vende generalmente a $30 m/n, por tonelada, más barato del plomo importado.

Las diferentes operaciones de calcina y fundición ocupa una cuarentena de trabajadores que viven con sus familias en un lugar anteriormente muy malsano y actualmente muy saneado". Sobre la proveniencia del mineral apunta que: "Los minerales (galenas de 60-70% de plomo) provienen parte de la mina "Pulpera" explotada por la misma empresa y arrendada a largo plazo a la testamentaria Fressart, parte de compras hechas en La Quiaca y parte del territorio de los Andes.

La construcción de la línea a Huaytiquina colocará a esta usina en situación privilegiada para el tratamiento de los minerales platosos pobres del territorio de los Andes, cuyo beneficio depende de la conservación o supresión -actualmente discutidas- de las tarifas protectoras de este ramo de industria. Aunque actualmente algo decaída, no hay que olvidarse que la industria minera salteña tuvo, hace 30 o 40 años, sus horas de entusiasmo y que los pobladores del faldeo del Acay entonces salteño, recuerdan con cariño los nombres de los antiguos pioneros de la minería que se llamaron Roca, Lozano, Emilio Fressart y Marcos Amar, a quienes se deben en particular el resurgimiento de la mina Concordia y la industria boratera.

Aquellos tuvieron en Chorrillos sus establecimientos de fundición algo rudimentarios, cuyas escorias alimentan hoy, parcialmente la usina de Mojotoro". Enfatiza: "Comparándola con las provincias del Sud y con la región minera de la altiplanicie boliviana que la limita por el norte, no hay ninguna razón para que la provincia de Salta no posea también grandes riquezas mineras desconocidas u olvidadas. Si se consulta el mapa minero de la República, no dejan de extrañar el gran número de martillitos cruzados que señalan en Salta las antiguas explotaciones abandonadas. De todos modos, sin llegar a ser una revelación, Mojotoro significa para Salta un progreso y una esperanza".

Enseguida advierte: "No hay que imaginarse como muchos lo creen, que las minas dan fortunas repentinas y sin trabajo: las dan como todas las cosas de la vida, a cambio de esfuerzo y de constancia, con algo de aleatorio que hace precisamente su especial encanto; pero la industria minera requiere quizás más abnegación y más entusiasmo que cualquier otra. La usina de Mojotoro, como todos los demás negocios de la empresa, están actualmente bajo la dirección del ingeniero F. Sabatié, antiguo metalurgista de las provincias del Sud".

El doctor Roberto Beder, famoso mineralogista alemán de la Universidad de Córdoba, vino al norte argentino a estudiar los yacimientos de plomo y publicó al respecto en 1928. Allí señala que: "La mina La Pulpera de la sucesión Fressart, estaba arrendada entonces a O. Levilly y Cía., quienes además eran los dueños de la fundición de plomo de Mojotoro, cerca de la ciudad de Salta". En la página 83 de su libro "Nociones de Mineralogía" (Peuser, 1930), pone una ilustración del interior de la fundición con los hornos funcionando y los lingotes de 46 kilogramos apilados y listos para su embarque. Además en la página 106 muestra un dibujo de uno de los lingotes grabado con el sello "Mojotoro". Hace unos años me regalaron un pequeño lingote que se utilizaba como muestra, con el sello "Mojotoro" que conservo como una pequeña joya de esos tiempos. Comenta Beder en su informe de 1928 que para entonces habían cerrado las fundiciones de los señores Ribot y Cía., en Palomitas (Salta) y la de Bach Hermanos en La Quiaca.


LA PLOMÍFERA
En el mismo suplemento del diario La Provincia del 17-6-1920 se mencionan los trabajos que se realizaban en la Fundición metalúrgica "La Plomífera" en Jujuy. Decía la nota: "El establecimiento metalúrgico "La Plomífera", del cual es propietario el acaudalado industrial, señor Antonio Lavazza, encuéntrase ubicado en el lugar llamado "Huaico-Hondo", que dista tres kilómetros escasos de la ciudad de Jujuy, al oeste de ella. Ocupa una superficie total de 40.000 metros cuadrados, de los cuales más de 2.700 están cubiertos por edificios de mampostería, destinado a oficinas, dependencias y casas para empleados y obreros, y tinglados que constituyen la fábrica propiamente dicha.

Entre el grupo de edificios de mampostería destácase una serie de casitas para el personal obrero, provistas de todas las comodidades necesarias para el fin a que se las destina, contando con un departamento apropiado de baños. Para las operaciones de carga y descarga de minerales, materias primas, combustibles y productos elaborados, cuenta con un desvío del Ferro-Carril Central Norte Argentino, situado en el kilómetro 1.155, en cuyo desvío ingresan mensualmente, término medio, cincuenta vagones, con un tonelaje aproximado de 1.200 toneladas. A pesar de haberse comenzado la elaboración de plomo en lingotes en la última quincena del mes de octubre del año pasado, se han elaborado hasta el 31 de mayo del corriente año alrededor de 2.000 toneladas de plomo refinado en lingotes, producción colocada de inmediato, dado la buena aceptación que goza la marca "Plomífera" en el mercado nacional".

Todas esas fundiciones de plomo, que dieron esplendor al norte argentino, y que surgían de la sinergia entre el ferrocarril y la explotación de las minas metalíferas, desaparecieron sin pena ni gloria a mediados del siglo XX.

* Doctor en Ciencias Geológicas


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*La información y las opiniones aquí publicados no reflejan necesariamente la línea editorial de Mining Press y EnerNews

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