RICARDO N. ALONSO *
San Antonio de los Cobres es hoy un pueblo pujante de la Puna, capital de la minería, cruzado por la ruta nacional 51 que se dirige a Chile como parte del corredor bioceánico y a la vera del ramal C14 del Ferrocarril General Belgrano y su famoso "Tren a las Nubes", con el emblemático e icónico "Viaducto de La Polvorilla".
Dueño de una magnífica riqueza turística, cuenta en un área de 50 km a la redonda con grandes estratovolcanes como el Tuzgle (Jujuy) y el Quevar, volcanes basálticos como el Negro de Chorrillos y San Gerónimo, fuentes termales como Pompeya e Incachule, salares, minas metalíferas inactivas, lavaderos de oro, rocas de la mayoría de los períodos geológicos que se remontan a los últimos 550 millones de años, fósiles marinos antiquísimos, yacimientos arqueológicos, entre muchos otros recursos naturales y culturales.
Pero, ¿desde cuándo existe San Antonio de los Cobres? ¿Tuvo un momento de fundación? ¿Qué dijeron los viajeros que pasaron por el lugar? ¿Qué pueblos lo habitaron a lo largo de su historia física y política?, estos y otros muchos interrogantes se plantearon en una reunión llevada a cabo el viernes 21 de julio de 2023 en la Casa de la Cultura de Salta.
Bajo la modalidad de un conversatorio o charla debate, contó con la organización de Norma E. Cruz, directora del Museo Regional Andino de esa localidad, acompañada por autoridades del municipio, concejales, profesionales, educadores, dirigentes de comunidades andinas, representantes de la minería y el turismo, arqueólogos y otros invitados.
El panel estuvo integrado por el secretario de Cultura de Salta, Lic. Diego Ashur; el director del Cabildo Histórico de Salta, Arq. Mario Lazarovich; el académico de historia Gregorio Caro Figueroa; el historiador y doctorando Lic. Facundo Rueda y el suscripto. Cada una de las ponencias apuntó a rescatar cuestiones relativas al pasado histórico del pueblo y su rol antes, durante y después de que fuera designado en 1902 como capital de la Gobernación de los Andes, en el viejo Territorio Nacional de los Andes, desmembrado en 1943.
LOS PALEOCAZADORES
Los registros humanos más antiguos se remontan a los paleocazadores de fines del Pleistoceno, como fuera señalado oportunamente por Alberto Rex González, Jorge Fernández, Ana María Fernández Distel y Javier Patané Aráoz, entre otros. A lo largo de milenios, durante el Holoceno, el espacio físico fue cruzado, habitado y ocupado por numerosos pueblos indígenas hasta la llegada de los incas y más tarde los españoles.
La explotación de la mina de Cobres, actualmente en el departamento de La Poma y estudiada a principios del siglo XX por el arqueólogo sueco Eric Boman, registra explotaciones preincaicas. Las minas del cerro Acay y la mina Concordia se registran desde el siglo XVII. El Acay fue parte de la ruta de los conquistadores españoles entre la Puna y el Valle Calchaquí desde mediados del siglo XVI, al menos desde 1660 en adelante. No se sabe con certeza cuándo empezó a llamarse San Antonio de los Cobres al lugar actual y si fue, como algunos señalan, un antiguo desprendimiento de Cobres y su mina homónima.
El intendente del Potosí, don Juan del Pino Manrique, en su documento de 1787 menciona lo siguiente: "A más de Ingaguasi, hacia los confines de la provincia de Salta, tiene otros tres minerales de oro, a saber: Susquis, Olaros y San Antonio del Cobre, que siempre han sido trabajados por los indios con la escasez y poco fomento que acostumbran. En estos, el trabajo es más permanente que en Ingaguasi, porque como veneros no están sujetos a la estación precisa de aguas, sin la que en este último no se pueden moler los metales, hacer lavas y beneficiarlos por azogue". En este caso suponemos es la antigua mina en el pueblo de Cobres, pero ya figura como San Antonio.
El Lic. Rueda aportó un valioso documento del Archivo General de la Nación, un censo poblacional de 1791, donde San Antonio de los Cobres figura como un anexo del Curato de San Pedro Nolasco de Calchaquí. En dicho censo se registran 97 indígenas, que allí vivían, muchos de ellos originarios del extremo norte de la Puna jujeña (Rinconada, Santa Catalina, San Juan de Oro), uno originario de las Yungas de Bolivia, y donde los apellidos más repetidos eran Oropeza, Cayo, Carral, entre otros.
RELATOS DE VIAJEROS
Más acá en el tiempo, San Antonio de los Cobres aparece mencionada en 1860 por Rudolf A. Philippi cuando describe el itinerario de Cobija a Salta como lugar de "casas, agua y pasto".
El geólogo y viajero alemán Ludwig Brackebusch visitó San Antonio de los Cobres en 1883 y realizó una muy extraña y casi surrealista descripción del pueblo y lugar. Comenta que fue acompañado por el lugareño Ciriaco Colqui al que describe como "un hombre inteligente que me facilitó detalles topográficos de incalculable valor". Menciona que pasaron por "el pueblo de San Antonio de los Cobres, que consistía en por los menos 300 casas bien construidas y bien conservadas, pero que no estaba habitado por una sola alma". Dice que la gente vive en las quebradas de los alrededores, pero con "el motivo de festejar el San Antonio todos salen de sus casuchas y se reúnen en el lugar citado, ocupan las casas hasta esta fecha bien atrancadas, aparece el sacerdote de una ciudad más grande, se dicen misas, se realizan casamientos y bautismos". Luego apunta: "Ante todo, día y noche se baila, come, bebe, juega y se dedica al amor. Tal fiesta dura cuatro semanas, después la gente se retira satisfecha por un año a sus casuchas lejanas". Remata su comentario diciendo: "Pasé dos veces por este lugar; una vez a la luz de la luna; debo confesar que la tranquilidad de la muerte -ni un perro ladraba- me impresionó maravillosamente y me sugirió vivamente la comparación con una ciudad de espectros, como en los cuentos de hadas".
En 1884 se publicó el mapa de Alejandro Bertrand, viajero geógrafo chileno, con una ubicación completamente errónea de la localización de San Antonio de los Cobres.
EL INFORME DE BECERRA
Una descripción muy interesante es la de Abraham A. Becerra, quien pasó por San Antonio de los Cobres en junio de 1887 enviado a la Puna por una misión del gobernador Martín Gabriel de Güemes, en orden a inspeccionar el estado minero y la presencia de Chile. Se trata del "Informe presentado al Exmo. Gobierno. Excursión hecha desde la cuesta del Acay a las Cordilleras del Poniente de la Provincia, con datos y detalles a las instrucciones sobre borateras" (Imprenta de El Nacional, Salta, 48 p., 1887).
Un ejemplar que perteneció al Dr. Adolfo García Pinto fue reproducido en forma facsimilar con un estudio adjunto en el libro: Alonso, R.N., 2003. Las Cordilleras del Poniente. Con prólogo del Dr. Florencio G. Aceñolaza. ISBN 978-987-20953-4-5, 110 p., Ed. Crisol, Salta [segunda reimpresión, 2008]. En su informe Becerra habla extensamente de San Antonio de los Cobres entre las páginas 8 y 24. Bajo el título "Partido de San Antonio" comenta que: "Este partido de San Antonio no tiene menos desde la Cuesta de Acay hasta el río denominado "Las Burras", de 30 leguas de latitud sobre 10 o 12 leguas de longitud. Encierra tres grupos de minerales de plata que son: 1) Cóndor Guasi, 2) San Jerónimo Viejo y Nuevo, 3) Quebrada de las Minas. Tres depósitos auríferos: 1) Organullo, 2) Angosto de San Antonio, 3) Incachuli. Un mineral de cobre denominado Rangel, una salina que se extiende hasta la provincia de Jujuy, un establecimiento construido en 1883 sobre un antiguo ingenio, un depósito de borato de cal en otro establecimiento antiguo cerca del Angosto de San Antonio y dos lagunas de aguas termales".
A continuación realiza un pormenorizado análisis de esos lugares y su estado. Le llama la atención el tamaño de las tolas. En cuanto a recursos propios comenta que hay 30.000 cabras y ovejas, 300 vacas, 4.000 burros y 1.000 llamas. Menciona que hay 400 habitantes dedicados a la crianza de animales y que son grandes consumidores de coca. Dice que son cristianos solo de nombre y "la única religión de ellos es tener miedo a las almas, y no omiten llenar la bolsa del cura con tal que este les asegure que apaciguará las exigencias de estos espíritus, que según ellos pasan silbando por todos los campos que rodean sus habitaciones".
TERRITORIO NACIONAL
Con la creación del Territorio Nacional de los Andes se hace cargo el gobernador Daniel Cerri, quien publicó un primer informe en 1900. En 1902 pasó por San Antonio de los Cobres el naturalista viajero Juan B. Ambrosetti, acompañado por el salteño Delfín Leguizamón.
Comenta que la región pertenece a la finca de Fermín Grande, que hay abundante alfalfa, que la única madera que se utiliza es la del cardón, habla del estado en que se encuentran las minas y publica en su trabajo de 1904 una hermosa fotografía del pueblo.
Durante el siglo XX cientos de viajeros dejaron sus memorias e impresiones, entre ellos Luciano R. Catalano y los distintos gobernadores del Territorio Nacional de los Andes. Uno de los estudios más completos sobre la geología, clima, flora, fauna, minas, poblaciones, aguas, etcétera, corresponde a César R. Vilela, autor de la Hoja Geológica 6c (Memoria y mapa a escala 1:200.000, Buenos Aires, 1969), disponible en el repositorio digital del Segemar.
* Doctor en Ciencias Geológicas