SILVIA NAISHTAT * 

Cuando recibieron la invitación, algunos pensaron que iban a conocer el yate de inmensas proporciones de Mauricio Filiberti. Se equivocaron. Esa embarcación jamás navegó por los mares del Sur. Sus puertos son Mónaco, Saint Tropez y Cerdeña. Y, según dicen, dejó de pertenecerle.

Lo cierto es que “mister cloro”, el apodo con el que conocen a Filiberti en honor a su condición de principal proveedor de AySA, celebró sus 73 años a lo grande junto a José Luis Manzano, socio en su último negocio, la concesión de Edenor.

Fue la fiesta del verano en Punta del Este. Hasta el restaurante La Olada en La Juanita, cerca de José Ignacio, llegaron especialmente Martín Redrado; José Urtubey, de Celulosa; Sebastián Bagó, que lidera en laboratorios; los banqueros Juan Nápoli y Gabriel Martino; Luis Galli, del grupo Newsan; el ex Fiat Cristiano Rattazzi, Martín Cabrales y los políticos del PRO, Federico Salvai y Carolina Stanley, entre otros.

Más discreto, con casi los mismos invitados, fue el festejo de los 75 años de Rubén Cherñajovsky realizado en su residencia imponente. El líder de la electrónica de Tierra del Fuego contó con Carlos Melconian.

Según un invitado, el economista habló del esfuerzo por ordenar la macro y también que tirarán la pelota al ganador de las elecciones en un año en el que la economía estará condicionada por lo político.

Allí se supo de los planes de Cherñajovsky. Incursionará aún más en pesca y en harina de maíz y miel. La novedad es que con autos cuyos corazones son cada vez menos mecánicos y más electrónicos, se lanzan a fabricar autopartes siguiendo los pasos de Mirgor, del amigo del alma de Macri, Nicky Caputo. Eso sí, en la provincia de Buenos Aires y sin los beneficios de la Isla.

En otros sectores cuentan que están planificando mensualmente una estrategia que consiste en cómo proteger la caja en pesos. De allí las compras de naves para depósitos, edificios corporativos, maquinarias. Todo sea para dolarizar activos y pesificar pasivos. Una de las inquietudes de esos CEO es si el Gobierno dejará una bomba a punto de explotar.

Para Jorge Vasconcelos, el segundo semestre de 2022 fue clave porque “se restableció el mando único en la conducción de la economía, se aprovechó a pleno la inflación que engordó la recaudación impositiva en términos nominales, se logró que la soja de los silobolsas se transformara en exportaciones, se subió la tasa de interés de modo que los depósitos privados en el sistema bancario terminaran incrementándose un 97 % en el año en términos nominales”.

Pero enseguida el investigador jefe del Ieral aclara que ninguna de las medidas fue gratuita en términos de “herencia económica”, no de cara a 2024 sino de este mismo año.

“El déficit consolidado que incluye el cuasi fiscal del BCRA superó los 8 puntos del PBI en 2022, reflejando la emisión y el fuerte aumento del endeudamiento del Tesoro y del BCRA, se deterioró el sector externo y se enfrió el nivel de actividad. A medida que el 2023 avance, podemos encontrarnos con un escenario de marcada fragmentación política, en lugar del mando único de los últimos meses”, advierte.

Dante Sica, ex ministro de Industria y Trabajo de Macri y hoy un activo miembro de los equipos técnicos de Patricia Bullrich, reconoce que Massa logró disminuir la probabilidad de catástrofe con crisis cambiaria y espiralización de la inflación. Pero postergó la resolución de los conflictos.

“La economía es como un barco con agujeros debajo de la línea de flotación. El barco tiene bombas de achique que sacan parte del agua hacia afuera en un año que aún no está jugado, con falta de voluntad política y capacidad para hacer los cambios que se requieren ya mismo”, argumenta.

En ese día a día de los industriales se sostiene que si finalmente no hay devaluación y la demanda se mantiene, el problema será el abastecimiento que depende de la disponibilidad de dólares para una cadena de valor que consume dólares en mayor o menor proporción. El sistema conocido como Sira concede el acceso al tipo de cambio oficial pero a un plazo de 180 días que no es aceptado por proveedores del exterior. Salvo excepciones. Entre ellas, la industria automotriz.

Alejandro Díaz, CEO de AmCham, que cobija a las empresas de capital extranjero, cuenta que tras el intento del Presidente de enjuiciar a la Corte Suprema surgió una nueva preocupación que escaló al tope de la agenda. “Hay extrañeza y repercute significativamente cuando se trata de convencer para inversiones en el país, actúa sobre las expectativas, justo cuando hay un decisivo apoyo de Washington para evitar una crisis en la Argentina”.

En cuanto a las negociaciones por precios, que se realizan en el escritorio del funcionario asignado, Germán Cervantes, Díaz asegura que se dan en un marco de amabilidad y que marcan un sendero de mayor previsibilidad.

Algunas pymes no piensan lo mismo. Muchas están fuera de estos acuerdos que se negocian con las grandes compañías. Pero el valor pactado impacta en el resto de la cadena que no tiene escala.

“Estamos acostumbrados a gestionar en esta incertidumbre”, dispara Alejandro Reca uno de los dueños de la láctea San Ignacio, una pyme que engrosa su facturación en un 17% con exportaciones de dulce de leche y queso azul.

“Con márgenes casi inexistentes mi problema es el capital de trabajo y tanto en bancos privados como oficiales son renuentes a dar crédito”. Reca dice que están en un rubro en el que no pueden dejar de invertir y de ampliarse: acaba de estrenar una caldera de última generación y arrancó para duplicar capacidad.

Nicolás Pino, presidente de la Rural, confiesa que conversa al menos tres veces por semana con Massa y el secretario Bahillo. Del lado del Gobierno suele percibir ese tono piadoso como el que se utiliza con un enfermo sin cura, “pero no resuelven”.

Están en medio de una sequía dispar que también hace estragos en la ganadería. Los animales se mueren en el campo o van al matadero y lo refleja el precio de la carne. El kilo vivo valía en abril $ 340 y hoy, 320. Algo parecido ocurre con los terneros que en julio se pagaban $ 400 y ahora $ 340 en un escenario en el que hasta la cuota Hilton, crema del negocio frigorífico, se desbarrancó desde los US$ 14.000 la tonelada a los 8 mil actuales. Insólito.

Lejos de esas penurias, a fines de diciembre Pablo González, titular de YPF, convocó a su despacho a los principales petroleros. Este abogado, que hizo sus primeras armas con los sindicatos patagónicos, llegó a YPF impulsado por Máximo Kirchner, desplazó a funcionarios que respondían a gestiones anteriores y puso como alfiles a Pablo Iuliano como CEO y a Alejandro Lew en finanzas.

En la torre de cristal, que lleva el sello del genial César Pelli y ante Marcos Bulgheroni (PAE), Ricardo Markous (Tecpetrol), Marcelo Mindlin (Pampa) y Eduardo Eurnekian, entre otros, describió la situación de una YPF que redujo deuda, aumentó producción, y que cuenta con un resultado operativo récord. De esa manera anunció que la petrolera estatal puede tomar nuevos préstamos por US$ 5 mil millones y les sugirió que lo acompañen para duplicar volúmenes en Vaca Muerta, ahora que el oleoducto y el gasoducto son una realidad.

Hubo entusiasmo y comentarios acerca del potencial. Pero le hablaron de un aumento considerable de costos en dólares, de limitaciones en los equipos de perforación, fractura y de terminación en un escenario donde la financiación de los proyectos es la otra gran limitante.

Y encima aparecen cisnes negros, como la sancionada Ley de Compre Provincial de Neuquén, que beneficia, aún si presentan precios más altos, a las firmas locales. Se pensó para las empacadoras de peras y manzanas. Se extiende a todos. En cualquier caso, los petroleros afirman que impactará en los prestadores de servicio del shale, y les complica la actividad.

Esa percepción se vivió ayer en Economía cuando se conoció el 5,1% que arrojó la inflación de diciembre. Sienten la tormenta. Igual confían en normalizar. “Es la oportunidad de Massa”, deslizan.¿Será?

En su monumental, Raúl Alfonsín, El planisferio invertido, Pablo Gerchunoff reflexiona que “los gobiernos frágiles de naciones frágiles y conflictivas tienen una sola oportunidad económica, si es que tienen una”. 

* Periodista. Editora en Clarín