Lula ha dicho que está a favor de la investigación para determinar si hay petróleo en la región
SIMONE IGLESIAS Y ANDREW ROSATI
El gobierno de Brasil de Luiz Inácio Lula da Silva está a punto de autorizar a la petrolera estatal a realizar prospecciones en una región ecológicamente sensible, una decisión que amenaza con eclipsar una importante cumbre medioambiental y alimentar una enconada disputa en su administración.
La Procuraduría General de la Unión (AGU) emitirá un dictamen según el cual no es necesario que Petrobras realice un importante estudio de impacto ambiental para iniciar la prospección de petróleo en la llamada Foz do Amazonas, una región frente a la costa norte del país, según dos personas con conocimiento del asunto.
El fiscal general, que representa los intereses de Brasil en asuntos judiciales, emitirá un dictamen técnico que tenga en cuenta una reciente sentencia del Tribunal Supremo en un caso similar, dijo una de las personas.
Ambos solicitaron el anonimato por no estar autorizados a hablar públicamente.
En respuesta a una petición de comentarios, la AGU dijo que está “llevando a cabo un análisis jurídico del caso” y publicará una respuesta formal en los próximos días.
La principal agencia medioambiental de Brasil, Ibama, bloqueó a principios de año los planes de la empresa de iniciar perforaciones exploratorias en alta mar en la región potencialmente rica en petróleo del Margen Ecuatorial, una zona que alberga un arrecife de coral de 9.500 kilómetros cuadrados.
El punto muerto entre los reguladores y Petrobras, como se conoce al gigante petrolero, ha provocado meses de tensiones latentes dentro del gobierno de Lula.
El presidente, de 77 años, ha intentado encontrar un equilibrio entre el desarrollo económico y la ambiciosa agenda ecológica esbozada por la ministra de Medio Ambiente, Marina Silva, que supervisa Ibama.
Presionado para que tome partido en la disputa entre Petrobras e Ibama, Lula ha dicho que está a favor de la investigación para determinar si hay petróleo en la región e insiste en que cualquier exploración se lleve a cabo de forma segura para evitar problemas medioambientales.
Esta semana, dijo que la cuestión seguía “en discusión” dentro de su gobierno.
SOBRE LA CUMBRE AMAZÓNICA EN BRASIL
Esta postura ha empañado la cumbre de dos días que Lula ha celebrado con los ocho países amazónicos de Sudamérica en la ciudad selvática de Belem.
Lula inauguró la serie de reuniones declarando el inicio de una nueva relación con el Amazonas en la que “los recursos no se explotarán en beneficio de unos pocos, sino que se valorarán y se pondrán al servicio de todos”.
Pero las claras divisiones en ese planteamiento quedaron a la vista del mundo.
El colombiano Gustavo Petro, partidario desde hace tiempo de prohibir nuevas prospecciones petrolíferas, criticó el “progresivo negacionismo” de los países en su lucha contra el cambio climático.
“¿Qué estamos haciendo? Dejar que se exploten hidrocarburos en la selva. ¿No es una contradicción total?”, dijo.
Mientras los presidentes debatían, cientos de manifestantes indígenas marcharon cerca de la reunión exigiendo la protección de sus territorios y el fin de la extracción de recursos naturales en el Amazonas.
El disputado bloque de aguas profundas del Margen Ecuatorial ha suscitado especial preocupación por su ubicación frente a la costa, donde el río Amazonas desemboca en el Atlántico. Marina Silva, que se ha convertido en la principal diplomática medioambiental de Lula, ha arremetido contra la aprobación del proyecto.
“A veces la gente utiliza el término equivocado: flexibilizar la concesión de licencias ambientales. Nadie flexibiliza las operaciones de corazón, riñón u ojos”, declaró.