EDUARDO FRACCHIA *
China y la Argentina comparten desafíos productivos importantes en buena parte del territorio. Para citar sólo algunos casos dentro del sistema productivo, es bien relevante el litio en el NOA (para baterías de autos eléctricos básicamente) y la minería de oro y plata en Veladero y Pascua Lama, que son emprendimientos de gran alcance en San Juan.
En Neuquén hay proyectos de capital chino vinculados a la energía eólica. Atucha 3 en el terreno de la energía nuclear en Lima, Provincia de Buenos Aires, es una apuesta fuerte de China −vale recordar lo que tardó en finalizarse Atucha 2−. En Mendoza, el potasio es un frente de inversión directa del país asiático.
Además, cabe destacar todo lo relativo a semillas en los puertos de exportación del Paraná. En esta línea de argumentación se encuentra la compra de Nidera por parte de capital chino. En el campo de la pesca también Mar del Plata se ve reforzada en su historia, congelada en el tiempo con poca renovación, hasta que las inversiones chinas llegaron con equipos más modernos de extracción pesquera.
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En toda la región se observa este dinamismo de China, que se vuelve casi depredador en el continente africano. En la región es una acción de presencia activa que conecta con una realidad: para el 80% de los países de América latina, China es el primer socio comercial. En el caso de Argentina es el segundo, pero como Brasil le vende tanto a China, se podría decir sin faltar a la verdad que indirectamente se está vendiendo a China.
UNA SUPREMACÍA COMERCIAL Y TECNOLÓGICA QUE IRRITA A LOS ESTADOS UNIDOS
Esta cuestión de la supremacía comercial y tecnológica de China suele irritar al staff diplomático estadounidense y a la actual conducción demócrata, pero es así cómo funciona el capitalismo actual: hay una nueva hegemonía, un nuevo líder.
En el plano de las divisas, esta interdependencia con Argentina a través del Banco Central se refuerza dada una ampliación del préstamo swapp que llega de China hacia nuestro país y que fortalece las reservas brutas, haciendo que sean mayores a pesar de tratarse de un monto poco relevante.
En lo referente a la inserción del agro y al interés chino por los recursos primarios vinculados, el 50% de la carne que exporta Argentina es hacia China. Y el 35% de las exportaciones de pollo tienen el mismo destino.
Es importante reforzar el argumento referido a la pesca, sector en el que el ingreso de los barcos chinos modificó la estructura productiva. El langostino se vuelve relevante en este esquema de extracción pesquera.
La Ruta de la Seda es otro hito en el protagonismo comercial geopolítico de los chinos. Es un proyecto ambicioso en el que la Argentina forma parte con un amplio conjunto de países. Refiere al famoso concepto histórico chino de la ruta de la seda.
INTERÉS CHINO EN ENERGÍA, ALIMENTOS Y MINERÍA
Todos estos datos muestran que, en definitiva, hay un interés relevante en energía, en alimentos, en minería y en otros sectores donde hay complementariedad con nuestro país y donde los lazos de coordinación van a crecer.
El posicionamiento respecto a Estados Unidos no se ve alterado por estos impulsos.
China dominará la economía mundial a partir de 2030. Y no puede aventurarse hasta cuándo: la inversión externa directa en nuestro país −que fue de predominio británico desde 1870− pasó 50 años después a los Estados Unidos. Este liderazgo no fue desafiado por nadie hasta bien entrado el siglo 21.
Puede ser que en la próxima década desaparezca tomando China la delantera: es un desafío cultural y económico de magnitud. En 12 de las últimas 16 transiciones geopolíticas entre potencias hubo guerra, por eso es clave monitorear este proceso de inversión externa directa tanto en la región como en nuestro país.
* Director del Área Económica del IAE Business School, Escuela de Negocios de la Universidad Austral