Trans Mountain ha completado el 22% del proyecto de expansión, llamado TMX, que está programado para su servicio en diciembre de 2022
JAMES MCCARTEN/Global News
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, impuso nuevas y estrictas reglas hechas en Estados Unidos para el gasto del gobierno de Estados Unidos, agregando una advertencia que probablemente sea preocupante para Canadá: las excepciones a esas reglas se permitirán solo en "circunstancias muy limitadas".
La orden ejecutiva Buy American fue el resultado de una promesa fundamental de la campaña de Biden, diseñada para acorralar el apoyo de los estados indecisos entre los votantes proteccionistas y obreros que elevaron a Donald Trump a la Casa Blanca en 2016.
El objetivo de la política no es nuevo en la política estadounidense: garantizar que los fabricantes, trabajadores y proveedores estadounidenses sean los principales beneficiarios de la generosidad del gobierno estadounidense, incluidos unos US$ 600.000 millones al año en contratos de adquisiciones.
A la administración Trump le gustaba hablar de Buy American, dijo Biden, pero finalmente hizo poco para endurecer o incluso hacer cumplir las reglas.
"Eso va a cambiar bajo nuestra supervisión", dijo, firmando una orden ejecutiva para elevar los estándares para el contenido estadounidense, aumentar la supervisión y proporcionar una aplicación más estricta.
Las medidas incluyen una oficina "Made in America" adjunta a la Casa Blanca para vigilar el uso de exenciones, las excepciones que permiten a los contratistas, fabricantes y proveedores canadienses acceder a una fuente de negocios lucrativa ya menudo esencial.
Esa oficina "revisará las exenciones para asegurarse de que solo se utilicen en circunstancias muy limitadas, por ejemplo, cuando haya una abrumadora necesidad de seguridad nacional, humanitaria o de emergencia aquí en Estados Unidos", dijo Biden.
“Esto no ha sucedido antes. Sucederá ahora".
Los detalles de la exención también se publicarán en un sitio web del gobierno de los EE.UU. para brindar más transparencia pública sobre quién elude las reglas y por qué.
El plan también aumentaría la cantidad de materiales o componentes producidos en EE.UU. que un proyecto o producto necesitaría para calificar como fabricado en EE.UU. y facilitaría el acceso de las pequeñas y medianas empresas a las oportunidades de adquisición.
También requiere que las agencias gubernamentales proporcionen informes de progreso semestrales sobre sus esfuerzos para seguir las nuevas reglas.
"No creo ni por un segundo que la vitalidad de la manufactura estadounidense es cosa del pasado", dijo Biden. "La manufactura estadounidense fue el arsenal de la democracia en la Segunda Guerra Mundial, y ahora debe ser parte del motor de la prosperidad estadounidense".
En un comunicado, la ministra de Comercio de Canadá, Mary Ng, dijo que el primer ministro Justin Trudeau durante su llamada con Biden el viernes enfatizó que los trabajadores de ambos países "se benefician de nuestras cadenas de suministro integradas, seguras y resistentes".
"El Primer Ministro y el Presidente acordaron consultar de cerca, y las discusiones entre nuestros dos países ya están en marcha", se lee en el comunicado.
Ng dijo que Canadá es el "mercado de exportación más grande de EE.UU., y compra más productos de EE.UU. que China, Japón y el Reino Unido juntos".
“Canadá es el cliente número uno para 32 estados de EE.UU.”, dijo.
Ng dijo que el gobierno canadiense "seguirá trabajando en estrecha colaboración para apoyar la recuperación económica sostenible, crear puestos de trabajo y hacer crecer la clase media en Canadá y Estados Unidos".
Mark Agnew, director de política internacional de la Cámara de Comercio de Canadá, dijo que Canadá encontrará poco consuelo en las noticias.
"Las restricciones de compra de productos estadounidenses siguen siendo un problema permanente para las empresas canadienses que buscan acceder a contratos gubernamentales con nuestro mayor socio comercial", dijo Agnew en un comunicado.
"Aunque las reglas se han endurecido progresivamente a lo largo de los años, el anuncio representa otro paso inútil para dificultar que las empresas canadienses obtengan contratos en los EE.UU."
En medio de una pandemia mortal y la caída libre económica resultante, Canadá y EE.UU. deberían buscar formas de unir fuerzas y aprovechar sus fortalezas para fortalecer las cadenas de suministro transfronterizas existentes, dijo Agnew.
"Aunque el impacto total del anuncio tardará en llegar a diferentes partes del gobierno de EE.UU., su efecto paralizador en las empresas se sentirá de forma aguda al norte de la frontera".
Como para certificar el eco del mantra "Estados Unidos primero" de Trump, Century Aluminium, un productor con sede en EE.UU. que lideró la carga el año pasado a favor de los aranceles sobre las importaciones canadienses de aluminio, aplaudió las medidas de Biden.
"La fabricación es la columna vertebral de nuestra gran nación", dijo el director ejecutivo de Century, Michael Bless, en un comunicado.
"Aplaudimos al presidente Biden por su liderazgo en este tema de importancia crítica que potenciará la fabricación nacional al tiempo que creará más empleos bien pagados para los trabajadores estadounidenses".
Un sistema más estricto y ordenado de aprobar y hacer cumplir las exenciones podría llegar a ser un "rayo de luz" para Canadá, dijo Dan Ujczo, un abogado comercial entre Canadá y Estados Unidos con sede en Columbus, Ohio.
La aplicación de las normas de contratación a veces puede ser fortuita, especialmente cuando son confusas y no se comprenden bien, dijo Ujczo, asesor principal de la firma estadounidense Thompson Hine LLP.
“Canadá tiene una red de acuerdos con los EE.UU. para abordar los programas Buy American, pero el matiz a menudo se pierde en los oficiales de adquisiciones que no quieren arriesgarse a usar productos no estadounidenses”, dijo.
"Si las empresas canadienses pueden utilizar esta nueva oficina de Made in America en OMB para enfatizar el 'exencionalismo' de Canadá, podría resultar útil".
Dennis Darby, director ejecutivo de Fabricantes y Exportadores Canadienses, dijo que el trabajo ahora es recordarle a Biden que Estados Unidos y Canadá "construyen cosas juntos" y que las reglas corren el riesgo de desviar a Canadá de la misma manera que lo hicieron hace 10 años.
"Cualquiera que pensara que de repente iba a ser fácil, navegando sin problemas ahora que el Sr. Trump se ha ido, creo, probablemente no estaba pensando de manera realista", dijo Darby.
Puede ser útil que Biden fuera vicepresidente en 2010, cuando Canadá obtuvo una exención bajo las disposiciones de Buy American impuestas por el entonces presidente Barack Obama el año anterior, agregó Darby.
“Estados Unidos nunca es fácil de convencer; Estados Unidos siempre va a ser 'Estados Unidos primero”, dijo. "Solo tenemos que asegurarnos de que nuestros intereses estén protegidos y de que no estamos amenazando los empleos estadounidenses de manera significativa".
El Acuerdo Estados Unidos - México - Canadá, el acuerdo comercial de reemplazo del TLCAN negociado bajo Trump, no incluye disposiciones específicas de contratación pública entre Estados Unidos y Canadá.
En cambio, el acuerdo preveía depender de los términos del acuerdo general de adquisiciones de la Organización Mundial del Comercio, del que tanto Canadá como Estados Unidos son signatarios.
Biden dijo que "sigue comprometido a trabajar con socios y aliados para modernizar las reglas del comercio internacional, incluidas las relacionadas con la contratación pública".
Aun así, los proveedores y contratistas canadienses deberán permanecer en guardia, dijo Ujczo.
“No se equivoquen: las empresas canadienses, apoyadas por los gobiernos federal y provincial, deberán permanecer atentas y agresivas en este archivo. Existe el riesgo de que Canadá quede agrupado con todos los demás".
Reuters
Trans Mountain, una corporación gubernamental, está gastando US$ 9,9 mil millones para casi triplicar la producción a 890,000 barriles por día (bpd), un aumento del 14% de la capacidad canadiense total actual.
El gobierno del primer ministro Justin Trudeau compró el gasoducto de 68 años en 2018 cuando el propietario anterior, Kinder Morgan, enfrentó obstáculos legales para expandir la línea de 1,150 kilómetros (715 millas) que va desde Alberta hasta la costa de Columbia Británica. Ottawa siempre ha dicho que encontraría nuevos propietarios.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, revocó el permiso presidencial para el oleoducto Keystone XL (KXL) de TC Energy, deshaciendo los esfuerzos del ex presidente Donald Trump para construir la línea que habría suministrado a las refinerías estadounidenses 830.000 bpd de petróleo canadiense.
Esa decisión ha fortalecido el caso para completar la expansión de Trans Mountain.
“Este gasoducto es aún más valioso ahora”, dijo Joe Dion, director ejecutivo de Western Indigenous Pipeline Group, uno de los varios grupos de las Primeras Naciones interesados en comprar Trans Mountain.
"Todo el mundo pensó que Trudeau no iba a hacer las cosas en Canadá, y él fue quien logró superar a Trump". Trans Mountain adquiere una importancia más estratégica con la cancelación de KXL, pero eso no significa que su grupo pagaría más por ello, dijo Dion.
Trans Mountain ha completado el 22% del proyecto de expansión, llamado TMX, que está programado para su servicio en diciembre de 2022. Suncor Energy Inc, Canadian Natural Resources Ltd y BP PLC se encuentran entre los transportistas comprometidos que han asegurado el 80% de su capacidad adicional durante mucho tiempo. término.
“Todos los ojos están puestos en TMX”, dijo Delbert Wapass, presidente ejecutivo de Project Reconciliation, una coalición de las Primeras Naciones que espera comprar el 51% este año. Compartir las ganancias de Trans Mountain ayudaría a mejorar las condiciones de vida en las Primeras Naciones, dijo.
Las empresas canadienses han luchado durante mucho tiempo para asegurar el precio máximo para su crudo, ya que la congestión de los oleoductos las obligaba a vender con descuento.
Sin embargo, la reducción de la demanda de combustible debido a los bloqueos de viajes pandémicos y las expansiones de los oleoductos han facilitado el flujo. Incluso sin KXL, Canadá puede tener un excedente de capacidad de oleoducto de exportación una vez que TMX entre en servicio, dijo Matt Taylor, director de investigación de infraestructura del banco de inversión Tudor Pickering Holt, quien espera un modesto crecimiento de la producción de petróleo hasta 2025.
Ottawa planea vender el gasoducto una vez que haya menos riesgos para su finalización y las consultas concluyan con las Primeras Naciones, dijo la portavoz del Ministerio de Finanzas, Katherine Cuplinskas. TMX se ha enfrentado a una fuerte oposición por las preocupaciones sobre los derrames.
Una segunda fuente del gobierno dijo que compró Trans Mountain por su importancia estratégica, ya que su conexión con el Océano Pacífico permite a los transportistas trasladar petróleo a Asia, así como a Estados Unidos, que compra la mayor parte del crudo canadiense.
Enbridge, que administra la red petrolera Mainline de Norteamérica, también se beneficiará de la desaparición de KXL. Tiene la intención de vender contratos a largo plazo para la mayor parte de la capacidad de Mainline, pendiente de la aprobación del regulador, en lugar de seguir racionándola en el mercado spot.
La cancelación de KXL libera los compromisos a largo plazo de los transportistas que ahora pueden firmar contratos de Mainline, dijo Taylor.
